sabado Ť 21 Ť julio Ť 2001

Miguel Concha

Capítulo General Electivo

Ciento veintisiete religiosos dominicos, delegados de más de 6 mil 100 presbíteros, diáconos y no sacerdotes de 101 países, se reúnen desde el día 8 de julio en el Providence College, de Rhode Island, la universidad dirigida por ellos en Estados Unidos, para celebrar su Capítulo General Electivo. Habiendo sido previamente electos, desde hace meses se prepararon estudiando y analizando los informes que recibieron de su gobierno central, y las consideraciones y peticiones que les dirigieron sus hermanos y hermanas de todo el mundo. La Orden de Santo Domingo mantiene en la Iglesia un ritmo trienal y constante de capítulos generales. Primero uno de representantes de la base, llamados definidores, elegidos cada cuatro años en las respectivas asambleas nacionales de representantes; luego, tres años después, otro de provinciales, igualmente elegidos en las asambleas nacionales, y finalmente uno de definidores y provinciales cada nueve años, en el que por voto directo y secreto se elige para ese mismo periodo de tiempo al superior general, que entre los dominicos lleva el título de maestro de la orden.

Además de revisar y evaluar entre todos las exigencias, condiciones y estructuras de su vida regular en común, que para los dominicos es fundamental, y los procesos de promoción y formación inicial y permanente de sus vocaciones, así como sus relaciones de colaboración y organización con los demás sectores de la orden (monjas contemplativas, hermanas de vida activa y laicos dominicos), este año se han concentrado en la elección del 86 sucesor de Santo Domingo de Guzmán, en los desafíos que presentan la globalización y el neoliberalismo a su misión universal, y en la reanimación y reforzamiento de su vocación intelectual en la Iglesia.

Después de cinco días de encuentros interpersonales y por grupos regionales y lingüísticos (español, inglés y francés), precedidos de varios encuentros regionales en el mundo, en los que se elaboraron perfiles y se consideraron posibles nombres, el pasado sábado fue elegido como maestro de la orden, por mayoría más que cualificada y apenas en el segundo escrutinio, el dominico argentino Carlos Alfonso Azpiroz Costa, quien paradójicamente sucede al inglés Timothy Radcliffe, quien fue elegido en 1992 en el Capítulo General de México, y cuya labor ha sido muy apreciada dentro y fuera de la orden. Es la segunda vez en los 787 años de historia de la orden que un americano encabeza a los dominicos. El otro fue fray Antonio de Monroy e Híjar, nacido en México, y quien fue el 59 sucesor de Santo Domingo entre 1677 y 1686. A pesar de sus escasos 45 años de vida, y de sus cortos 21 años como dominico, el P. Carlos Azpiroz se desempeñaba desde hace cuatro años en Roma como procurador general de la orden, es decir como aquel que se encarga de tramitar todos los asuntos legales importantes ante el Vaticano, luego de haber sido secretario de su provincia y prior de los conventos de Mar del Plata y Buenos Aires. Antes de hacerse dominico se recibió en Argentina de abogado en derecho civil, y dentro de la orden obtuvo posteriormente en Roma el doctorado en derecho canónico. Ha ejercido igualmente el magisterio en materias jurídicas y teológicas, convencido de un uso pastoral de las leyes de la Iglesia.

Para profundizar en el tema de la predicación del Evangelio en un mundo globalizado, se contó desde el pasado lunes con la iluminación del doctor Robert Schreiter, quien desde hace 20 años trabaja el elenco bibliográfico y temático de las obras del teólogo dominico Edward Schillebeeckx, y es profesor de teología contextuada en la Universidad Notre Dame de Chicago y en la sección de teología de los dominicos de la Universidad de Oxford. Se ha contado igualmente con la colaboración de dominicos expertos en economía, como Jean-Claude Lavigne, quien acaba de publicar en Francia un libro sobre la materia, y del canadiense André Decoteaux, quien está por terminar una tesis de doctorado sobre la desigualdad de los ingresos en Colombia. Los dominicos del Capítulo General están conscientes de la ideología liberal que subyace al actual proceso de globalización, con todas sus consecuencias de desigualdad, exclusión y violencia, y de la necesidad de predicar de muchas maneras una concepción del ser humano y unos valores que contribuyan a la construcción de soluciones alternativas.