Corpus in statu con Eros Ludens
Si Scherezada decide cambiar las historias fantásticas por los textos eróticos, si anda descalza por el escenario y se acompaña de tres mujeres más cuyo patrimonio más allá del natural porte es la coordinación, el dulce matriarcado se agradece.
Dana Berman, Karen Bernal, Blanca Marroquín y Lina Hernández se dejan acompañar por Bruno Fregosi e Ian para llenar prácticamente el Foro del Dinosaurio, del Museo Universitario del Chopo, con su espectáculo Corpus in statu. Todos, bajo la doble dirección de César Romero y Luis Villanueva, conforman la compañía Eros Ludens que este fin de semana se presenta por las noches en ese sitio.
Y como el desnudo parcial o completo ya no provoca sino que acompaña, entre las cuatro mujeres y el par de varones se las arreglan para atraer.
La obra parte de textos que involucra el punto de vista de Pierre Klossowski a Julio Cortázar con escalas en Bataille, Sade, Yourcenar, Goethe, Safo, Duchamp, Dalí, Breton y Eluard, más la música en directo del grupo Cabeza de Cera.
Los textos a veces apenas se oyen, pero desde el inicio de los 45 minutos de la representación pasan a un segundo o tercer planos. La propuesta de Eros Ludens va más hacia el ejercicio de respiración que al movimiento, hacia el circo de cámara lenta con apuntes de cabaret. Y en esa posibilidad de mezclar las habilidades en el trapecio con las diversas formas de la seducción, alcanzan sus mejores logros: una mujer suspendida de un doble cortinero negro es prueba de ello, sobre todo cuando desciende de él a tramos irregulares y arma así la coreografía.
Si quitáramos de escena las velas, el recipiente con agua, las escasas flores y el telón de fondo, Eros Ludens no perdería nada; de modo que aciertan al apostar, primero, por la danza vista como un juego estroboscópico y luego al olvidarse sanamente del público cuando lo requiere la trama.
El matriarcado funciona así y seguirá las noches de hoy y el domingo en el Chopo a partir de la sutil premisa de una narradora de pies delgados.