Obreros comunistas protegen la marcha contra la reunión del G-8
Ť Trescientos mil manifestantes recorren las calles de Génova y entonan Bella Chao
Ť Al menos 40 heridos, al allanar la policía el centro de prensa; llega a 500 el número de lesionados
LUIS HERNANDEZ NAVARRO ENVIADO
Genova, 21 de julio. Cuando la marcha de hoy lleva
andado alrededor de la mitad de su recorrido, una comisión de seguridad
formada por obreros comunistas se coloca al frente formando una barrera
humana infranqueable. Son los únicos autorizados allí a utilizar
palos de madera. Ellos abren el paso a la descubierta y la protegen de
provocaciones. Llevan al cuello un paliacate rojo con el símbolo
de la hoz y el martillo estampado en negro. Nada más sellar la muralla
y tomarse de los brazos, el cortejo comienza entonces a entonar Bella
Chao, la única canción de la cultura popular de izquierda
que ha sobrevivido a su crisis.
Al menos por el día de hoy, la clase obrera italiana reanudó durante unas horas su ruta al paraíso. En la marcha hay, de acuerdo con sus organizadores del Genoa Social Forum (GSF) Vittorio Agnoletto, 300 mil personas. La cifra no parece inflada. El contingente, casi siempre compacto, se extiende por varios kilómetros. Al menos la décima parte de ellos provienen de las filas del partido de la Refundación Comunista. Muchas decenas de miles son trabajadores de todas las edades, jóvenes y viejos, quienes junto a sindicatos como el metalmecánico de la FIOM y los Cobas (una coordinación de los más combativas organizaciones de base), llegaron de diversos puntos del país en un acto reflejo.
Marchan junto a adversarios políticos de muchos años
Responden, en un acto reflejo de sobrevivencia, al asesinato de un joven por parte de la policía y a lo que esto supone como perspectiva de futuro. Desde 1977 la policía no mataba a un manifestante como lo hizo este viernes. El crimen es una fuerte llamada de atención de lo que puede venirse. Y, como lo afirmó Agnolleto, no están dispuestos a permitir que Italia se convierta en una especie de América Latina de las dictaduras.
Hoy es sábado y muchos obreros tienen el fin de
semana libre. Lo aprovechan para sacar a flote su instinto de clase y una
cultura de luchas y resistencia que tiene décadas de duración,
aunque haya estado adormecida durante los últimos años. Algo
de ese nuevo clima comenzó a respirarse con la huelga que en solitario
?sin la participación del resto de los sindicatos? realizó
hace unos cuantos días La FIOM, para negociar el contrato colectivo
nacional del sector.
Para llegar hasta aquí han rentado autobuses.
Ante la paradoja de vivir simultáneamente un vacío de autoridad
?en la medida en la que la policía dejó actuar al Black Block
y a los provocadores? y un exceso de autoridad ?con los gendarmes golpeando
a los pacíficos? decidieron cuidarse a sí mismos y a sus
camaradas, aunque sólo lo consiguieron durante unas horas. Forjaron,
sin embargo, una alianza transgeneracional de fuerzas políticas
que durante años habían sido adversarios; una para luchar
simultáneamente contra el G8 y contra el gobierno de Berlusconi.
La disputa por el día
El viernes fue el día de los Monos Negros y de la doble violencia: la policiaca y la del Black Block y los provocadores. La apuesta por la desobediencia civil, que había obtenido un sonoro triunfo con la Marcha de los Migrantes del jueves, naufragó entre nubes de gases lacrimógenos, cargas de la policía, disparos de bala y destrucción de locales bancarios y negocios. El sábado fue el día del desempate. ¿Marcha pacífica o violencia? ¿Quién ganó?
Desde el momento mismo del inicio de la marcha se produjeron
situaciones tensas y complicadas entre manifestantes, policías y
grupos de anarquistas. Muchas de ellas fueron contenidas por el equipo
de orden del GSF y no pasaron a mayores. Otras no, y provocaron que los
gendarmes atacaran el cortejo con "justificación" y lo partieran
en tres.
Si entre los animadores de la protesta siempre hubo la
conjetura de que la provocación había venido de las mismas
fuerzas del orden, hoy la sospecha fue confirmada con la proyección
de un video en el que puede verse como algunos provocadores que se hacen
pasar por "anarquistas" se bajan de una camioneta de la policía
para meterse entre los manifestantes. Según Vilma Maza, la violencia
entonces estuvo inducida, en parte, por las mismas fuerzas encargadas de
resguardar el orden.
