Ť Congregó a 20 mil antimundialistas en la ciudad italiana
El G-8 muestra una profunda debilidad por atrincherarse en Génova: Manu Chao
AFP
Genova, Italia, 19 de julio. Unas 20 mil personas asistieron la noche del miércoles en Génova a un concierto del cantante francoespañol Manu Chao, en el marco de las manifestaciones contra la cumbre de los países más industrializados del mundo (G-8).
El ídolo de los antimundialistas, "ciudadano del mundo" con su tradicional gorro, enristró la guitarra para desgranar su larga serie de éxitos que va de la época en que actuaba con el grupo Mano Negra hasta su etapa de cantante solitario.
Manu Chao no dijo una sola palabra sobre la mundialización, pero en una entrevista que publica este jueves el diario genovés Il Secolo XIX, el cantante expresa su repugnancia ante el hecho de que los jefes de Estado o de gobierno de los Ocho se vean obligados a atrincherarse en el viejo casco urbano de Génova. "Es una señal de profunda debilidad", exclamó.
"Los muros metálicos que se han erigido son escandalosos", dijo Manu Chao al comentar los 1.6 kilómetros de chapas metálicas y alambradas que impiden el acceso a las callejuelas del centro histórico, en el que se desarrollará la cumbre del viernes al domingo.
"Si los Ocho desean enviar un mensaje, lo han conseguido: tienen miedo y se sienten frágiles", estimó el cantante, que anunció su presencia entre los 15 mil manifestantes de este jueves en defensa de los inmigrantes.
"La violencia no es nunca una solución, pero se encuentra por doquier. La economía mundial es ultraviolenta: mata diariamente sin mancharse las manos de sangre", subrayó en la entrevista.
Antes de que empezara el concierto, Vittorio Agnoletto, portavoz de la coordinación pacífica anti-G8 Genova Social Forum (GSF), se ensañó con los "globalizadores", que han transformado a Génova en una ciudad "casi en guerra".
Agnoletto invitó a los espectadores, que enarbolaban banderas rojas con la efigie del Che Guevara, a que acudan en masa a las manifestaciones que van a organizarse durante la cumbre del G8, del 20 al 22 de julio. "Génova es nuestra y no va a amilanarnos el cierre de las estaciones de tren ni la supresión de las líneas de autobuses", gritó el portavoz entre los aplausos de la multitud.
Por su parte, el cantante de rap napolitano 99 Posse, que actuó en la primera parte del concierto, alentó a los espectadores a protegerse durante las manifestaciones.
"No olviden los cascos. Nadie debe recibir golpes, sobre todo de nuestro bando", recomendó a los jóvenes adeptos a la desobediencia civil, que tienen la intención de abrirse paso hasta la zona reservada al G8.
Una vez terminado el concierto, el público se dispersó hacia la una de la madrugada, pero unos sesenta túnicas blancas, la corriente radical antimundialización italiana, bloquearon a los pocos automovilistas que a esa hora tardía circulaban aún por las calles genovesas.
Con sus escudos de cartón blanco al cuello, protestaban contra el desvío impuesto a un tren especial en el que 400 correligionarios tardarán más de seis horas en recorrer el centenar de kilómetros que median entre Milán y Génova.