VIERNES Ť 20 Ť JULIO Ť 2001

Ť Hay una obstinación por crear para el intelecto en vez de para el corazón, afirma

Panorama sombrío de la música culta: Di Tullio

Ť El clarinetista participará en el Festival Viva Vivaldi con el Cuarteto de la Ciudad de México

ANGEL VARGAS

El compositor y clarinetista italiano Lelio di Tullio vislumbra "un futuro poco optimista para la música culta", cuando menos en su país y en casi toda Europa.

Esto, ante "la intransigente obstinación de gran parte de los autores actuales por centrarse casi de manera exclusiva en la experimentación, en crear sólo música para el intelecto y no para el corazón. Prácticamente se han olvidado de quienes al final de cuentas habrán de escuchar sus obras, del público".

A ello, dice, se debe aunar "el cada vez mayor predominio de la música ligera (la comercial) entre las mayorías", merced al bombardeo de los medios de comunicación electrónicos.

Pero no se trata de una circunstancia totalmente fatídica, acota Di Tullio, quien se asume parte de un emergente y reducido movimiento de voces discordantes en el ámbito musical europeo que, ante este panorama, propone "una tercera vía".

Esta consiste en procurar "el justo punto intermedio entre lo nuevo y lo viejo", define; es decir, no descuidar los elementos que llegan al alma de las personas, pero tampoco olvidarse de las búsquedas personales como artista.

Lelio di Tullio se encuentra por segundo año consecutivo en nuestro país y participará, al lado del Cuarteto de la Ciudad de México, en el Primer Festival Internacional de Verano Viva Vivaldi, que será inaugurado este sábado con una exposición y un concierto en el Centro Cultural Ollin Yoliztli, a las 19 horas.

El músico y catedrático italiano, como sucedió en su primera visita, realizará aquí el estreno mundial de una de sus obras. Se trata de un quinteto para clarinete y ensamble de cuerdas, realizado este año por encargo del mencionado cuarteto nacional.

Será interpretada en un concierto que tendrá el lugar el sábado 28 de julio en el Centro Nacional de las Artes, en el que dicha agrupación también hará el estreno absoluto de cinco piezas: Para mis amigos mexicanos, de Robert Frank; La malagradecida, de Arturo Villela; El Guarapetapango, de Leonardo Coral; Huapango, de Héctor Centeno, y Rondas, de Dimitri Dudin.

Nacido en Oratino, en 1965, Di Tullio explica que la pieza que estrenará está conformada con su modo de apreciar la música, el cual tiene que ver con lo antes dicho sobre el punto intermedio entre lo clásico y lo contemporáneo.

"La obra fue escrita no pensando en el clarinete como instrumento solista, sino como parte de un instrumento general que es el ensamble. Está dividida en tres movimientos, muy diferentes uno de otro: el primero es alegre y gozoso, irónico; el segundo, más calmado y meditativo; y el tercero, muy breve y libre", abunda.

"En mí música no existe un gancho con la música popular, aunque he escrito algunas piezas con esa raigambre para situaciones particulares, como son obras de teatro y cine.''

No obstante esa puntualización, el compositor -quien cuenta con una discografía de seis títulos y un currículo que abarca presentaciones en casi toda Europa- no niega que en su sonido, como en el de varios de sus coterráneos, siempre están presentes la atmósfera y el colorido muy particulares de la sonoridad tradicional de su país.