MARTES Ť 24 Ť JULIO Ť 2001

Ť Ofrecerá tres presentaciones con su compañía Sankai Juku en Bellas Artes

En la danza butoh el diálogo surge cuando el cuerpo acepta la gravedad, señala Amagatsu

Ť Mente y músculos, en estado de relajación Ť Escenificarán la coreografía Hibiki

MERRY MAC MASTERS

El coreógrafo de danza butoh, Ushio Amagatsu, asume que el ''diálogo'' surge una vez que el cuerpo acepta y recibe la gravedad. El también director de la compañía japonesa Sankai Juku, explicó: ''Cuando hablamos de que la danza moderna contribuyó a la libertad, el cuerpo de alguna manera siempre se rebela contra la gravedad que puede ser un elemento para tratar de atarnos. Por tanto, el enfoque hacia la danza es de aceptar la gravedad''.

butho_danza_awqLa danza butoh fue creada después de la Segunda Guerra Mundial, entre otros, por Kazuo Ono, quien hoy tiene 94 años y sigue bailando. Amagatu, a sus 54 primaveras, se ubica dentro de una segunda generación de creadores con experiencias diferentes. ''Me he esforzado por crear mi propio butoh'', sostuvo el bailarín ayer en conferencia de prensa en la que se anunció la presentación de Sankai Juku los días 25, 26 y 27 en el Teatro de Bellas Artes, donde se escenificará la obra Hibiki (Resonancias de lugares lejanos).

Borrar la personalidad individual

Proveniente en sus inicios del ámbito de la danza moderna, Amagatu señaló que en la danza butoh tanto la mente como los músculos tienen que estar en un estado de tranquilidad o relajación, porque así es mucho más fácil entender un ''cambio brusco'' o de tensión. En clara referencia a las danzas occidentales, el coreógrafo observó que ''parándonos en un pie, brincando o haciendo piruetas, todo esto crea un estado de tensión para el cuerpo''.

Sin embargo, el cuerpo tiene ''muchos otros estados en los cuales podemos estar tensionados o relajados''. Un ejemplo que le gusta mucho a Amagatu es el del bebé que tarda más o menos un año en caminar. Primero está acostado y luego gatea antes de pararse en sus dos pies. ''Es mediante estos diferentes estados que voy creando las obras'', aseguró.

Respecto de Hibiki, estrenada hace tres años en París y que es de lo más reciente de su producción, dijo que gira en torno de una preocupación: la continuidad de la vida. (También le interesa lo que comparten los seres humanos y lo que hace diferentes a las culturas.) ''Vivimos cargando el peso de estos 4 mil millones de años que se dice tiene la vida en la Tierra'', indicó. La escenografía consiste en un piso de arena y 13 grandes platos con agua, algunos goteando a lo largo de los 90 minutos que dura la pieza.

También responsable del vestuario, Amagatu usa materiales que permiten el libre movimiento del cuerpo. En Hibiki se imponen los colores azul y naranja. Los cuerpos de los seis personajes se han pintado de blanco a fin de ''borrar nuestra personalidad como individuo y sacar nuestras características como humanos''.