LUNES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001

LEY INDIGENA

Ť Excarcelación de un miembro de Paz y Justicia acentúa la amenaza, señala vocero

Temor e incertidumbre imperan en municipio zapatista por acoso de paramilitares y Ejército

Ť La oposición al plan oficial de expropiar las cascadas de Roberto Barrios desató ataques, dice

HERMANN BELLINGHAUSEN ENVIADO

polho2Ejido Roberto Barrios, Chiapas. 22 de julio. "El pueblo está atemorizado. No se sabe lo que pueda pasar", expresa tres, y hasta cuatro veces, el representante de la autoridad ejidal que accedió a hablar este sábado con La Jornada, luego de la serie de denuncias que el municipio autónomo El Trabajo, y particularmente esta comunidad tzeltal, hicieron públicas en días recientes. Desde el primer momento explica los temores: "Es la misma estrategia del gobierno de dividir y amenazar. Todo este tiempo que hicimos la denuncia de lo que quieren hacer con las cascadas, no han dejado de atacar a la comunidad en resistencia".

"Tras la liberación de Samuel Sánchez, es más grande la amenaza de Paz y Justicia para nosotros", dice en referencia al fugaz encarcelamiento de los líderes más agresivos de dicha organización originada en la vecina zona chol, en el norte de Chiapas. Según la costumbre zapatista, y muy indígena, de hablar siempre en presencia de alguien de la comunidad, el vocero ejidal tiene a su lado un hombre mayor que escucha, y asiente a las afirmaciones de su compañero. Por ejemplo, cuando éste señala que un sector de los priístas "perjudica los sembrados, hostiga al trabajador, y hace muchas agresiones de palabra dentro de la comunidad". Y también cuando menciona que los priístas arrojan piedras a niños, vehículos ejidales y miembros del campamento civil de paz.

Por otra parte, el entrevistado refiere que el Ejército federal ronda las inmediaciones de Roberto Barrios de diversas maneras. Las patrullas instalan puesto de revisión en el crucero de Arimatea, a pocos kilómetros por el camino de terracería que conduce a este sitio, o bien en Chancalá Zapote, paraje de la carretera fronteriza donde entronca la brecha que conduce a esta zona. "Tienen muy variado el tiempo de llegar", dice, para exponer que los movimientos militares son impredecibles.

"Cada tercer día llegan de Madero hasta Nuevo Samaritano (a ocho kilómetros) y se quedan allí. Los soldados dicen que traen presupuesto para enseñar peluquería y carpintería. Pero siempre están haciendo preguntas de los zapatistas y metiendo malas ideas para que los campesinos nos peliemos". El representante del ejido agrega otro antecedente al actual clima de tensión: el retiro del cuartel militar ubicado aquí de 1996 al 17 de enero pasado. Antes de irse, los soldados picaron a los priístas, "dijiéronles que por culpa de nosotros ya no iban a tener negocio, porque nadie les iba a comprar en sus tiendas".

Otra modalidad del hostigamiento consiste en amenazar a quienes se oponen al Plan Puebla-Panamá, y en general a las familias en resistencia que, siendo mayoría aquí, a su voluntad pacífica se responde con hostilidad y violencia. Recientemente han sido saqueadas viviendas de seguidores del municipio autónomo, con lujo de violencia, y los miembros de Paz y Justicia han proferido amenazas de muerte contra personas de la comunidad. Hace tres años fueron asesinados aquí dos zapatistas. Los crímenes siguen impunes.

ƑParamilitarización al alza?

"Está más el ataque acá que en otras partes. Nuestros niños y mujeres van con miedo al río, a la escuela", refiere la autoridad ejidal. "Como los priístas aquí no mandan, se van a hacer las reuniones de sus 'autoridades' con el comisariado ejidal de Puyipá, y allí se organizan contra nosotros."

Lo que "desató toda esta agresión" -razona el representante tzeltal- fue lapolho4 serie de denuncias que hicieron bases de apoyo del EZLN sobre los planes oficiales de expropiar las cascadas de Roberto Barrios en beneficio de un empresario de Nuevo León. "Quieren que vivamos con miedo", reitera.

Los priístas de esta dividida comunidad de cerca de 900 habitantes se ven muy activos, con miras a la selección de candidatos del partido tricolor para el ayuntamiento de Palenque. Ante el proceso interno de esta semana, y que el propio priísmo chiapaneco prevé conflictivo y hasta violento, las comunidades en resistencia en el norte de la Lacandonia se ven rodeadas peligrosamente de una nueva fiebre paramilitar.

Con la que parece una nueva ala del grupo conocido originalmente como Paz y Justicia, sectores priístas se empeñan en quebrantar la precaria tranquilidad en esta esquina geográfica de la zona de conflicto. A la serie de ingredientes relatados en sucesivas denuncias de los campesinos pueden agregarse algunas versiones recientes sobre un paramilitarismo de nuevo tipo, más propiamente mercenario. Ahora que pasó el alborismo-zedillismo, y que el patrocinio gubernamental a estos grupos está a la baja -circunscribiéndose al control del Progresa y otras formas de inversión social, que las comunidades rebeldes consideran "migajas"-, observadores de derechos humanos en Chiapas y Guatemala han detectado una creciente influencia del narcotráfico sobre las bandas civiles armadas en ambos lados de la frontera.

Fuentes autorizadas han informado a este enviado sobre el surgimiento de grupos armados de ex combatientes guatemaltecos, quienes, ante la pobreza irresuelta en el vecino país, han "vuelto al monte" para asaltar y alquilarse como gatilleros. Estas mismas fuentes presumen la existencia de "buzones" de armas guatemaltecas en ambos lados de la frontera, que incluyen explosivos, armas de alto poder y minas unipersonales, y podrían ponerse al alcance de los paramilitares en Chiapas.

Los dos principales trasiegos ilegales en esta frontera -drogas e inmigrantes ilegales- estarían propiciando así una contrainsurgencia "adaptada" a la nueva globalización del bien y del mal, donde los intereses de Caín y los de Abel están en juego. La historia tiene una fastidiosa tendencia a repetirse bajo distintos ropajes, y si bien Roberto Barrios no es Acteal, hay señales de descomposición inducida en la convivencia social que no deben ser ignoradas.