LUNES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001

MEXICO S.A.

Carlos Fernández-Vega

EN NOMBRE DE LA "CIVILIZACION" y las "buenas costumbres", la mayoría de las naciones integrantes del actual Grupo de los 7 saquearon al continente africano durante siglos, asesinaron y esclavizaron a cientos de miles de sus pobladores, humillaron a sus etnias, instauraron a sangre y fuego el dominio blanco y sentaron las bases políticas, económicas y sociales para reproducir, automáticamente, la pobreza y la miseria en la región.

HOY, LOS HEREDEROS DE ESOS "civilizadores" se muestran "profundamente preocupados" e, incluso, "consternados" por la dramática situación de Africa y las infrahumanas condiciones en las que sobreviven sus habitantes. Hoy, las naciones altamente industrializadas congregadas en Génova anuncian una "nueva alianza" para "aliviar la pobreza" en ese continente, en un ridículo intento por expiar culpas y, desde luego, por detener la creciente migración negra de mano de obra indocumentada a sus respectivas metrópolis, "civilizadas", "blancas" y de "buenas costumbres".

EN LA CUMBRE DE GÉNOVA la mejor noticia no fue, sin embargo, el anuncio en sí de la "nueva alianza", sino que el retórico "proyecto" para "aliviar la pobreza" en Africa se hace público sin que un solo centavo de presupuesto lo sustente (y si algo requiere la región y sus habitantes es, justamente, dinero), de tal suerte que los paupérrimos africanos deberán esperar, si bien les va, cuando menos un año para que en la siguiente cumbre del G-7 (más Rusia) los líderes de la globalización discutan las acciones a seguir, en su afán "reivindicador".

LAS PRIMERAS PINCELADAS del "pacto" de Génova fueron trazadas por los voceros oficiales del evento: "inversión privada en el continente, incremento del comercio interno y externo como motor de progreso, lucha contra las grandes epidemias; las guerras civiles y la corrupción (se supone que el combate a) forman parte del plan" que no tiene recursos para su ejecución. Eso sí, se abstuvieron de hacer referencia a dos de los lacerantes problemas del continente: hambruna y deuda externa.

LAS NACIONES AFRICANAS registradas por el Fondo Monetario Internacional reportan una deuda externa conjunta de 320 mil 800 millones de dólares (al cierre del año pasado), monto equivalente al 68 por ciento del PIB del continente, prácticamente el doble del promedio observado en los eufemísticamente llamados países en desarrollo, que es de 34.4 por ciento. Vale mencionar que en la última década el débito externo de la región creció 22.3 por ciento.

DE ACUERDO CON EL FMI (información al cierre de 1999), el producto interno bruto conjunto de los países integrantes del G-7 (Estados Unidos, Japón, Alemania, Francia, Italia, Gran Bretaña y Canadá) representa el 45.9 por ciento del total mundial, el 11.6 por ciento de la población del plantea (alrededor de 696 millones de habitantes) y el 48.9 por ciento de las exportaciones internacionales de bienes y servicios. Si a la relación se agrega Rusia (G-8), dicho PIB se eleva a 48.3 por ciento, la población a 14.1 por ciento y las exportaciones a 49.6 por ciento.

PERO, COMO SE PUEDE DOCUMENTAR en cualquier actividad, la concentración también es concentrable. Así, en el concierto de las naciones, la que dirige la orquesta en lo que a producto interno bruto se refiere (y en todo lo demás) es Estados Unidos, cuyo PIB representa el 21.9 por ciento del total mundial; el bloque europeo del G-7 aporta el 14.4 por ciento (Alemania, 7.6 por ciento; Francia, 3.3; Italia y Gran Bretaña, 3.2 cada una); Japón, 7.6; Rusia, 2.4 y Canadá, 2 por ciento.

AFRICA SE INTEGRA CON 51 NACIONES: el producto interno bruto que genera conjuntamente representa el 3.2 por ciento del total mundial, congrega el 1.8 por ciento de las exportaciones internacionales de bienes y servicios y en sus fronteras habita el 12 por ciento de la población total del planeta (alrededor de 720 millones de habitantes). Así, la diferencia entre el PIB de los países congregados en el G-7 (más Rusia) y el del continente africano es de mil 500 por ciento.

