MARTES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001

Ť Nuevo libro de la especialista acerca de la pintora

Frida Kahlo es de fácil lectura y verosimilitud parcial, dice Del Conde

MERRY MAC MASTERS

En medio de la ''avalancha'' de publicaciones que se han gestado durante los últimos años acerca de Frida Kahlo, la investigadora y crítica de arte Teresa del Conde explica el porqué de su más reciente libro sobre la popular pintora -en 1976 escribió el primer volumen dedicado exclusivamente a la artista-: ''Pienso que se trata de un trabajo conciso, de fácil lectura, que ha sufrido varias correcciones y muchísimas podas con objeto de que presente el mayor grado de condensación posible. Como todo texto, es una representación y su verosimilitud es parcial en todo lo que se refiere a interpretación, no así en los datos manejados que han sido cotejados con los de otros autores y con los de mi propio archivo, con el propósito de que se constituya en un libro confiable para cualquier tipo de lector''.

Rectificaciones biográficas

PINTURA-2Frida Kahlo. La pintora y el mito (Plaza & Janés, 2001), de Teresa del Conde, contiene narración biográfica, análisis psicológico -característico de su autora- y estético, y documentos textuales y gráficos. En la introducción al volumen, Del Conde afirma que es a Raquel Tibol a quien se debe la más importante de las aportaciones recientes sobre la pintora. Su libro Escrituras. Frida Kahlo (Coordinación de Humanidades de la UNAM, 1999), una recopilación anotada y precedida de un breve proemio, de todo lo que a lo largo de años logró reunir de la Kahlo en materia escritural, que viene a ser un autorretrato más de la pintora y que ''obliga a rectificar ciertos asuntos de su biografía''.

Por ejemplo, ''hay que descartar sus estudios de primaria y secundaria en el Colegio Alemán'', señala Del Conde. También, mediante las cartas a su antiguo novio Alejandro Gómez Arias, anteriores al accidente, llama la atención el estatus de ella en la Escuela Nacional Preparatoria. ''No parece haber asistido como alumna curricular, aunque es un hecho que formó parte del grupo de 'Los Cachuchas''' , continúa la investigadora.

De las cartas a Gómez Arias se obtiene otra deducción: ''Con él sí hubo un auténtico romance y una dependencia emotiva''. También se esclarece la formación religiosa de Frida, e incluso su adhesión a las prácticas de la Iglesia católica.

Otra cosa que cambia de dimensión por medio de las cartas amorosas a Gómez Arias es lo que rodeó al accidente, sigue Del Conde. Parece que como afirmó el doctor Wiart, no tuvo las características fatales que ella y sus biógrafos le han atribuido, aunque muy posiblemente sus órganos reproductivos sí se dañaron. Desde el punto de vista de la autora, los embarazos ''siguen quedando en entredicho, porque algunos de sus médicos consideraron que generó lo que se conoce como 'embarazos molares' que, por cierto, son bastantes comunes, pero estos asuntos son indemostrables''.

Sufrimiento y grandeza

Si el fenómeno Frida Kahlo ''es lógico'', Del Conde dice que el singular éxito público de las patografías no descansa, propiamente hablando, en la actualización de lo reprimido, sino en la constatación del receptor de la imagen mítica de la heroína desafortunada que, precisamente debido a su aceptación casi universal (a su fama ya en vida, pero principalmente póstuma) no puede encontrar su verdadero lugar. Y no puede encontrarlo porque el sufrimiento aparece en su pintura y en las narraciones que sobre ella se han realizado, como el precio de su grandeza. ''Nadie negaría a Frida un lugar de privilegio en la historia del arte del siglo XX, pero, la verdad sea dicha, el proceso de valoración sociocultural suele en ocasiones ser muy independiente de la realidad. Ella resulta ser un ejemplo prototípico''.