Los roces comenzaron a tan sólo unos minutos del inicio de la protesta, a escasos cincuenta metros de la descubierta, cuando un grupo no identificado de gente comenzó a gritar a los policías que se encontraban a más de 50 metros de distancia "asesinos, asesinos". Grito nada extraño durante el día de hoy. La policía respondió marchando hacia los manifestantes y disparando una carga de gases lacrimógenos que fueron dispersados por la brisa del mar. La tensión desapareció cuando integrantes del GSF dispersaron al grupo que había provocado la respuesta policiaca.
Poco más adelante, cuando la protesta debía de terminar su recorrido por Corso, Italia, y dar vuelta a la derecha, un grupo de carabineros en furgonetas tomó posiciones a escasos metros de la manifestación. Un grupo de anarquistas les comenzó a lanzar piedras cuando la cabeza del contingente llegó a ese punto y tratando de conducirlo al enfrentamiento con las fuerzas del orden. Unas veinte personas formaron una vaya y se hicieron de palabras con los Monos Negros.
Alrededor de una hora y media después, cuando la marcha todavía pasaba por allí, la misma historia se repitió. Sólo que en esta ocasión la maniobra surtió efecto. Se armó entonces una verdadera batalla en la que el Bloque Negro prendió fuego a una distribuidora de coches y destrozó todas las sucursales bancarias a su alcance. Una A rodeada de un círculo firmó entonces una de sus obras con una frase en inglés que decía: "¿Vas a invertir aquí tu dinero?" Otros aprovecharon para sugerir en la calle de Argentina un "Renuncia a tu trabajo. Roba un libro". En toda la zona se proponía "Fuck the capitalism".
Mientras tanto la marcha pacífica seguía avanzando. En varios momentos el cuerpo de seguridad del GSF tuvo altercados con los jóvenes anarquistas. Y, cuando los fornidos obreros los reprendían se comportaban como muchachos cogidos en falta que agachaban la cabeza ante los regaños de sus mayores. En ningún momento pudieron los Monos Negros entrar al contingente. Cuando trataron de hacerlo fueron expulsados por una multitud indignada.
No puede decirse que haya sucedido lo mismo en todos los puntos del cortejo. Donde lograron hacerlo la violencia afloró.
El rumbo
La descubierta y un importante número de manifestantes
alcanzaron a llegar hasta el final de su destino y convirtieron la concentración
en una fiesta, en la que, como número de apertura, se cantó
Imagine
de John Lennon ante una multitud entusiasmada con la demostración
de su fuerza. Después se guardó un minuto de silencio a la
memoria del muchacho asesinado, para concluir el homenaje levantando los
dos brazos al cielo abriendo las palmas de la mano. "Adiós Carlo",
le despidió la maestra de ceremonias visiblemente emocionada, mientras
los reunidos corean su apellido.
El primer orador formal en tomar la palabra es el alcalde
de Porto Alegre, en Brasil. Habló en un mezcla de portugués
e italiano. Señaló que en el mundo de hoy están en
marcha dos globalizaciones diferentes: de un lado, la de la guerra y la
pobreza; del otro, la de la solidaridad y los derechos. La solidaridad,
dijo, no nace espontáneamente del mercado. Surge del deseo de igualdad
transferido a un proyecto político de contenido libertario. Insistió
en que la propuesta de los que están allí es moralmente superior
a quienes quieren globalizar la exclusión y la guerra. Llamó
a reinventar la utopía, a crear una red de bolsas de resistencia
que globalice el derecho a la vida.
Quienes hablaron lo hicieron con el don de la brevedad. Los que les escucharon la virtud de la generosidad en los aplausos. José Bové convocó a una nueva movilización alrededor de la reunión de la FAO en Roma. Hebe Bonafini, de las Madres de la Plaza de Mayo, recordó el valor de la lucha por la memoria.
Al tomar la palabra Agnolleto, el vocero del GSF, elaboró una pieza de oratoria brillante, inteligente, directa y ordenada. Sus palabras fueron las de un estadista de los de abajo. Las de un hombre que desempeñara un liderazgo mundial de peso. Su discurso sería la envidia de cualquier político en un momento difícil. Su formación cristiana está a flor de piel, pero no abusa de ella. La convierte en una referencia ética compartible por casi todos los que luchan contra la desigualdad. Su lenguaje es el de la apropiación radical de los derechos por parte del individuo, el de la tolerancia y la reafirmación del valor de lo diverso. Sobre la violencia señaló: "no es posible que la policía no haga nada contra los que se pasean delante de ella y nos agreda a nosotros. Exigió entonces la renuncia del Ministro del Interior, y que el gobierno pagara los daños causados a los ciudadanos de Génova. Durante tres minutos se le ovacionó.