"AFRICA SIGNIFICA MILES DE situaciones. De lo más diversas, distintas, contradictorias, opuestas. Alguien dirá: 'allí hay guerra', y tendrá razón. Otro dirá: 'allí hay paz', y también tendrá razón. Todo depende de dónde y cuándo. En tiempos anteriores a la colonización -así que tampoco hace tanto- en Africa habían existido más de 10 mil países, entre pequeños Estados, reinos, uniones étnicas, federaciones. Un historiador de la Universidad de Londres, Ronald Oliver, en su libro titulado African Experience (Nueva York, 1991), centra su atención en la paradoja, aceptada de manera generalizada, según la cual los colonialistas europeos llevaron a cabo la división de Africa. 'ƑDivisión?', exclama Oliver, asombrado. 'Brutal y devastadora', pero šfue una unificación! El número 10 mil se redujo a cincuenta" (Tomado de Ebano, de Ryszard Kapuscinski; Editorial Anagrama, Barcelona).

A LA CUMBRE DE GÉNOVA asistieron, con toda la intención de participar, los dirigentes de cinco países africanos (entre ellos el sudafricano Thabo Mbeki, con su Plan del Milenio bajo el brazo, y el senegalés Abdoulaye Wade, con el suyo, el Plan Omega). Y, sí, sí participaron: en los banquetes y en la foto, nada más. Nadie les echó un lazo y los regresaron (con todo y planes) por donde vinieron, con la promesa de que en un año, si bien les va, los dirigentes de las naciones altamente desarrolladas tomarían "las decisiones concretas" para darle forma a la "nueva alianza" por Africa.

Y MIENTRAS LOS HABITANTES de ese continente se mantienen, aferrados que son, en la ruta del hambre, las huestes globalifóbicas se congregaron en Génova para recordarles a los líderes de la "civilización" y las "buenas costumbres" que no todos en este planeta están de acuerdo con sus ínclitas decisiones de concentrar lo económicamente ya concentrado, y profundizar la "democratización" de la miseria y la pobreza. Todo ello, en aras de la globalización.

PERO, šCUIDADO!, QUE LOS DE las "buenas costumbres" son delicados. Tal vez porque ahora les tocó a ellos observarla relativamente de cerca, toda vez que a lo largo de los siglos las naciones poderosas que representan la han ejercido impúdicamente: los gobernantes de los países altamente desarrollados criticaron la "violencia de una pequeña minoría", que les apestó la reunión de Génova. Y se anota "relativamente de cerca", porque en la práctica las protestas de los más de 200 mil globalifóbicos fueron oteadas por los dirigentes del G-7 (más Rusia) desde cómodas posiciones, mientras que alrededor de 20 mil policías y militares tundían y eran tundidos a y por los manifestantes.

TRAS EL ASESINATO DE CARLO Giuliani, muerto por los carabineros, surgieron -tímidas- algunas voces en el cónclave globalizador, como las del mandatario francés, Jacques Chirac ("tenemos que empezar a dialogar con esta gente"), aunque prevaleció la postura rígida expuesta por el canciller alemán, Gerhard Schroeder: "cero tolerancia a la violencia".

PERO, SEÑORES "CIVILIZADOS", Ƒqué mayor violencia que la muerte por hambre?

Las rebanadas del pastel:


EL AMIGOU DE MÉXICO y del mundo, George W. Bush, también tiene programa sabatino de radio, y tampoco lo desperdicia: "los que algunos llaman globalización es de hecho el triunfo de la libertad humana a través de las fronteras nacionales; el libre comercio es la única vía comprobada para que naciones en desarrollo abandonen la pobreza", subrayó en su transmisión desde Génova, tras ser informado por sus asesores que desde hace dos décadas las naciones pobres abrieron indiscriminadamente sus fronteras, incursionaron en el libre comercio y siguen siendo pobres.

[email protected] / Fax: 54 45 12 53