DOMINGO Ť 22 Ť JULIO Ť 2001

Ť Las medidas para atender la crisis hidráulica serán políticas de Estado, asegura

El agua, asunto de seguridad nacional: Aguilar Zinser

Ť Existe el riesgo de conflictos entre comunidades por la disputa de recursos acuíferos

JUAN ANTONIO ZUÑIGA M.

Las medidas dirigidas a atender la crisis hidráulica que padece el país asumirán la categoría de políticas de Estado y serán de observancia obligatoria, una vez que el Congreso de la Unión apruebe la iniciativa para normar las actividades relacionadas con la seguridad nacional, la cual será enviada por el presidente Vicente Fox en el próximo periodo de sesiones, adelanta Adolfo Aguilar Zinser, consejero en la materia de la Presidencia de la República.

Explica: "hay toda una lógica que obliga al país a tomar el agua como un asunto de seguridad nacional. Tenemos varios factores que se acumulan al problema hidráulico: la deforestación, que tiene un efecto muy grande sobre el sistema hidráulico en muchas partes del país; la contaminación del agua, cada vez más afectada por desechos industriales y por la actividad económica sin control.

"Y luego tenemos el problema de que el agua, esencial para la vida urbana, está sujeta a una administración caótica, catastrófica, porque en muchas ciudades se cobra a un costo que no refleja el esfuerzo de la energía social y económica que hay detrás de la prestación de este servicio y, por tanto, se genera un gran desperdicio".

Las ciudades de México y Guadalajara "son las campeonas en eso", comenta en entrevista con La Jornada el promotor de lo que será la primera legislación específica sobre seguridad nacional que haya existido en México hasta la fecha.

Aguilar Zinser advierte: "todos esos factores hablan de que tanto en el uso y aprovechamiento, como en la conservación y distribución del agua, México está entrando en una fase muy problemática en la que el país está enfrentando situaciones de gran riesgo".

Puntualiza: "riesgo tenemos en comunidades que pierden su viabilidad como centros de actividad económica; tenemos riesgo de que haya conflictos entre comunidades por el agua, que ocurren cada vez en condiciones más violentas; riesgo de enfrentar tensiones con nuestros vecinos, sobre todo del norte, por problemas de compartir recursos acuíferos, en una situación en la que México demanda cada vez más agua y es cada día mayor el crecimiento de la población en la frontera y son cada vez más los problemas asociados a estos asentamientos urbanos".

Acción pública coordinada

-Respecto a lo de la ley, porque supongo que anteriormente no había, todo se ha denunciado, se ha manejado que hay grandes problemas con el agua y hay datos que parecen confirmarlo, pero no se conoce hasta ahora una acción pública coordinada para atacar, para tratar de resolver, frenar la situación, revertirla.

-Ya hay una acción pública coordinada, que encabeza la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), y ésta ha colocado al agua como el centro de sus preocupaciones, y es ahí donde el secretario Víctor Lichtinger utiliza la mayor parte de la energía política de la dependencia, y de su capacidad técnica para hacer estudios.

"Esto ha logrado que en esta administración se genere una sinergia en torno al agua, que encabeza Lichtinger, y que tiene repercusiones adentro del gobierno, en donde se está peleando al interior de las burocracias para colocar al agua, y los problemas asociados a ella, en una lógica de estado en torno a un proyecto de recuperación y de transformación".

El consejero de Seguridad Nacional de la Presidencia es un político dado a la abstracción como método. Tal vez por eso detalla y sistematiza sus planteamientos antes de llegar a lo concreto.aguilar_zinser23

Abunda: "en esto tiene que participar la Secretaría de Desarrollo Social, y Josefina Vázquez es consciente de este problema, entonces se está creando una sinergia para que Semarnat y Sedeso trabajen más estrechamente en el problema del agua y del bosque, lo mismo que la Secretaría de Agricultura. Todo esto es muy complejo porque hay intereses distintos que se representan en cada una de estas burocracias, en función de las tareas que tienen asignadas".

Ejemplifica: "en cuencas como la del Lerma, que están sobreexplotadas, se está dando un conflicto muy fuerte entre visiones distintas de cómo aprovechar y conservar el agua, y esto se da a partir de la desecación del lago de Chapala. Ese vaso se deseca, entre otros factores importantes, por el sobreaprovechamiento y explotación del río Lerma, entonces las aguas llegan muy contaminadas y no arriban los caudales suficientes para mantener el equilibrio del lago.

"Entonces esto hace que haya una conflictividad muy grande, porque qué hacemos, le quitamos el agua a la agricultura en toda la fuente del Lerma y volvemos a llenar el lago de Chapala, o dejamos que se siga desecando. Estas son disyuntivas de política económica, son disyuntivas ciudadanas, sociales, que tienen que resolverse con criterios de seguridad nacional. Alguien en algún momento tendría que estar en condiciones de decir 'esto es la solución al problema'".

