MIERCOLES Ť 25 Ť JULIO Ť 2001
Ť La prensa brasileña no escatimó críticas contra su equipo
ƑUna selección peor que Honduras? sí, šBrasil!
AGENCIAS
Rio de Janeiro, 24 de julio. Humillación histórica, la mayor de todas las vergüenzas, la última vejación. La prensa brasileña no escatimó críticas este martes para describir la derrota ante Honduras (2-0) que eliminó el lunes al equipo verdeamarillo de la Copa América que se disputa en Colombia.
"Sólo existe un equipo tan estúpido en el mundo: el nuestro. Brasil llegó al fondo del pozo y fue eliminado de la Copa América... špor Honduras!. País sin tradición en el futbol. Brasil recibió una lección de futbol... šde Honduras!", publica el diario O Día de Río de Janeiro en su primera página.
"La más grande de todas las vergüenzas", tituló Jornal do Brasil, el cual recuerda que la selección que "un día fue la más aclamada y temida de la tierra, ahora sufre una humillación tras otra".
O Globo encabeza su primera plana con un rotundo "Vejamen histórico elimina a Brasil de la Copa América".
Para la prensa local, que recuerda las derrotas de Brasil en los últimos meses contra equipos considerados menores como Ecuador, Camerún, Canadá, Japón o Australia, ahora sólo falta no conseguir lugar para disputar la Copa del Mundo de Japón y Corea del Sur.
"ƑExiste en el mundo una selección peor que la de Honduras? Sí, la de Brasil." "Paciente: la selección brasileña; Estado: terminal", titulan los diarios deportivos.
En Sao Paulo el vespertino Jornal da Tarde afirma que "el equipo avergüenza a Brasil". "Justo lo que necesitábamos. Después de Australia, Corea del Sur, Camerún y Ecuador... ahora le toca a Honduras", se lamenta O Globo, el cual alude a recientes derrotas del futbol brasileño en la escena internacional.
En un país como Brasil, castigado por la corrupción, la pobreza e incluso por la falta de electricidad, el hecho de tener el "mejor futbol"' del planeta, ser tetracampeón del mundo y contar con un Pelé en las mejores páginas de la historia era una de las pocas razones que permitían a los ciudadanos conversar alegremente en torno a una cerveza, en el ascensor o en el autobús.
En Brasilia, la capital, la derrota también fue recibida con una mezcla de incredulidad y vergüenza.