DOMINGO Ť 22 Ť JULIO Ť 2001

Ť "El gobierno se ha convertido en el consejo de administración de trasnacionales"

En crisis, la democracia liberal: Vargas Hernández

Ť El académico señala que la figura del Presidente "se va debilitando paulatinamente"

JOSE GALAN

Con los empresarios en el poder, en México emerge el Estado empresarial, que controla todos los beneficios de los factores de la producción a favor de los grandes intereses económicos capitalistas. El Estado gerencial es antidemocrático porque es el vehículo de control económico, político y social en beneficio de los intereses de los industriales.

El gobierno actual está compuesto por una clase empresarial conectada a los intereses financieros trasnacionales, que impulsa la desregulación de inversiones, y una derecha moderna y conservadora que destruye la política social y profundiza los niveles de desigualdad social, sostiene José Guadalupe Vargas Hernández, profesor de la Universidad de Guadalajara, doctor en administración pública por la Columbia State University y doctor en economía por la Keele University, en Inglaterra.

En el estudio La transición de derecha del Estado mexicano: ƑProfundización neoliberal o hacia el nuevo Estado regulador?, Vargas Hernández advierte que en México se requiere de un Estado con una racionalidad reguladora que impulse a los diferentes actores, mediante estructuras más horizontales y flexibles que propicien el trabajo profesional y de alta calidad en equipo, sobre todo porque la falta de destreza política está enrareciendo el ambiente que se requiere para una consumación de la transición.

La democracia liberal en México ha entrado en crisis desde que el gobierno se ha convertido en el consejo de administración de las grandes corporaciones trasnacionales, señaló.

De acuerdo con el estudio, el nuevo Estado regulador en México, que emplea un modelo de administración pública gerencial, dirige todas sus actividades a posibilitar la competitividad de la economía nacional en un complejo e incierto medio ambiente económico globalizado.

Este proceso, agrega, ha dado como resultado el fenómeno de economía dual, en donde algunos segmentos sociales logran una integración muy selectiva a la economía globalizada, mientras que la inmensa mayoría de los mexicanos carecen de oportunidades necesarias para lograr dicha integración.

La clase empresarial es oligopólica y monopólica, vinculada a los intereses trasnacionales, tanto de las grandes corporaciones como de organismos que regulan los intereses multilaterales. Para mantener la gobernabilidad, la actual administración -y los intereses que representa- busca establecer límites al exceso de democracia mediante procesos que despoliticen a los ciudadanos, a efecto de que no decidan en materia de política económica o social. El credo empresarial se plantea como democracia eficaz y eficacia empresarial, añade.

Para la clase empresarial el acceso al poder político y económico es prioritario para garantizar la defensa de sus intereses, sin tener que tratar con una clase política corrupta y costosa.

Vicente Fox representa los intereses de la clase empresarial y de la derecha conservadora, que impulsa un gobierno coherente con sus principios. Como ejemplo, la propuesta de reforma fiscal privilegia a las grandes empresas al gravar el consumo más que la renta o la riqueza.

"Por lo menos ahora se sabe que no se tiene un déficit fiscal, sino más bien un déficit financiero provocado por los altos intereses que se pagan por la deuda externa", agrega el académico.

"Continuar la alternativa del proyecto neoliberal, como tal parece se está profundizando en México, es apostar a un modelo que no sólo está resultando inviable para revertir la pobreza, sino que también está generando más conflictos sociales que respuestas a una mayor equidad y justicia social. Suplantar las relaciones sociales por cuestiones meramente económicas ha sido la causa fundamental de la generación de conflictos políticos y sociales".

La actual economía opera en dos niveles: el medio ambiente institucional que proporciona las reglas del juego, y las instituciones de gobernabilidad o el juego mismo.

Los modelos de la economía institucional en que se fundamentan los cambios en el nuevo diseño organizacional son los de cooperación para la regulación, la teoría del principal -agente-cliente, la elección pública, los modelos de competencia, los costos de transacción.

Sin embargo, el autor advierte en su ensayo, publicado en el número de julio-agosto de la revista latinoamericana Probidad, que es precisamente a partir de los gobiernos neoliberales que la figura del Presidente se va debilitando paulatinamente, sobre todo en su capacidad para integrar los intereses de los diferentes sectores, "hasta deformarse. Así, el gobierno de los tecnócratas neoliberales se convierte en una forma de dominio para preservar el monopolio del poder por una elite hegemónica".

Sin embargo, las situaciones han cambiado, y ahora el papel del Presidente se ha debilitado, y con ello el sistema de compromisos, lealtades y disciplinas.

Una descripción de la personalidad de Vicente Fox, cita el académico en su estudio, "se acerca a la realizada por Tuñón de Lara para el ascenso al poder de una elite empresarial similar: 'con una concepción calvinista del éxito mundano como prenda de la predestinación divina, su fuerza ya no procedía de su conexión con la jerarquía de la Iglesia, sino de la oportunidad de su proyecto, de la cohesión como grupo, de su presencia en el centro de las decisiones políticas y económicas, y de su capacidad para situar a sus leales en puestos de alta administración; en definitiva, de actuar no como grupo de presión, sino como una especie de partido de notables capaz de controlar los centros de poder del Estado'".