LUNES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001
Ť El reconocimiento a sus condiciones de trabajo, pendiente desde hace tres años
Los controladores aéreos desisten de las faltas colectivas; hoy comienzan a negociar con la SCT
Ť El líder del gremio niega que se haya perjudicado algún vuelo debido al paro del sábado
ELIZABETH VELASCO C.
Los 600 controladores aéreos del país decidieron suspender en forma provisional las faltas colectivas en sus centros de trabajo luego de que su líder sindical, Raúl Campilla, acordó con la oficial mayor de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT), María de la Luz Ruiz Mariscal, establecer este lunes una mesa de negociación en torno a sus condiciones de trabajo.
Los temas en los apartados de la agenda incluyen la discusión sobre la firma de las referidas condiciones que "desde hace tres años se niegan a reconocer las autoridades, pese a obtener el Sinacta su registro como organización independiente del sindicato nacional de la SCT; la recategorización de los 600 controladores, y la revisión de sus salarios que corresponde a este año", dijo Raúl Capilla, líder nacional del Sinacta.
Tras exhortar al titular de esa dependencia, Pedro Cerisola, a "negociar, porque no nos lleva a nada confrontarnos", pidió al funcionario que "no abuse de la amistad que tiene con el presidente Vicente Fox".
Negó que con la suspensión de labores del sábado pasado en ocho aeropuertos del país, de las siete de la mañana a las dos de la tarde, se haya afectado algún vuelo; "sólo nos salimos de las estaciones para demostrar nuestra inconformidad por el trato que recibimos como controladores", dijo.
Personal de escritorio
Empero responsabilizó a las autoridades de "cualquier accidente aéreo" que pueda ocurrir durante el conflicto, ya que en Guadalajara, donde los controladores suspendieron labores, "controló el tráfico aéreo personal que está detrás de un escritorio y desde hace más de 10 años no ejerce esa actividad".
Campilla dijo que su propósito es mejorar las condiciones de trabajo de ese gremio, ya que "hay escasez de personal al grado de que un controlador no puede levantarse de su lugar durante siete horas ni para hacer sus necesidades fisiológicas, pues no hay quien lo sustituya; mucho menos para tomar alimento".
Y en caso de que "alguno de ellos se enferme, no puede incapacitarse porque no hay quien lo supla y lo obligan a laborar. Las mujeres tampoco pueden retirarse en la hora para lactancia de sus hijos, porque se afecta el rol de trabajo, y los que estudian no tienen derecho a la hora que por ley les corresponde, ni tampoco hay programas de capacitación". Confió en que este lunes pueda destrabarse el conflicto y obtengan respuesta a sus demandas, pues "la paciencia ya se agotó luego de tres años de espera".