VIERNES Ť 20 Ť JULIO Ť 2001
ASTILLERO
Julio Hernández López
ENREDADOS CON SUS propias colas andan los gobernadores priístas. Un desplegado periodístico les trae enfrentados entre ellos y muestra cuán crecientes son las divisiones de lo que antaño fue el sólido bloque tricolor de poderes estatales.
EN EL FONDO, lo que hay es una cruenta lucha palaciega entre quienes desean "colaborar" de cualquier manera con el Presidente de la República y quienes desean mantener una línea de fuego permanente contra él. En la superficie, los pretextos para esta nueva refriega han sido el despido del labastidista Mayolo Medina de un alto cargo federal relacionado con la seguridad pública y las indagaciones respecto a la red de espionaje detectada en la entidad gobernada por el priísta Arturo Montiel, asunto éste en el que incluso algunas versiones mezclan al ahora despedido.
ACIDOS Y DESPECTIVOS como suelen ser en privado muchos de ellos cuando hablan de Fox y su equipo de trabajo, varios gobernadores del tricolor vuelven a ponerse el traje histórico de la sumisión ante la figura presidencial en cuanto están frente al villano favorito de sus críticas subterráneas. Varios de esos políticos juegan cartas dobles: frente a sus pares se muestran fieros defensores de los intereses priístas, pero en cuanto pueden, filtran información confidencial y se curan en salud frente a personeros del actual régimen federal.
EL PLEITO CAUSADO por la publicación del texto antes citado podría motivar tales recriminaciones internas que estarían en peligro de cancelación las reuniones periódicas de gobernadores, que estaban supliendo de alguna manera más o menos asambleística la falta del faro dador de autoritaria línea que tenían en Los Pinos. Según quienes se han deslindado del contenido de los desplegados en cuestión, alguno o algunos de los mandatarios se habrían tomado atribuciones que no les correspondían y habrían pretendido hablar por todos con palabras que eran sólo de uno o de unos cuantos. Ha sido notable la necesidad política de varios de esos mandatarios de deslindarse de la dura acusación, hecha en el citado desplegado, de que el presidente Fox estaría desarrollando una campaña de "linchamiento y desprestigio" contra gobiernos no panistas. Hay varios de esos mandatarios que, en realidad, están tratando de tejer una relación de conveniente subordinación con el foxismo, según eso para impedir que las malas voluntades superiores pudiesen afectar la marcha política de sus entidades y las correspondientes asignaciones presupuestales.
MIENTRAS ESOS PRIISTAS de élite indagan quién mandó publicar las cartas apócrifas y castigan a los culpables, otros moradores del olimpo tricolor se preparan para volver desde el extranjero, donde han pasado algún tiempo sujetos a procesos penales que devendrán en sus extradiciones. Carlos Cabal Peniche, el financiero del salinismo, el socio del hankismo y el madracismo, el donador de fondos envenenados a las campañas políticas de Luis Donaldo Colosio y de Ernesto Zedillo, podría haber sido puesto anoche en libertad provisional en Australia (salvo que hubiesen prosperado algunas objeciones jurídicas del gobierno mexicano), en un curso judicial que pronto le podría traer de regreso a México para enfrentar cargos menores. Otro hombre especializado en el manejo de dinero de campañas priístas y en ocupar carteras gubernamentales provistas de tentadores presupuestos, está también por retornar a casa. Oscar Espinosa ha tomado incluso atajos legales para abreviar su estancia en Nicaragua y estar pronto en México.
OTRO PRIISTA DE prosapia financiera sufre, a su vez, incidentes sospechosos. Un grupo de hombres armados habría intentado cometer un raro "robo de armas" frente al domicilio particular de Guillermo Ortiz, actual gobernador del Banco de México, quien antes fue secretario de Hacienda. La escolta del funcionario habría repelido el intento de robo, aunque uno de sus integrantes habría resultado herido en el cuello, donde una bala disparada por los maleantes se habría alojado, milagrosamente, en el nudo de la corbata que llevaba el guardaespaldas. Años atrás la familia Ortiz había conocido episodios igualmente extraños. Un hermano de Guillermo fue asesinado a la puerta de su casa, en circunstancias que avivaron versiones de pleitos fatales en la cúpula de los poderes económico y político.
EN TANTO, AYER el presidente Fox debió salir a la defensa de la libre flotación del peso frente al dólar (uno de los ámbitos en que se desarrolla la tarea del gobernador Ortiz). Empresarios, sobre todo los exportadores, presionan para que aumente el número de pesos necesarios para comprar un dólar. Fox, en la más pura ortodoxia del neoliberalismo, ha defendido las leyes del libre mercado: no presionar ni a la baja ni a la alza.
EN MEDIO DE tales enredos, el autor de este desplegado diario (de lunes a viernes, para fortuna de los lectores) se ha topado con un correo en el que se advierte el mal uso hecho ayer aquí del término pedofilia, en lugar del de pederastia. Sugiere ese lector (del que Astillero no puede dar su nombre, por problemas habidos ayer en el servicio postal de Yahoo) la lectura del Vademécum de español urgente de la agencia informativa EFE, que es un "repertorio de comentarios lingüísticos y aclaraciones de dudas sobre el uso de la lengua española", elaborado por un departamento especializado en la resolución veloz de problemas idiomáticos.
EN ESA SECCION se señala, y Astillero desea compartir tal información con sus lectores, lo siguiente: En español hay varias palabras formadas a partir del griego "paid-os" (niño), como pedagogo, pediatra o pederasta, referido este término a quien comete abusos deshonestos contra los niños, con personas de su mismo sexo o contra el orden natural, o sodomía.
PERO, DICE LA autoridad hispana especializada en lo expedito, "pedo, del latín 'peditum', significa 'ventosidad que se expele del vientre por el ano'", y de allí provienen voces como pedorrear, pedorreo, pedorrera, pedorrero, pedorreta y pedorro o pedorra. "Y si a la voz española (de origen latino) le añadimos el elemento compositivo griego -filia, que significa 'afición o simpatía', tendremos el neologismo pedofilia, bien formado desde el punto de vista morfológico, y cuyo significado será nada más ni nada menos que "afición a los pedos".
"AHORA BIEN -continúa el departamento de español urgente de EFE-, resulta que en francés, lengua en la que nuestros pedos son 'pets', sí existe la voz 'pédophilie', con el significado de 'atracción sexual por los niños', y la utilizan como sinónimo de 'péderastie'. Pero que en francés no suene mal, y los francohablantes no relacionen 'pédophilie" con los pedos, no quiere decir que nosotros podamos tomar en préstamo esa palabra e hispanizarla sin tener en cuenta todo lo antedicho. Evitemos, pues, a toda costa, la malsonante, equívoca y escatológica pedofilia, y utilicemos en su lugar las voces españolas pederastia y pederasta".
Y YA CON esta se despide este tecleador que, ante las evidencias idiomáticas arriba transcritas, prefiere no hacerla de pun y, simplemente, decir a sus lectores que se volverán a encontrar en este espacio el lunes venidero.
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