Ť Presenta el trío su novena grabación musical
Disco de diamante a Miguel y Miguel por vender más de un millón de copias
ARTURO CRUZ BARCENAS ENVIADO
Cuernavaca, Mor., 21 de julio El trío Miguel y Miguel (más José) presentó el pasado jueves su novena grabación para Discos Sabinas (ahora Disa Latin Music, desde su fusión con la cadena Univisión), en el hotel Camino Real Sumiya, un paraíso de arquitectura estilo japonés con materiales de construcción traídos desde el país del sol naciente. Son los migueles de siempre: con temas cantineros surgidos de la piedra y el río, del amor ranchero y pueblerino, tequileros.
No puede pedírsele peras al olmo. Son parcos y sólo conocen el lenguaje de las guitarras y del canto poético de los caballos, mulas, burros, vacas y chivos, de la paja, el azadón y la hoz. A eso de las dos de la tarde se dispuso el escenario en el salón Crisantemos de este hotelote, donde predomina una vegetación de bambú, de sonidos del correr del agua del río, de peces de metal. Para entrar en calor, los migueles invitaron las primeras copas de tequila.
En dos pantallas situadas en los extremos del escenario se proyectaron los videos de las canciones que el trío ha hecho más que famosas en México y Estados Unidos, como la ya clásica Sonora y sus ojos negros, viaje de un Ulises enamorado, cuya historia se desarrolla en el trayecto de un camión pasajero que recorre las principales ciudades del estado norteño.
Suficientes para ser trío
Miguel y Miguel son originarios de Angostura, Sinaloa, pero es en Monterrey donde han brillado con luz propia. Mantienen la originalidad de Las Jilguerillas y Los Alegres de Terán. Les han propuesto tocar con más músicos, pero no han aceptado. En eso radica su valor, pues no se han contaminado de vallenatos y otros ritmos.
Los músicos conviven con los invitados y comen del bufet que incluye camarones y otras delicias. Llevaron a sus esposas e hijos, pues los rancheros tienen sus ideas del territorio y lo marcan a su modo. Suben al escenario y se escucha El collar de Guamuchil, Quisiera ser pajarillo, Déjenme llorar (la que cantaban Los Freddy's) y Cruz de madera.
Llevan 13 años dándole a la cantada entre pueblo y pueblo. Los migueles se conocieron en Sinaloa y fueron pescadores. Hoy esa actividad, que antes les dio de comer, es una afición que disfrutan con sus hijos. Son los pescadores que dejaron el mar para irse en pos del estrellato.
Sonora y sus ojos negros se hizo película y ahí actuaron. Prefieren las canciones de amor y critican a quienes basan su éxito en los narcocorridos y en las groserías. Su disco número nueve trae un tema de amor sufrido: El contrato, que se sumará a la fila de éxitos, dada la respuesta del público. Entonaron Mazatlán, el corrido que José Alfredo Jiménez dedicó a ese estado, y en medio del aplauso subió la familia Chávez para entregar a los migueles un reconocimiento que pocos gruperos pueden ostentar: un disco de diamante, por más de un millón de copias vendidas de sus nueve producciones.
Fue emotivo, y Miguel y Miguel dio las gracias, sin tanto rollo. Se fue la familia Chávez y el trío siguió su concierto. Ahora traen una canción más que tradicional: La rana, ese juego hecho rola que habla del perro, el gato, el ratón... y que remata en la suegra. Ese sí es tema para echar la chacota. Las copas se alzaron y el salón tenía un ambiente de boda molera. Los tequilas corrieron con singular alegría, los rones no se hicieron esperar, las cervezas saciaron la sed de la cruda de una noche alargada por Rayito Colombiano y Fato, quien es un bohemio de los de antes y de siempre. Inventó el verbo "bohemiar".
Venden aunque no se escuchen
Miguel y Miguel tiene la cualidad de vender discos, aunque sus temas no los toquen en la radio. Están fuertes en Colorado y Arizona, entre otras ciudades de Estados Unidos.
Luego siguió una plática con la prensa, que estuvo lenta y sacada con tirabuzón. Lucían cansados y si cumplieron fue porque son profesionales. Ahora su música le gusta a los niños. Para comprobarlo, escuche usted con sus chavitos La rana, al estilo ranchero valseado de Miguel y Miguel: Miguel Angulo, primera voz y armonía; Miguel Montoya, segunda voz y requinto, y José Ariel Inzunza, bajo eléctrico.