DOMINGO Ť 22 Ť JULIO Ť 2001

Ť Max y Leonora, de Julotte Roche, narra el romance entre los pintores surrealistas

El mundo mítico de Carrington y Ernst

Ť El relato se desarrolla en la casa que sirvió de refugio y espacio común a los artistas

Ť Llevó dos años a la autora preparar la historia; entrevistas con vecinos y apuntes, las fuentes

MONICA MATEOS-VEGA

leonor.y max¿Cómo es el amor entre dos genios surrealistas? La respuesta es minuciosamente hilvanada por la escritora francesa Julotte Roche en su libro Max y Leonora (Era), donde narra la historia del romance entre los pintores Max Ernst y una jovencísima Leonora Carrington.

La artista inglesa tenía 19 años cuando conoció, en Londres, al alemán Max Ernst, de 43. La pareja vivió en París durante la década de los treinta, en Saint-Martin d'Ardéche.

El relato se centra en todo lo acontecido dentro de la casa que los artistas compartieron entonces; fue su refugio al que llegaron huyendo del padre de Leonora y de la esposa de Max.

No obstante, en 1939 la guerra los apartó cuando Ernst fue trasladado a un campo de concentración y Carrington comenzó un largo periplo geográfico que la traería finalmente a México.

Roche advierte antes de iniciar este relato biográfico "grave y hermoso" que no escribe sólo para los que ya saben quiénes son Ernst y Carrington: "me tomo el derecho de decir, en torno a la pintura de Max Ernst, palabras e ideas que tal vez rechazarán los teóricos del arte. En cualquier caso, después de captar la pintura, tratemos de captar al pintor".

En la casa-refugio de la pareja quedaron esculturas y pinturas de los artistas, durante muchos años los siguientes inquilinos ignoraron el valor de aquellas obras hasta que fue saqueada.

Al respecto, la autora agrega: "Los biógrafos de Max Ernst que saben lo que pasó en Saint-Martin d'Ardéche trataron de ocultárnoslo, Max Ernst estaba tan decepcionado... Le robaron a él por intermediación de Leonora. Max jamás demandó a los hombres que antes supieron ayudarlo. Era tanto su amor por Francia."

Con base en testimonios de vecinos y en apuntes con los que Carrington llenó cuadernos, Roche reconstruyó este lapso desconocido en la vida de los pintores.

Max y Leonora crearon un mundo mítico personal y desplegaron toda su fuerza creadora, de tal manera que su hogar quedó transfigurado en un enigma que se intenta descifrar en el relato de Roche, fruto de dos años de investigación.