Ť El tema, cuento de nunca acabar, califica el PAN
Reformar la reforma, insiste PRD; asunto concluido: PRI
Ť Representantes de ONG colocaron piedras a la entrada del Senado como símbolo de los obstáculos a la paz
VICTOR BALLINAS Y ANDREA BECERRIL
La asistencia al Senado de organizaciones no gubernamentales que expresaron su rechazo a la ley indígena manifestó las posturas partidistas respecto del tema. El PRD, en voz de Jesús Ortega, propuso una reforma de la reforma; el PRI sostuvo "que el asunto ya está concluido", y el panista Diego Fernández de Cevallos rechazó que su partido revise la legislación, "porque sería el cuento de nunca acabar".
El encuentro con los coordinadores parlamentarios se dio
después de una manifestación de decenas de integrantes de
organizaciones, entre ellas el Congreso Nacional Indígena (CNI),
la Red de Organismos de la Sociedad Civil, la Red de Abogados por los Derechos
Indígenas y el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad.
Legislativo que da vergüenza
Los manifestantes se plantaron afuera de la vieja casona de Xicoténcatl, donde ayer sesionó la Comisión Permanente; ahí expresaron su repudio al Congreso de la Unión "por haber traicionado a los indígenas" al aprobar una ley que no resuelve los problemas de las etnias y divide al país.
Lucía María Moncaño, de la Red de Organismos de la Sociedad Civil, leyó un escrito "de parte de la sociedad civil" en el que se advierte que fueron "dos de los más oscuros representantes del antiguo régimen, Manuel Bartlett y Diego Fernández de Cevallos, los que elaboraron una ley indígena que es una triste caricatura, y después, contraviniendo las formas parlamentarias, la impusieron por fast track".
Esa ley, agregó, no respeta los logros del Convenio 169 de la OIT ni los acuerdos de San Andrés, y pasa por encima de la iniciativa de la Cocopa, pues no reconoce la autonomía de los pueblos en el ámbito constitucional ni a las comunidades como entidades de derecho público; niega a los pueblos derechos sobre sus territorios, y no les da la facultad de organizarse municipalmente.
En ese escrito, que luego se entregó a los coordinadores parlamentarios, los manifestantes señalan también que el Congreso no cumplió su compromiso con la paz, y burló al Presidente, a la Cocopa y al diálogo, por ello es un poder "que nos da vergüenza".
Para expresar su molestia, anunciaron además que darían un regalo a los legisladores: tres grandes piedras que colocaron en la entrada principal, y que según explicaron significan el obstáculo en que se ha convertido el Legislativo.
Una comisión entró al recinto, que fue recibida por Ortega, Fernández de Cevallos y el priísta Ernesto Gil Elorduy. Los reclamos continuaron en el mismo tono:
''Nosotros lo que queremos pedir es una reconsideración de fondo y que por única vez abran el corazón a los indígenas. Estamos preocupados por lo que está sucediendo en las comunidades, porque las condiciones de la guerra se agudizan. Sabemos de vuelos rasantes en las comunidades, de amenazas de los paramilitares. Ustedes tienen los recursos legales para hacer una enmienda que realmente considere la razón que ha asistido a los pueblos en todo ese tiempo", expuso Moncaño a los senadores.
Agregó que no pueden quedarse dormidos, tranquilos en sus casas, "sabiendo que el país es un polvorín, y conste que no lo digo en términos de amenaza sino de lo que se percibe en el ambiente".
El mixteco Fausto Santiago dijo que aunque no sabía expresarse en términos políticos quería que lo escucharan y tomaran en cuenta la situación en que viven millones de indígenas. "Tenemos 500 años resistiendo este yugo y todavía ustedes nos ven como si fuéramos retrasados mentales; como niños que no podemos caminar, que no podemos llevar nuestro proyecto. ¿Por qué ustedes nos quieren diseñar programas detrás del escritorio y nunca van a pedirnos nuestra opinión?".
Santiago, integrante de una organización de intérpretes
y traductores indígenas, se dirigió a Fernández de
Cevallos, a quien reprochó que hable d de la ley indígena
como la de un guerrillero, y le pidió "humildemente, a nombre de
mi raza, que no nos confronte".
Arengas de Fernández
El primero en responder fue el coordinador de los senadores del PRD, Jesús Ortega, quien se dijo atento a los planteamientos formulados, y que en su fracción harán el esfuerzo porque se incorpore a la Constitución los puntos más controvertidos de la reforma. Anunció que propondrá el inicio de un nuevo proceso legislativo para llevar a cabo la reforma de la reforma, "en la que se incorporen las demandas de los grupos indígenas y se avance a la paz en Chiapas''.
Fernández de Cevallos, por su parte, refutó las acusaciones. Les pidió dejar a un lado la descalificación. "Nadie puede pensar que toda la razón está de su lado y que a ustedes les corresponde toda la verdad, y a nosotros toda la mentira; que a todos ustedes los cubre la buena fe y a nosotros la perversidad. Eso no es honesto decirlo en algún foro''.
Advirtió que ninguna constitución es eterna, que nadie puede considerar perfecta la iniciativa de la Cocopa ni "la reforma que hicimos". Sostuvo que no se niega a ningún cambio futuro en ese ordenamiento, siempre y cuando sea dentro de la ley y sin injurias ni agresiones.
Sin embargo, aclaró, lo único que se requiere "es que no se ponga como condición, para poder entendernos, que se tenga que hacer lo que diga un comité campesino o un comité clandestino revolucionario".
El priísta Gil Elorduy, quien asistió al encuentro en representación del coordinador priísta, Enrique Jackson, dijo que todas las leyes son perfectibles y habría que analizar qué se puede mejorar de la reforma indígena.
A partir de ello, el perredista Ortega tomó nuevamente la palabra y señaló que en vista de que había coincidencia en los legisladores del PRI y del PAN en hacer las modificaciones necesarias a la reforma indígena, propuso que en la Junta de Coordinación Política se discuta el inicio del nuevo proceso legislativo.
De inmediato Fernández de Cevallos aclaró que no podía asumir una reforma de la reforma ni comprometerse a reiniciar un proceso legislativo que dejara a todos satisfechos, porque sería "el cuento de nunca acabar".
Planteó que en todo caso la instancia que tendría que reiniciar la discusión es la Cocopa, y que es conveniente darle su lugar ahora que está muy golpeada.
Después de escuchar al panista, Gil Elorduy aclaró a su vez que para el PRI "esto es un asunto ya concluido. Ya no está en la esfera del Congreso de la Unión".