Para la mayoría, comenzó entonces el camino de Ithaca. Aunque se trató de un retorno que sigue estando más cerca de Troya que de casa. Desde el altavoz se informó que la policía cargó contra la manifestación, que hay combates en varios puntos y que no se debía regresar por la misma vía por la que se marchó.
Génova es una ciudad laberíntica y escarpada, llena de angostas calles y andadores que desembocan en pequeñas escaleras. Miles de gentes, conducidas y resguardadas por Monos Blancos y militantes de Refundación Comunista emprendieron entonces un largo y pesado camino de regreso, con un sol cayendo a plomo, después de haber caminado, cuando menos, tres horas.
En su larga marcha la multitud fue auxiliada por vecinos que sacaron sus mangueras para ayudar a saciar la sed o para entregar envases llenos de agua o para sugerir rutas y orientar a quienes se han extraviado. La gente respondía con calurosos aplausos. ¿De dónde viene esa solidaridad? Sólo puede provenir de lo más hondo, de la identidad con la causa, de la convicción de que quienes están allí no son los responsables de la violencia.
Saldos
El saldo "policiaco" de la jornada es estremecedor. Al
asesinato del manifestante este viernes hay que sumarle la muerte de Susanne
Bendoth, una francesa de 43 años, que sufrió un accidente
al descender del autobús. Hay, además, en total, 500 heridos
y 126 personas arrestadas.
Por si fuera poco, en un hecho de suma gravedad, alrededor
de la 1:30 de la madrugada la policía tomó por la fuerza
en centro de prensa del GSF. Allí se realizaban las conferencias
de prensa y trabajaban medios independientes que difundían lo que
sucedía. La justificación de la acción parece tomada
del manual de cualquier dictadura del mundo: había en su interior
drogas y armas.
La acción policial
Por lo menos 40 heridos provocó la madrugada de este domingo el allanamiento de la policía al centro de prensa de la Coordinación Antimundialización en Génova, denunciaron globalifóbicos a la agencia Afp, aunque autoridades policiales rechazaron la versión.
Según testigos citados por esa agencia, la policía realizó el operativo sorpresa para buscar películas y fotografías de la manifestación del viernes, donde fue abatido Carlo Giuliani, de 23 años. Un vocero policial informó a la televisión italiana Rai que en el lugar fueron confiscados barras de hierro, cuchillos, objetos contundentes y camisetas negras.
Otro portavoz policial declaró a Reuters que Giuliani enfrentaba una serie de cargos pendientes, entre ellos posesión ilegal de armas y por conducir en estado de embriaguez. Sin embargo, el padre del joven aseguró que su hijo no era una persona violenta y que no toleraba las injusticias.
El asesinato de Giuliani provocó actos de protesta el sábado en varias ciudades europeas; los consulados italianos en en las ciudades alemanas de Colonia y Madeburgo fueron objeto de protestas convocadas por grupos ecologistas y de tolerancia racial. En Hamburgo, varias decenas de taxistas recorrieron la ciudad en caravana en solidaridad con los manifestantes de Génova. La policía de esa ciudad alemana informó también que fueron apedreadas sucursales bancarias.
En Zurich, una pequeña bomba incendiaria fue arrojada la madrugada del sábado contra la Oficina Italiana de Turismo, sin que se informará de heridos, mientras que en Madrid unas 200 personas se manifestaron contra la globalización y en París al grito de "asesinos", decenas de manifestantes protestaron frente a la embajada italiana.
En Atenas, unas mil personas bloquearon el tránsito durante tres horas frente al edifición de la Unión Europea para protestar por el asesinato de Giuliani.
Por lo pronto, el saldo de heridos durante los enfrentamientos ocurridos entre el viernes y el sábado pasados en Génova es de 228 personas, entre ellos 70 uniformados. Las autoridades italianas informaron que decenas de los detenidos ?italianos, alemanes, franceses, españoles, suizos, griegos y estadunidenses? podrían enfrentar cargos por intento de homicidio, indicó Ap.