LUNES Ť 23 Ť JULIO Ť 2001

Alain Touraine

ƑFracasará México? Un ataque del Congreso contra el Presidente

Se ha hablado mucho de los zapatistas, de su entrada a la ciudad de México, de la convergencia de intenciones entre el presidente Fox y el subcomandante Marcos. Sólo se discutían los plazos en los cuales el Congreso aprobaría el acuerdo entre el gobierno y los zapatistas. Entonces, brutalmente, todo se ha derrumbado. El Congreso ha desfigurado el acuerdo, en tanto que los zapatistas han regresado a su lejana Chiapas. Es todavía posible que el Presidente oponga su veto al voto del Congreso; pero, por el momento, las luces se han apagado; el silencio ha remplazado a la palabra; un fracaso definitivo es posible y detendría ese extraordinario movimiento que había hecho pasar a México de las utopías revolucionarias a la idea democrática. ƑDe dónde viene este cambio de la situación que nadie preveía en el momento en que Marcos estaba en la ciudad de México? Lo veo sobre todo como un ataque del Congreso contra el Presidente, mucho más que contra Marcos. El Presidente enérgicamente ha afirmado sus poderes y su capacidad de iniciativa. Los partidos, al contrario, no han salido de su confusión. Por todas partes las luchas personales y la ausencia de un proyecto general impiden a los partidos definirse políticamente. ƑNo es sorprendente ver con qué vigor el PAN, partido del Presidente, ha cambiado el proyecto de éste?

Así, la gran esperanza puesta en la creación de un sistema político, después de siete decenios de relaciones plenas entre el PRI y el Estado, se ha frustrado.

Esto se debe, en primera instancia, a la ausencia de verdaderos partidos políticos definidos por las demandas de los lectores y por su programa de gobierno. ƑPero de dónde viene esta impotencia política que alcanza de hecho a todos los países, desde Brasil a Perú? La razón principal de esta debilidad de los partidos es que el espacio político nacional está limitado en todas partes; de un lado, por la masa de los excluidos y, del otro, por la dependencia creciente respecto de Estados Unidos, que lleva más fácilmente a denunciar a los enemigos del exterior que a formular estrategias provenientes del interior. Esta dualización creciente no es propia de México y puede conducir a todo el continente hacia los problemas de los años cincuenta y sesenta, cuando los regímenes nacionalpopulares florecían y después caían casi por doquier.

De ahí la importancia tan grande que tiene la tentativa de crear en México un sistema político independiente del Estado y las graves dificultades que encuentra desde el principio. A partir del momento en que se cierra la salida revolucionaria se impone uno de los aspectos principales de la democracia: separar y combinar el Estado, el sistema político y la sociedad civil. En México, el Estado y el sistema político estaban confundidos, como en la Unión Soviética. El remplazo del partido-Estado, por el que ha ganado a sus adversarios, ha abierto la vía a la separación del Estado, ampliamente ocupado por la gestión del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y de un sistema de representación política fundada sobre los partidos. Al mismo tiempo, los zapatistas buscaban reinsertar a los indios en la sociedad civil.

šCómo no entusiasmarse por estos dos avances conjuntos y por la formación de la democracia mexicana que representaban! Pero he aquí que después de algunos meses solamente la nueva construcción se desploma, lo que puede ocasionar un terremoto en toda la región. Ya escuchamos las inquietudes que provoca el Plan Puebla-Panamá, ƑMéxico se va a desembarazar del sur pobre para consagrarse al triunfo del norte, integrado al espacio estadunidense?

Existen muchas respuestas diferentes a estos problemas complejos, pero todas deben responder a algunas condiciones generales que es necesario enunciar:

En primer lugar, la definición de una mayoría gubernamental. Una tal definición es mucho menos estricta en un régimen presidencial que en un régimen parlamentario, pero el campo de acción del Estado debe ser definido a la vez en términos sociales y políticos.

En segundo lugar, y de manera complementaria, cada partido importante debe definir una visión de la sociedad, por ejemplo, ahora a través de una reforma fiscal, una política de privatizaciones, un plan de organización del territorio y de la zona metropolitana.

En tercer lugar, los movimientos sociales deben a la vez ser independientes y elegir claramente una estrategia política, por ejemplo, aliándose a un partido o, al contrario, impulsando conflictos no institucionalizados.

Cada caso debe ser considerado aparte y no se trata de dar a cada uno una buena o mala calificación. Pero la separación y la coordinación del Estado, del sistema político y de la sociedad civil deben ser considerados condiciones centrales de construcción de una sociedad democrática.

México, de un solo golpe, avanzó hasta las puertas de la democracia. ƑAhora se aleja de ella y su programa de gobierno va a reducirse a la liberación de la economía? Tal ocasión perdida tendría consecuencias desastrosas, no solamente para México, sino para el conjunto del continente, que está sometido a poderosas fuerzas de dualización y a desigualdades crecientes. Lo que aumenta rápidamente el riesgo de ruptura en la mayor parte de los países.

Traducción: Javier Wimer