Ť El debutante Miguel Gallardo perdió ante Simon Larose en cuatro sets
En suspenso, la serie Copa Davis vs Canadá
Ť El segundo juego fue suspendido por lluvia; Hernández estaba en desventaja con Niemeyer
ABRIL DEL RIO
"Si el Pelón los viera se vuelve a pelar", exclamó uno de los aficionados que se quedaron ayer con la ilusión de revivir uno de los triunfos que han dejado los equipos mexicanos de Copa Davis para la historia en el estadio Rafael Osuna del Deportivo Chapultepec, donde la primera jornada quedó inconclusa tras suspenderse por lluvia el partido entre Alejandro Hernández y Frederic Niemeyer, quienes empataban.
Y es que Miguel Gallardo, en su debut, se conformó con el aplauso desganado de esos cuantos que lo vieron caer por 6-2, 3-6, 4-6 y 4-6 ante el canadiense Simon Larose.
El vetusto pero digno escenario fue ahora testigo de la realidad del tenis. Noble, recibió al jugador chihuahuense que carente de logros en su limitado currículum fue designado en forma sorpresiva dos días antes.
Pocos confiaban en Miguel Gallardo y acaso él era uno de esos. Si bien fue contundente para anotarse el primer set en sólo 28 minutos, también fue notoria la lentitud con que Larose ingresó a la cancha, la calma con que tomó la desventaja y el control con que se apoderó del partido.
Con el marcador arriba, el mexicano relajó los ánimos y su tenis. Luego de romper el servicio a Larose en el tercer game permitió todo y padeció los cañonazos y las devoluciones precisas que asestaba el canadiense, quien cumplió la amenaza de ser un jugador explosivo y completo.
En el tercer parcial, el joven moreno de cabellera rizada y gorra mantuvo su servicio en dos ocasiones y le rompió a Larose otro par, pero a pesar de que jugó puntos eternos no consiguió la reacción en los momentos definitivos.
Ya para el cuarto, Gallardo salió derrotado; apenas conservó sus turnos y sufrió revés en el séptimo parcial. Selló la derrota con una bola que dejó en la red, después de casi tres horas de juego.
Nada importaba. La esperanza en la catedral del tenis estaba depositada en Alejandro Hernández, en su condición de primera raqueta del país y en su récord Copa Davis de 11 ganados y uno perdido en escenarios mexicanos.
Pero también esa ilusión empezó a derrumbarse desde el primer set, en el que Niemeyer parecía sacar a pelotazos al mexicano, que en sólo 25 minutos se encontraba abajo 1-6.
No faltaron las porras, las tradicionales del "México" y las ahora típicas del tenis, impulsadas por el Chaca Chaca, otrora rechazado personaje que con resignación es ahora tolerado e incluso secundado por los aficionados al deporte blanco.
Y así, con ese cobijo del público que los tenistas mexicanos ya consideran una de sus armas fundamentales, Hernández se metió al partido con un servicio más contundente y el peloteo de fondo que mejor domina, para igualar el marcador con otro 6-1.
Las nubes oscurecieron la arcilla hacia el tercer set, en el que el mexicano y canadiense habían conservado hasta el octavo; Niemeyer aprovechó la desconcentración del público, temeroso de la mojada, y la de Alejandro para romperle el servicio y ponerse arriba 5-4 y 15-15, antes que todos corrieran a resguardarse.
El cotejo se define hoy a partir de las 10 horas, antes del punto de dobles que disputarán el mismo Niemeyer con Jerry Turek frente a la dupla mexicana que integran Oscar Ortiz y Enrique Abaroa.