Al llegar a este punto, Aguilar Zinser aborda el asunto desde la perspectiva de su materia: "declarar un asunto de seguridad nacional es darle al Presidente la posibilidad de tomar decisiones ejecutivas que encaucen la solución de un problema, porque de otra manera nunca vamos a salir del atolladero. Esa es la lógica a la que estamos llegando.

"Ahora, para que podamos llegar a ello, sí necesitamos llegar a un nuevo instrumental jurídico con el que no contamos. Por más coordinación que tengamos, hoy hay límites a la capacidad de acción de la coordinación en la medida en que no se pongan de acuerdo...

"No se van a poner de acuerdo porque son intereses que por definición no pueden llegar a un acuerdo; el agricultor no puede decir 'yo voy a dejar de producir para que los de Guadalajara tengan agua en el lago de Chapala'. No son decisiones individuales de los ciudadanos que estarían involucrados en un problema; hay un punto en el que las decisiones son de Estado. Por eso tiene que trasladarse el tema a la seguridad nacional".

-Decía que bajo las condiciones actuales el problema del agua no es superable. Entonces llegará un momento en el que se tendrían que tomar decisiones en cualquier sentido ƑPodríamos hablar de plazos fatales entre 5 y 10 años?

-No. Yo no quisiera hablar de plazos fatales, porque es ponerse uno mismo una camisa de fuerza sobre un asunto que está determinado por múltiples factores. El gobierno tiene seis años, y en ese tiempo tiene que producir resultados tangibles, y por eso nosotros estamos tomando medidas que van a generar capacidades institucionales para tomar esas decisiones, y para avanzar. Para mí, lo más importante que tendría que ocurrir en los próximos años es tener en su lugar un sistema de decisiones de seguridad nacional.

-El agua también reviste problemas de carácter internacional en la frontera norte de México. ƑCuál es la situación actual respecto a los tratados que se firmaron en 1944?

-El tratado entre México y Estados Unidos sobre distribución de aguas internacionales es muy favorable para nuestro país; no lo es en la óptica de un agricultor en alguna parte del país que le quiten agua para llevársela a Estados Unidos. México sacó ciertas ventajas de ese tratado, y disfruta y aprovecha más agua del conjunto de las fuentes.

"Pero como es un tratado de límites y aguas que significa el movimiento de líquido de sur a norte y de norte a sur, nosotros tenemos que compensar con algo el agua que entra a México, y lo tenemos que hacer porque es una obligación internacional. Pero ya no tenemos con qué pagar nuestra cuota en el tratado, porque no tenemos, porque hay una sequía muy grande en el norte del país, porque hay una sobreexplotación de mantos acuíferos por el crecimiento urbano en la frontera, y porque hay deforestación en las zonas montañosas que le dan origen a la cuenca.

"Entonces, qué es lo que ocurre: eso hace que nos resulte cada vez más oneroso y más difícil pagarle a Estados Unidos. Pero en estricto derecho, ese país nos está haciendo un reclamo justo basado en un compromiso internacional que nos es ventajoso a nosotros, no a ellos. Tenemos que solucionar nuestro problema de agua y para ello podríamos trabajar con aquella nación de manera constructiva, con el ánimo de que se visualicen soluciones de largo plazo.

"Por lo pronto, el problema no es sencillo, ni la perspectiva clara. La mayor crisis de sequía en México se presenta en los cauces del río Bravo y afecta a los estados de Chihuahua, Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas. Desde hace diez años este río fronterizo llega seco al Golfo de México; es decir, ya no llega".

-ƑTodavía insiste en su planteamiento de militarizar los bosques?

-Yo nunca he hablado de militarizar los bosques; he hablado de dar, por el rango de seguridad nacional, la misión al Ejército de evitar la destrucción de algunas áreas forestales que están en situaciones extremadamente críticas. Los bosques deben estar en poder de las comunidades; ellas son las que los deben cuidar.

"Por ejemplo, una zona altamente vulnerable, como lo son los Montes Azules, en donde la comunidad no tiene la capacidad de cuidar sus recursos, y donde el gobierno y el estado ya han declarado que se trata de una zona natural protegida, de una reserva, ahí yo creo que se justifica que se eviten las invasiones que van a destruir ese recurso en diez años.

"La pérdida de esa reserva va a romper toda la dinámica de la cuenca hidráulica de la que dependen los más grandes mantos acuíferos de México. Entonces, estamos hablando de una catástrofe que el país no puede pagar".