La duda es la vértebra de una colección sobre la vida privada
Ť Philippe Ariés y Georges Duby reunieron a investigadores que estudian desde el Imperio Romano hasta el siglo XX
PABLO ESPINOSA
Luego de cinco tomos monumentales, un grupo de investigadores llega a una conclusión: "no tenemos más que una certidumbre: la duda". Sin embargo, tal planteamiento, la duda, estructura una vasta obra de la historia de la humanidad construida sobre el alto contraste de lo público y lo privado, lo individual y lo colectivo. Ese equilibrio parece romperse siempre con otro de los resultados obtenidos: ¿la civilización nos conduce a no ser más que un número sumido en un inmenso y terrorífico banco de datos? La resultante que domina, empero, los cinco libros que conforman La historia de la vida privada (Taurus), con la dirección de Philippe Ariés y Georges Duby, es un enriquecimiento cabal del conocimiento humano y que echa mano de los procedimientos más rigurosos que el pensamiento ha logrado conformar en 2 mil años, fundamentalmente la historia y la filosofía y las aportaciones modernas de la sociología, la estadística, la informática y el periodismo.
Territorios vírgenes
La idea original proviene de Michel Winock y fue Philippe Ariés quien la puso en obra. Durante el largo y arduo proceso de trabajo falleció Ariés y su colega Georges Duby la completó. Un selecto ejército de ensayistas, historiadores y pensadores escribió una serie fascinante de textos que se eslabonan en cinco volúmenes, cada uno de los cuales comprende un periodo determinado, desde la sociedad romana hasta nuestros días. El último tomo fue publicado en noviembre de 1987 y doce años después Gérard Vincent escribió un epílogo que actualiza la información, confirma las hipótesis y llega a la misma conclusión de sus antecesores: nuevas preguntas, más interrogantes, la duda como herramienta del conocimiento. Ese es precisamente el éxito editorial de este proyecto.
La ambición de los cinco volúmenes -que circulan en México como una novedad bibliográfica-consiste en hacer perceptibles los cambios, lentos o precipitados, que, al filo de las épocas, han afectado a la noción y los aspectos de la vida privada.
El primero de los volúmenes centra su estudio en la vida cotidiana desde el Imperio Romano hasta el año 1000. El segundo analiza el poder privado y público y el individuo en la Europa feudal. El tercero delinea los procesos de cambio en la sociedad desde el Renacimiento hasta la Ilustración, analizando los conceptos de comunidad, Estado y familia. En el cuarto se exponen las grandes transformaciones que conllevó la Revolución Francesa y el asentamiento de la sociedad burguesa. El quinto estudia los grandes cambios sociales producidos durante el siglo XX.
Los autores recorrieron territorio virgen. "No contábamos con antecesores que hubiesen seleccionado, o cuando menos marcado, los materiales de la investigación", advierte Georges Duby. "Sin conseguir avanzar más que a tientas, nos hemos resignado desde el principio a ofrecer a nuestros lectores no un resultado, sino, por decirlo con más exactitud, un programa de investigaciones". Las exposiciones escanciadas en estos cinco tomos, en efecto, plantean cuestiones más numerosas que las respuestas que proporcionan. Un work in progress en toda la extensión del término.
Suecia, paradigma de la panacea
Centrada la mirada en Occidente y con la perspectiva puesta en Francia, pues tal es la nacionalidad de los autores, de manera significativa el último de los ensayos elige la sociedad sueca como el modelo idóneo para el examen final. Empiezan por desenmarañar los efectos en Suecia de la obsesión de la ética comunitaria y socialdemócrata de lograr una transparencia completa de todas las relaciones, de todos los campos de la vida social. La información de las declaraciones de impuestos de todos los ciudadanos al alcance de todos los ciudadanos, la publicidad de los documentos oficiales y la búsqueda de la conformación de una "sociedad de rostros" mediante la transparencia, la claridad, la puesta a la luz pública de lo privado.
Otros elementos se sopesan en el estudio comparativo que hacen los autores de esta historia del hombre: que en Suecia la Iglesia es una Iglesia de Estado y el luteranismo religión de Estado. Es decir, la Iglesia está en manos del Estado, que nombra a los obispos y a una parte del clero, decide sobre su salario y recauda los impuestos religiosos. Los niños son ciudadanos con derechos plenos. Han puesto fin a los secretos de alcoba. Mediante la educación sexual, han ayudado al resto del planeta a retirar un poco del cochambre que la culpa cristiana ha aventado sobre la salud sexual de los hombres y las mujeres; la doble moral cristiana no existe en Suecia. Por lo contrario, en ese país el placer es un derecho ciudadano.
Si el lector buscase un pero a esta maravilla editorial, lo encontraría en el punto de vista asumido como punto de partida, procesamiento y resultados: en todos los ensayos Francia es el ombligo del mundo. No obstante, la posibilidad del espejeo es amplia en cuanto cada uno de los ensayistas, sociólogos, historiadores, busca las maneras del espejo en sus escritos. Una virtud notable es el esfuerzo de poner al día el tema, de manera tal que incluyen, al final, breves apartados relativos al teléfono celular, la Internet, los descubrimientos de la genética, el sida y las nuevas formas de relación entre parejas.
Entre las interrogantes finales que presentan como conclusiones, es notable la siguiente: ¿quién dirigirá? "Se plantea esta interrogante desde hoy. Los políticos, elegidos democráticamente y considerados como defensores y protectores de todas las categorías socioprofesionales, cotidianamente presentes en la pequeña pantalla y que reúnen multitudes que les aclaman en numerosos mítines ¿son los que gobiernan? La mediatización en ¿no es más que un trampantojo, en el sentido propio del término? Quienes verdaderamente deciden ¿no son hombres (raras veces mujeres) más discretos, poco o nada conocidos, que huyen del exhibicionismo mediático y están calificados para pronunciar 'decisiones' (en el sentido jurídico del término) que generan modificaciones positivas o negativas al nivel del empleo? Desde el 28 de enero al 2 de febrero de 1999 se celebró en Davos, Suiza, el Foro de la economía mundial, que reunió a más de mil presidentes ejecutivos, trescientos responsables políticos y otros tantos ´expertos´ venidos del mundo entero. La angustiosa conclusión de dicho foro fue que a comienzos de 1999 nos encontramos en un 'mundo flotante'. Todo 'flota': las monedas, los Estados, las empresas y los espíritus".