Ť Eduardo Galeano
Los contribuyentes
En dinero pagamos, cada día, el impuesto al valor agregado. Y en desdicha contante y sonante pagamos, cada día, el impuesto al dolor agregado.
Todos pagamos el impuesto al dolor agregado, que se aplica en escala universal, aunque los tratados de Derecho Tributario ni siquiera lo mencionan.
Las autoridades planetarias, abocadas a la tarea de convertir al mundo en un lugar insoportable, agregan dolor al dolor humano, y nos cobran ese favor que nos hacen.
Desde hace unos cuantos miles de años, sabemos que hay dolores que no tienen remedio, las inevitables palizas que nos pegan el amor, el tiempo y la muerte; pero el dolor agregado se disfraza de fatalidad del destino, como si fueran la misma cosa la fugacidad del empleo y la fugacidad de la vida.