VIERNES Ť 20 Ť JULIO Ť 2001

CIUDAD PERDIDA

Miguel Angel Velázquez

Ť Fraude con cemento
Ť Se esfumaron 4 mil toneladas

En el carrusel de los asombros hoy da vueltas un asunto que sin duda llama a escándalo. Se perdió, así como así, toda una unidad habitacional; cerca de medio millar de viviendas que nadie sabe ni nadie supo dónde quedaron.

No es exageración, aunque parezca cosa de cuento, todo hace pensar que en un acto mágico del circo priísta se esfumaron nada más ni nada menos que 4 mil toneladas de cemento.

Para la empresa Cemex el asunto es más serio de lo que se piensa, si bien la suma de lo que se adeuda apenas llegaría a los 7 millones de pesos, que para sus finanzas significan números rojos, lo cual traducido al lenguaje del mercado habla de mala administración.

Pero los focos rojos se encendieron en la empresa cuando supieron que en el gobierno actual no queda huella ni de la compra ni del destino de esa inmensa cantidad de material para construcción.

Según los expertos, las 4 mil toneladas y media se traducen en cerca de 500 casas, es decir, por ahí algún priísta mágico le hizo al Copperfield y volatilizó toda una unidad habitacional, nada más.

Por eso para el gobierno federal el asunto es aún más grave. Se buscó en archivos, se escudriñó en programas, en planes, en carpetas de desarrollo y nada, no queda ni huella.

Hace rato que hay alarma en las oficinas gubernamentales, porque no se pueden comprobar gastos realizados durante el sexenio pasado. El problema tronó después de saberse que esos gastos podrían exceder los 5 mil millones de pesos.

Y lo que indigna, cuando menos en el asunto del cemento, es que ese material debió salir como apoyo a la gente más necesitada: el dinero se hallaba radicado en la Secretaría de Desarrollo Social.

La denuncia formal por la desaparición inexplicable del cemento podría darse a principio de la semana próxima, porque a fin de cuentas el autor de la suerte mágica debe existir en algún escondrijo de la administración de Zedillo.

Se dice que la secretaria de Desarrollo, Josefina Vázquez Mota, ha llevado su indignación hasta los más altos niveles de vigilancia y todo parece indicar que la Secretaría de Contraloría y Desarrollo Administrativo (Secodam) habrá de hacer del conocimiento público éste y otros asuntos vergonzosos para la administración Zedillo.

La decisión está tomada y se transparentarán algunas cargas que aletargan el quehacer del gobierno actual. Por muchas partes están brotando acciones que pudieran ser ilegales, y hasta donde se dice hay mucho que contar sobre esos problemas.

Las investigaciones en varios asuntos ya se iniciaron y los resultados de alguna de ellas podrían conocerse en breve, y si es verdad, más que actos de venganza podrán ser hechos de justicia que hacen mucha falta.

Por lo pronto, 4 mil toneladas de cemento o medio millar de viviendas están perdidas; si usted las ha visto, por favor llame a la Secodam, todos se lo agradeceremos.

Otra vez el PRI


Parece un hecho consumado que María de los Angeles Moreno ha perdido el control de su fracción en la Asamblea Legislativa.

En esa fracción, dicen los enterados, cada cual hace lo que le viene en gana y la señora Moreno ni se entera.

Se hacen reuniones, se toman acuerdos, se llevan posturas ante los demás partidos representados en la ALDF y la coordinadora no tiene ni idea de lo que pasa, es más, la consideran anulada.

No nada más es cuestión de las ambiciones de Cuauhtémoc Gutiérrez, al parecer hay consenso entre los priístas, por la supuesta actitud colaboracionista de la lideresa con el gobierno de López Obrador.

Y eso, eso lo sabe todo el mundo desde hace rato. El mismo problema sucedió en el PRD porque el jefe de Gobierno ignoraba a sus diputados y sólo hacía acuerdos con la priísta.

El problema no se ha resuelto en el PRD pero entró en una fase de tranquilidad después de que en la misma Asamblea echó por tierra la propuesta del gobierno capitalino para regular la vida nocturna en la ciudad de México.

Ahora en el PRI se ha llegado a un punto de ebullición política que podría llevar a un rompimiento real en la fracción, y en ese asunto quien pierde es el jefe de Gobierno, nadie más.