DOMINGO Ť 22 Ť JULIO Ť 2001
Ť Al conflicto en Chiapas se le dio "la peor de las soluciones", sostiene Ilán Semo
Fox deberá asumir las consecuencias de la ley indígena: Camacho Solís
Ť Ante el actual gobierno, no hay respuestas ni propuestas opositoras, dice Julio Hernández
Ť Análisis sobre la transición en México en el foro organizado por La Jornada y Casa Lamm
JUAN ANTONIO ZUÑIGA
Las consecuencias políticas y jurídicas de la promulgación presidencial de las reformas constitucionales sobre derechos y cultura indígenas, en los términos en los que fue aprobada, colocarán al Ejecutivo ante el dilema de ejercer las facultades coercitivas que de ella deriven, o no aplicarla y debilitar el estado de derecho, señaló Manuel Camacho Solís, quien fuera el primer comisionado para la paz en Chiapas del gobierno federal.
Actor principal del lado gubernamental en las pláticas de San Cristóbal en 1994, Camacho Solís resaltó que ese dilema provoca "una tensión enorme", porque tendrá que discutirse la vigencia de la ley que dio origen a la Comisión de Concordia y Pacificación (Cocopa), así como la amnistía que ha contenido la acción armada en el conflicto.
Una vez que han sido contados los votos de los congresos locales y que la ley ha sido enviada al Ejecutivo, "el Presidente de la República ya no tiene opción y debe promulgar esa reforma", precisó el hoy presidente del Partido de Centro Democrático en el foro "México después del 2 de julio y el mundo actual", organizado por La Jornada y Casa Lamm.
"Lo que indica todo esto es que en vez de resolver los problemas, nos estamos colocando como Estado, y hasta cierto punto como sociedad, en dilemas que nos llevan a situaciones cada vez más complejas, por las propias exigencias del proceso legal".
Una oportunidad perdida
A su vez, el investigador del Departamento de Historia de la Universidad Iberoamericana, Ilán Semo, planteó que el problema de las comunidades indígenas "ha tenido una de las peores soluciones", dada la posibilidad que hubo de promover una ley que permitiese un régimen de autonomías efectivas, y consideró que "se perdió la increíble, la enorme, la inédita posibilidad de resolver esta problemática de una forma total y radicalmente distinta".
Sobre el tema central del foro "El desempeño del gobierno de Vicente Fox a un año del 2 de julio. Promesas y realidades", tanto Camacho Solís como Ilán Semo, y el periodista Julio Hernández López, delinearon un panorama difícil sobre la actualidad política.
Manuel Camacho coincidió con Ilán Semo en que hay dos tipos de transición que se observan en el mundo contemporáneo: las exitosas, como la española y la portuguesa, y las fallidas, como la de la ex Unión Soviética, la ex Yugoslavia, la de Colombia y la de Argentina.
Para la transición en México, expuso Camacho Solís, "simplemente hay que pensar cuál es la sustancia y qué es lo importante, en términos de la realidad mexicana", para lo cual se planteó la necesidad de despejar tres incógnitas: el qué, el cómo y el cuándo.
En cuanto al "qué", sostuvo: "Necesitamos construir las instituciones para la gobernabilidad y para el desarrollo", y evaluó: "Ahí estamos en una verdadera situación de debilidad".
En el "cómo", consideró que "es necesaria una nueva correlación de fuerzas" que permita respaldar el proceso de construcción de las nuevas instituciones que necesita el país y contrarrestar las tendencias que puedan paralizarlo e incluso "precipitarlo a una descomposición".
Al tocar este punto se refirió al desempeño de la oposición. Aquí hay una paradoja interesantísima -puntualizó-: "Tenemos un Congreso en el que las fuerzas opositoras al PAN son mayoría y no ha habido una jugada, una iniciativa, una acción política que sea producto de esa mayoría, y que podría abrir el proceso de transición y de cambio institucional".
Abundó: "Por la vía de las reformas legales se podrían hacer cambios muy importantes para el país; sin embargo, no ha habido nada, tenemos una oposición paralizada, sin agenda, sin proyecto real, esperando a ver qué hace el Ejecutivo, y todo eso ha contribuido a perder tiempo".
Sobre el "cuándo", Manuel Camacho advirtió que "mientras más tiempo pase, menores serán los márgenes de acción del Presidente, pero también del Congreso, de las fuerzas políticas, de la sociedad", y preguntó: "ƑQué pasa si quienes hoy gobiernan no asumen el mandato de cambio que recibieron, si quienes hoy son oposición no aprovechan la fuerza que aún tienen, qué va a ocurrir, qué se puede hacer?"
A estas interrogantes respondió: "Me parece que hay dos momentos: el de la posibilidad de los acuerdos reales; y otro, el de la formación de una agenda y una estrategia opositora que permita contrarrestar los procesos que estarían en marcha".
Ilán Semo definió al nuevo conjunto en el poder como "un bloque que instala su capacidad de gobernar sobre la base de autorreproducir una relación patrimonial con los antiguos grupos económicos, sin la perspectiva de resolver la forma y cómo esta democracia se va a transformar en un Estado efectivamente social e incluyente".
Por su lado, el doctor Gustavo Leal centró su exposición y su crítica en las políticas de salud y seguridad social contenidas en el Plan Nacional de Desarrollo. En este sector, sostuvo, "el foxismo no trajo cambio ni alternancia".
Logros importantes
El enfoque periodístico fue expuesto por Julio Hernández López, quien sentenció que a un año de la elección del 2 de julio, el gobierno de Vicente Fox ha tenido "logros y objetivos que ciertamente han sido importantes".
E inmediatamente los enumeró: "Tenemos ya en funciones una virtual vicepresidencia de la República que está presta para ejercer y ocupar los espacios vacíos que pueda dejar el hombre a quien Porfirio Muñoz Ledo, en sus años de contienda electoral en Guanajuato, había bautizado como el alto vacío".
Hemos ganado, prosiguió, "presencia internacional, presencia que nunca habíamos tenido. Nunca antes nadie, en funciones públicas, había aparecido en la revista Hola, y ninguno de nuestros políticos había ganado una mención de guapura".
La lista de méritos del actual equipo gobernante, identificados por el autor de la columna Astillero, fue extensa y analizada por el periodista.
Citó, por ejemplo, la generación de "un fenómeno interesante: se propició y se logró la difusión y la lectura masiva de obras como Aura, gracias al señor Abascal".
Y continuó. "Tenemos una Secretaría de Hacienda que se mantiene, no como una secretaría, sino como una virtual esquina de aquella calle de Niño Perdido. El secretario de Hacienda no sabe qué hacer, a la espera de que algún día le aprueben su hipotética revolución hacendaria que sería la imposición del IVA a alimentos y medicinas".
Entre los "múltiples logros" del gobierno enumerados por Julio Hernández, sobresalió el mérito atribuido al presidente Vicente Fox de haber "conseguido que se instale en México aquella vieja búsqueda marxista de la contradicción permanente".
Esto último le valió a Hernández López el reconocimiento de un veterano militante del ex Partido Mexicano Socialista, quien le agradeció públicamente el contenido y la forma de su exposición, "porque gracias a eso" pudo llegar con rapidez a la conclusión de que "Fox es un trotskista de derecha".
Julio Hernández concluyó: "Frente a todas estas circunstancias vemos que no hay respuestas ni propuestas de las fuerzas opositoras. Creo que vamos a tener un Presidente atado a los índices de popularidad, dispuesto a hacer todo lo que sea necesario para que no caiga su rating. Creo que vamos a seguir teniendo a un Presidente de la República zigzagueante, entregado a los grupos de poder".