Ť Hubo movilizaciones, cortes de carreteras y puentes y protestas frente a la bolsa
Argentina, totalmente paralizada; de 90 a 97%, el acatamiento a la huelga
Ť Visita de misión del FMI y del gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del presidente de EU
Ť Fernando de la Rúa, el presidente con más paros generales en menos tiempo en la historia del país
STELLA CALLONI CORRESPONSAL
Buenos Aires, 19 de julio. El país quedó totalmente paralizado hoy ante el acatamiento de entre 90 y 97 por ciento de los trabajadores a la convocatoria de huelga general dispuesta por las tres centrales sindicales fuertes de Argentina contra los puntos más impopulares del ajuste anunciado por el gobierno del presidente Fernando de la Rúa para lograr un "déficit cero".
Aunque fueron incendiadas en forma aislada una unidad de transporte colectivo, un vagón de un tren y un taxi, el paro transcurrió con incidentes menores con respecto a la última huelga.
Hubo movilizaciones, cortes de carreteras en el interior, cortes de puentes y "escraches" (denuncias públicas) ante la sede de la bolsa y el domicilio del ministro de Economía, Domingo Cavallo.
De la Rúa anunció la semana pasada el séptimo ajuste que prioriza el pago de la deuda externa, y propuso para lograrlo que el Estado sólo gaste lo que recaude para llegar a un utópico "déficit cero".
Para lograr lo anterior se recortarían en 13 por ciento las pensiones de los jubilados (que ganan menos de 300 dólares) y el salario de los empleados públicos, en un país donde la canasta básica familiar es superior a los mil 250 dólares y algunos economistas estiman en mil 500 dólares.
Pero también hay impuestos a cajas de ahorro, a mutuales y otras entidades, que son considerados altamente recesivos.
Aumenta la desocupación
Las imágenes de un país paralizado en un día de fuertes tormentas y granizo, daban la pauta del estado de ánimo general de millones de trabajadores argentinos.
En ese marco el gobierno eligió hoy para anunciar las últimas cifras oficiales del desempleo que en esta capital alcanza a más de 13 por ciento, aunque la cifra primaria era de 16.54 por ciento.
En la provincia de Buenos Ai-res, la más poblada del país, el de-sempleo es de 17.6 por ciento se-gún el Instituto Nacional de Es-tadística y Censo, cuyas encuestas son consideradas, en general, co-mo moderadas, y esto arroja la cifra de alrededor de 206 mil nuevos desocupados.
Hay provincias del noroeste donde las cifras de desocupados y subocupados suma más de 60 por ciento, y se habla ya de la "hiperdesocupación" que alcanzó su hito histórico en 1995 con 18.6 por ciento, cifra que hoy suma el conurbado bonaerense.
Hay más de 4 millones de argentinos desocupados y subocupados y las centrales sindicales estimaron que la cifra real de la desocupación supera 20 por ciento.
Estudiantes y grupos de izquierda se manifestaron frente a la sede de la bolsa contra los grupos fi-nancieros, mientras que Izquierda Unida lo hizo frente al edificio donde vive Cavallo y quemaron fotografías del ministro, caricaturizado con largos colmillos.
"Si los sectores financieros le cortan igual el crédito al país que más concesiones les ha hecho, ¿cuál sería el costo de suspender los pagos de los intereses de la deuda externa para salvar a millones de personas?", preguntaron.
Este es el escenario donde transcurre la visita de una misión del Fondo Monetario Internacional y del gobernador de Florida, Jeb Bush, hermano del presidente de Estados Unidos, y que, como éste, trazó buenas sociedades de negocios con el gobernante anterior, el peronista Carlos Menem.
Bush llegó con unos 180 empresarios de Florida y mantuvo reuniones con el gobierno.
Rodolfo Daer, líder de la Confederación General del Trabajo (CGT oficial), organización que tuvo buena relación con Menem y fue la más negociadora con el actual gobierno, demandó hoy que se restauren los aportes patronales con lo cual el ministro Cavallo favoreció (en cifras millonarias) a las empresas públicas privatizadas, lo que produjo un "agujero negro" al Estado nacional.
El reclamo general no es contra el "déficit cero", sino contra el hecho de que nuevamente el ajuste económico es a costa de las mayorías empobrecidas del país, sin que se afecte a "los grupos económicos que durante los últimos años ganaron cifras multimillonarias, fueron librados de cargas sociales y de impuestos, evadieron y no reinvirtieron en el país", según explicó Daer.
También el periodismo fue cuestionado en esta ocasión porque muchos informadores centraron sus ataques sobre el "gasto político" o "sindical" sin mencionar, salvo excepciones, la responsabilidad empresarial.
Hugo Moyano y Juan Manuel Palacios, de la CGT rebelde, señalaron que el gobierno llamó a la dirigencia sindical sólo cuando ya estaba tomada la decisión y obviaron recurrir a las alternativas propuestas por distintos grupos y partidos políticos, incluida la Alianza gubernamental.
Tanto la Central de Trabajadores Argentinos como la CGT rebelde proponen un seguro de desempleo con capacitación o un fondo para desocupados para proteger a pa-dres de familia, entre otras ideas, como suspender un año los pagos a los privatizados fondos de pensiones que cobran 35 por ciento para administrar esos dineros.
Los líderes sindicales condenaron la campaña oficial, cuya principal abanderada es la ministra de Trabajo, Patricia Bulrich, ex militante de Montoneros en los 70 y ahora cercana a las posiciones de Domingo Cavallo, a quien acusan de haber manifestado la misma línea descalificadora que utilizó el gobierno de Menem y que fue muy criticada en su momento por los líderes de la Alianza.
Fernando de la Rúa aparece con el récord del presidente que más huelgas generales enfrentó en menos tiempo a sólo 19 meses de su ascenso al poder.
La falta de credibilidad de Cavallo y la percepción de que existe debilidad oficial en lo externo, así como la lucha de presiones entre grupos que quieren imponer una dolarización y los que se inclinan por una devaluación, son factores que agobian al país sudamericano.