LUNES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001
Ť Desacuerdo del G-8 en torno a las sanciones
Estancadas las negociaciones sobre el Protocolo de Kyoto
Ť Se comprometen a luchar contra el efecto invernadero
AFP Y DPA
Genova, 22 de julio. Los jefes de Estado y de gobierno del los siete países más industrializados del mundo y Rusia, el Grupo de los Ocho (G-8), mantuvieron hoy en esta ciudad su desacuerdo sobre el Protocolo de Kyoto, aunque se comprometieron en reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero.
En Bonn, las negociaciones para alcanzar un acuerdo que permita aplicar el Protocolo de Kyoto se estancaron con la cuestión de las sanciones y continuarán este lunes, anunció esta noche el presidente de la Sexta Conferencia de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, Jan Prenk.
"Todos estamos firmemente de acuerdo en la necesidad de reducir las emisiones de gases que provocan el efecto invernadero. Aun cuando existe actualmente un desacuerdo sobre el Protocolo de Kyoto y su ratificación, nos comprometemos a trabajar juntos e intensamente para alcanzar nuestro objetivo común", señala una declaración del G-8.
Según fuentes europeas, el presidente de Francia, Jacques Chirac, insistió el sábado en que el comunicado final del G-8 empleará los mismos términos del reconocimiento de su desacuerdo, según figuró en el documento firmado a mediados de junio en la ciudad sueca de Gotemburgo durante la cumbre entre Estados Unidos y la Unión Europea.
Pero el presidente de Estados Unidos, George W. Bush, quien afirmó no "recordar" ese texto, sostuvo que tiene los mismos objetivos que sus aliados en materia de lucha contra el efecto invernadero.
No obstante, el canciller federal de Alemania, Gerhard Schroeder, se mostró complacido por el hecho de que Los Ocho están de acuerdo en la protección del clima y su colega británico, el primer ministro Tony Blair, consideró además que se ha avanzado mucho en la cuestión de la aceptación de Kyoto.
En Bonn, los países de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), entre ellos Venezuela, rechazaron la propuesta de compromiso para la ratificación del Protocolo de Kyoto, lo que causó la ruptura de la posición del Grupo 77 (G-77) en las negociaciones, señaló esta tarde el vicepresidente de la conferencia y embajador argentino Raúl Estrada.
"El problema de la OPEP ha sido desde el primer día en que no quiere un convenio, no quiere el mandato de Berlín, y ahora no quiere que cobre vitalidad el Protocolo de Kyoto", para reducir las emisiones de gases que provocan del calentamiento de la atmósfera sostuvo el embajador argentino.
"Lo que no le interesa a la OPEP es que el Protocolo se revitalice, todo lo demás son excusas", sentenció el artífice del acuerdo firmado en Kyoto en 1997, quien sin embargo no especificó las razones por las que la OPEP rechaza el Protocolo de Kyoto.
El G-77 está integrado por todos los países latinoamericanos con excepción de México y "tres miembros" del Grupo Paraguas (tradicionales aliados de Estados Unidos en las negociaciones ambientales) integrado por Japón, Australia, Canadá, Nueva Zelanda, Noruega e Islandia, y en este caso Rusia.
Por lo pronto, las negociaciones para alcanzar un acuerdo que permita aplicar el Protocolo de Kyoto continuarán este lunes, ante el estancamiento por la cuestión de las sanciones, informó esta noche Pronk.
"Queremos dejarlo todo resuelto", indicó el funcionario holandés, "pero si no hay acuerdo en este capítulo, llevaré el texto tal y como está al plenario" para someterlo a votación.
En particular, Japón, Canadá y Australia entregaron la noche del sábado a Pronk una lista con todos los puntos en los que no están de acuerdo, dijo la dirigente del Fondo Mundial de la Naturaleza (WWF por su siglas en inglés), Jennnifer Morgan, quien acusó al presidente Bush de intentar demorar las negociaciones desde Génova.
"Este borrador contiene una serie de amplias concesiones al Grupo Paraguas, así como a los países en desarrollo", señaló por su parte el ministro del Medio Ambiente alemán, Juergen Trittin.
Los analistas señalan que el documento tuvo en cuenta particularmente los intereses de Japón, un país que ejerce un papel clave en las negociaciones tras la retirada de Estados Unidos, sobre todo en las demandas que presentó para poder incluir sus masas forestales en las metas de reducción de emisiones que les fueron asignadas en el Protocolo de Kyoto.
No es el caso del resto de los grupos negociadores, como la Unión Europea (UE), o el Grupo de Integridad Ambiental (al que pertenece México) que coincidieron en calificar el texto de "acuerdo de compromios" y aplazaron eventuales modificaciones.
Tanto la presidencia de la cumbre como la Unión Europea aspiran a obtener un acuerdo en Bonn sin Washington, y poner en marcha el proceso de ratificación del Protocolo de Kyoto para su entrada en vigor en 2002.