LUNES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001
Ť Promete más diálogo con los países en vías de desarrollo y la sociedad civil
Globalización para todos, en especial para pobres, se propone el G-8
Ť Una economía global vigorosa, dinámica y en crecimiento permitirá disminuir la pobreza, afirma Ť No hubo acuerdo para reducir emisiones de gas y evitar el calentamiento planetario
AGENCIAS
Génova, 22 de julio. La cumbre de los siete países más poderosos del mundo y Rusia terminó con un comunicado final discreto, en el que ratificaron que la globalización sigue siendo el camino correcto a pesar de las fuertes protestas manifestadas, prometieron dialogar más con los países pobres y la sociedad civil, e hicieron patente su desacuerdo sobre el protocolo ambiental de Kyoto.
Los líderes del Grupo de los Ocho (G-8) reconocieron que ''la situación en muchos países en desarrollo, en especial en Africa, requiere una acción decisiva'' y afirmaron que ''la estrategia más eficaz para disminuir la pobreza es mantener una economía global vigorosa, dinámica, abierta y en crecimiento''.
Agregaron que están decididos a ''que la globalización funcione para todos nuestros ciudadanos, en especial para los de países pobres. La integración de esas naciones en la economía global es la vía más segura de responder a sus aspiraciones fundamentales''.
El G-8 no pudo llegar a un acuerdo para reducir las emisiones de gas y evitar el calentamiento del planeta según el compromiso del protocolo de Kyoto.
En cambio, acordó la creación de un Fondo Mundial de la Salud por mil 300 millones de dólares, y apoyar un plan de desarrollo para Africa que será ultimado en un año. También emitió una vaga declaración sobre la posibilidad de enviar observadores internacionales a Oriente Medio.
Los mandatarios de los países más ricos del planeta y Rusia se reunieron durante tres días en una zona roja de seguridad protegida por centenares de metros de vallas de cuatro metros de altura y por 18 mil agentes del orden, incluidos militares, a fin de evitar choques con los más de 100 mil manifestantes antiglobalización que se dieron cita en Génova, el número más importante que se haya reunido para realizar una protesta de este tipo.
El jueves, una minoría de activistas violentos desencadenó una enorme represión contra los manifestantes que derivó en la muerte de un joven -luego de haber sido alcanzado por el disparo de un carabinero-, 500 heridos y decenas de detenidos.
Todavía la madrugada de este domingo la policía allanó el cuartel general de los manifestantes contra la globalización, en un intento por evitar un tercer día de violencia callejera.
Durante la redada, antes del amanecer, la policía decomisó varillas de hierro, bates de béisbol y ladrillos que se utilizaron durante los primeros dos días de protestas, informó un vocero de las autoridades. Como resultado de esta incursión policiaca resultaron heridos 26 activistas.
Continuarán las cumbres
A pesar de los violentos acontecimientos, el G-8 se esforzó en destacar los logros de la cita y reiteró que una minoría no le impedirá reunirse en el futuro. ''Esta ha sido la primera vez que se ha hablado seriamente sobre Africa y sus problemas y que se han analizado las necesidades de las naciones en vías de desarrollo'', destacó el presidente francés Jacques Chirac.
El mandatario estadunidense, George Bush, consideró que ''es muy importante para las democracias en todo el mundo que continúen reuniéndose y no dejar que la violencia en las calles se los impida''. El primer ministro británico, Tony Blair, afirmó que sería ''no solamente un error, sino algo muy peligroso'' que los dirigentes del G-8 decidieran no volver a encontrarse.
Los líderes del G-8 acordaron realizar su próxima cumbre en una localidad de las Montañas Rocosas, en Canadá, donde sólo hay 350 habitaciones; así se evitarían las batallas campales que caracterizaron la cumbre en esta ocasión. La reunión está programa para el 26 y 28 de junio del 2002.
Desde Castelgandolfo, Italia, el papa Juan Pablo II condenó la violencia durante la cumbre y descartó ese camino como el adecuado para la justicia. El Pontífice de 81 años, dijo que quería encomendarle los resultados de la reunión del G-8 a Dios, pero agregó que era imposible sin ''manifestar dolor y amargura por las hostilidades que estallaron, desafortunadamente, con consecuencias de gravedad''.
Algunos de los principales diarios de Europa comentaron con desaliento la cumbre del G-8 matizada por la violencia. Consideraron que deben suspenderse las reuniones anuales porque ya no sirven a su propósito. Agregaron que las repetidas protestas prácticamente habían sepultado cualquier mensaje político resultante de la cumbre.
''Los líderes de las naciones ricas son víctimas de sus propias y exageradas producciones para una cumbre. Han creado expectativas sobre resultados y logros que ellos sólo pueden satisfacer con decisiones y proclamaciones cada vez más vacuas y genéricas'', publicó el diario alemán de circulación masiva, Bild am Sonntag,