JUEVES Ť 26 Ť JULIO Ť 2001
Ť El Estado no ha cambiado; los métodos para legislar, como antaño, expresa
La reforma dibuja un México irreal: Raúl Vera
Ť El titular de la diócesis de Saltillo afirma que el 2 de julio significó un mensaje de esperanza para la solución del problema indio; la imposibilidad del diálogo lo acabó
JUAN ANTONIO ZUÑIGA
La promulgación de una ley indígena que no respetó el contenido de los acuerdos de San Andrés pone en riesgo al país, pues niega el derecho de los pueblos indios a su autodeterminación dentro de la nación mexicana; no garantiza el progreso real de México, y no anuncia, para nada, el paso a la democracia, advirtió Raúl Vera, obispo de la diócesis de Saltillo.
"Se trata de una ley irreal que intenta que vivamos un México irreal también; un México que no tiene nada que ver con su Constitución", afirmó quien durante cuatro años se desenvolvió, a lado de Samuel Ruiz, como obispo coadjutor en la diócesis de San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
Apuntó: "Dentro del contexto nacional que hoy vivimos, esto es un signo y es un mensaje no sólo para los indígenas. Es un mensaje para todos los mexicanos de que el Estado no ha cambiado, los métodos para manejar las leyes no han cambiado", de tal manera que "lo que hagamos el día de hoy por los indígenas, lo estamos haciendo por todos nosotros".
En conferencia con la prensa, en la que también participaron representantes de la Iglesia bautista, del Centro Nacional para Ayuda de las Misiones de la Iglesia y del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, Raúl Vera se dijo: "No sé si haya ley moderna en México que haya pasado por tantos tamices y por tantos diálogos para construirse, y yo no sé si para una ley en México haya habido las manifestaciones de aprobación como las que se vieron" con la llamada ley Cocopa.
La respuesta numérica corrió a cargo de Carmen Montes, del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, quien documentó que entre diciembre de 1996 y marzo de 1997 se llevaron a cabo cinco foros regionales; una consulta nacional en la que participaron 3 millones de personas; surgió el Congreso Nacional Indígena, el cual constituye actualmente la más numerosa y representativa organización india del país, y se celebraron 239 foros de comunidades.
Además, precisó, surgieron 313 organismos solidarios de la sociedad civil, y se han manifestado 6 mil 308 personalidades dentro del país en favor de la iniciativa sobre derechos y cultura indígenas elaborada por la Comisión de Concordia y Pacificación, a partir de los acuerdos de San Andrés.
La ley Cocopa, recordó el obispo de Saltillo, tocaba varios artículos constitucionales de primera importancia, como el 26, el cual se refiere a la planeación democrática y recoge las aspiraciones y demandas de la sociedad para formular un Plan Nacional de Desarrollo; el artículo 53, que tiene que ver con la demarcación territorial de los distritos electorales para elegir diputados; el 73, que trata de las facultades del Congreso para la autorización del presupuesto; el 116; el 115 sobre los municipios, y el cuarto, que trata de la pluriculturalidad de la nación mexicana.
''šNo! --exclamó. Aquí todo quedó en el artículo segundo. šPara preservar la unidad nacional! Y allí encajonaron todo, siempre en vistas a que los hermanos formen parte de la nación, tutelados ya no por la Colonia, sino por el Estado''.
Puntualizó: "Creo que se está contraviniendo toda una mentalidad y yo, como miembro de la Iglesia católica, que hemos trabajado desde una evangelización profunda en Chiapas para hacer de nuestros hermanos indígenas parte de nuestra historia, no podemos ver con buenos ojos una ley que los sigue teniendo como objetos".
Raúl Vera objetó sobre el contenido de la ley Bartlett-Cevallos-Ortega, identificada así por el Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad: "Los vamos a cuidar para poder verlos cómo danzan, para poder ver cómo hacen guitarritas; los vamos a cuidar, es nuestro interés, Ƒverdad? O se pueden asociar en los municipios, šeh! Las señoras que venden chicles pueden hacer su sindicato para que los chicles no valgan un peso sino dos; vamos a cuidarlos, šeh!".
Luego contrastó: "Estas son las posibilidades que se les están dejando contra los acuerdos de San Andrés, que les dan incluso la posibilidad de administrar sus territorios. La ley Cocopa les daba territorios, porque se pedía la remunicipalización para que los indígenas como pueblos ocuparan territorios en los que puedan ellos tener formas de gobierno apropiadas para rehacerse y reconstituirse como sujetos de la historia, y no nada más un representante ante el ayuntamiento como les da esta ley''.
De ahí, el ex obispo coadjutor de la diócesis de San Cristóbal de las Casas planteó su propuesta: "La salida más viable es que se siga modificando la Constitución con base en lo que los hermanos indígenas propusieron, y esto es posible, no con base en lo que se les ocurre a unos legisladores que tienen el fantasma de la escisión porque no conocen a los pueblos indios, quienes lo que están diciendo es 'queremos ser mexicanos pero en nuestra propia cultura'".
Remató: "Yo confío en el gran talante de los pueblos indios, pero también no tenemos que ser abusivos con ellos. Basta".
Y recordó: ''el 2 de julio de 2000 abrió un mensaje de esperanza, sí a los indígenas, puesto que fue uno de los argumentos fundamentales no sólo de la campaña sino de la toma de posesión del señor Fox, y también fue uno de los puntos desastrosos para quien no podía hablar de eso, el candidato oficial, quien no podía hablar de Chiapas porque nadie le creía. Si ahora no continúa se acabó, ahí no hay esperanza. La imposibilidad del diálogo por la paz es muy arriesgado y delicado. Hay zozobra".