Ť La elección de candidatos que no son populares, uno de los puntos débiles del partido
El PRI acumula descalabros frente a alianzas
Ť Análisis del CEN: la gente que decide votar prefiere una opción distinta al tricolor
ENRIQUE MENDEZ
Después de la derrota presidencial, y durante 12 meses en los que hubo varias elecciones, el PRI continúa perdiendo comicios frente a alianzas opositoras. Los resultados y sus porcentajes obtenidos en nueve procesos reflejan la fragilidad del tricolor ante sus contrincantes unidos, o bien sus debilidades en la selección de sus candidatos.
Un compendio de resultados que confronta las cifras de la elección federal del año pasado contra los comicios locales posteriores refleja además que los candidatos postulados por el Revolucionario Institucional tuvieron una aceptación mayor que el propio Francisco Labastida Ochoa.
En el documento se observa que si bien el PRI ha recuperado votos o bien mantenido sus porcentajes, ello no ha sido suficiente para ganar elecciones. El hecho de que las cifras a favor de los priístas hayan crecido o que, al menos, no caigan, es para el partido un triunfo, pues argumentan que a pesar de haber perdido la Presidencia de la República, no se ha derrumbado electoralmente.
Sólo en Zacatecas, Veracruz y Baja California sus cifras están por debajo del 40 por ciento de votación, una caída "muy marcada" en aceptación popular, aunque el estudio precisa que en el caso de las dos últimas entidades ese fenómeno se explica por un "marcado abstencionismo".
La curva de votación a favor del tricolor es más estable que la de sus principales contendientes, PRD y PAN, aunque en el caso de los comicios en Chiapas y Yucatán no supo articular una política electoral que le ayudara a superar las alianzas.
En la votación de Chiapas, la coalición que llevó a Pablo Salazar Mendiguchía a la gubernatura obtuvo 49.77 por ciento de los votos, mientras que el priísta Sami David David se acercó a 45.68 por ciento. Sin embargo, el ex senador obtuvo 5 mil 687 sufragios más que Labastida Ochoa en la entidad.
En el caso de Yucatán, la alianza opositora obtuvo 45.93 por ciento, mientras que el candidato priísta Orlando Paredes Lara logró 44.29 por ciento de los votos. Una diferencia mínima, aunque a diferencia de Sami David, la votación para el PRI cayó más de 11 mil votos respecto de la elección presidencial.
"Gente muy noble"
Las diferencias entre los tres candidatos se explican ?aseguran fuentes del Comité Ejecutivo Nacional? por la elección de abanderados que no son populares, y que mantienen los porcentajes de sufragios sólo gracias al "voto duro" a favor del partido. "A pesar de nuestros errores, la gente sigue siendo muy noble y todavía vota por nosotros", dicen funcionarios del partido.
Los casos de otras elecciones para gobernador, como Tabasco, Jalisco y Baja California, se cuecen aparte.
En Tabasco, el candidato Manuel Andrade Díaz venía arrastrando un conflicto de legitimidad, luego de que en la selección interna de abril de 2000, los otros aspirantes lo acusaron de haber recibido el apoyo de la administración de Roberto Madrazo.
De una ventaja inicial de 15 puntos, Andrade sacó apenas 8 mil un votos ?de acuerdo al cómputo oficial? de diferencia al candidato perredista César Raúl Ojeda Zubieta. La ventaja se redujo a 7 mil sufragios, luego que las autoridades electorales le anularon mil al priísta.
La ventaja del PRI en Tabasco se acentúa respecto del PRD sólo en el caso de la votación para presidentes municipales, con ocho puntos porcentuales. Que el médico Andrés Graniel haya ganado la capital del estado, Villahermosa, contribuyó a elevar los porcentajes a favor del tricolor en el proceso del 15 de octubre pasado.
Actualmente las encuestas del equipo de campaña de Andrade señalan que la ventaja a favor es de 5 a 6 puntos ?unos 30 mil votos? respecto de Ojeda, para las elecciones extraordinarias del 5 de agosto próximo, aunque el CEN acepta que esas cifras deben todavía reflejarse el día de los comicios. "No todos los que son entrevistados votan el mero día", reconocen las fuentes del PRI.
La elección de Jalisco le permitió al PRI acrecentar su aceptación popular. Jorge Arana Arana, actual secretario adjunto a la presidencia del partido, logró subir las cifras del PRI hasta 43.17 por ciento de los votos, apenas 1.39 por ciento abajo del actual gobernador, Francisco Ramírez Acuña.
Para esa jornada, la Secretaría de Elecciones del PRI documentó irregularidades en mil 700 casillas (27.7 del total de mesas instaladas), que eran causales de nulidad.
A partir de ello, el PRI exigió la conversión de los votos a favor de su candidato o bien la anulación de los comicios. Al final, en primera y segunda instancias, y en el tribunal electoral, el total de casillas anuladas fue de 400, por lo que el panista perdió casi 100 mil votos, con lo que la diferencia entre ambos se redujo a casi 44 mil.
En otras dos elecciones que se realizaron durante los 12 meses recientes, Chihuahua y Durango, el PRI se mantuvo por encima de PAN y PRD, aunque perdió más de 57 mil votos, 22 mil con relación a la elección presidencial. "Sin embargo ?acota el documento?, en las dos registramos triunfos importantes".
La caída más importante del PRI es la de Baja California. De 319 mil votos que sumó para la elección de presidente de la República, el candidato a gobernador registró 119 mil 65 votos menos que Labastida; los que compitieron por las alcaldías, 118 mil 75 menos, y los candidatos al Congreso local 115 mil 965 menos. Una pérdida de entre 57.9 y 59.4 por ciento respecto de las votaciones del 2 de julio de 2000.
"La disminución del voto para nuestro partido es de llamar la atención. Sin embargo, en este sentido vale la pena precisar el marcado abstencionismo que vivió la entidad, ya que sólo participó 36.64 por ciento de la lista nominal", explica el comparativo.
Empero, el análisis que se ha hecho en el CEN es todavía más severo. La directiva admite que si bien la ciudadanía no quiere votar, los que lo hacen prefieren elegir otra opción antes que sufragar a favor de los candidatos priístas.
En el caso de Baja California, y aunque son indicadores distintos, el porcentaje de sufragios a favor del candidato priísta Daniel Quintero (36.65 por ciento del total de sufragios) fue casi igual al índice registrado en cuanto a la participación electoral.
Este año, además de la votación extraordinaria en Tabasco y los comicios en Michoacán para gobernador, el PRI participará en las elecciones para renovar alcaldías y Congresos de Aguascalientes, Oaxaca, Chiapas, Tamaulipas, Sinaloa, Tlaxcala y Puebla.