MIERCOLES Ť 18 Ť JULIO Ť 2001

Ť Florescano habla de su libro Mitos mexicanos

El mito debe encarnar pulsiones como la justicia y la soberanía

Ť Nueva y accesible edición del volumen que incluye ensayos de Ludolfo Paramio y Sergio Fernández

RENATO RAVELO

florescano-enrique-1-jpg Para el historiador Enrique Florescano el mito es un forma de socialización, si bien es algo complejo de estudiar, porque es amorfo, cambiante, dúctil, y como asevera: ''Ninguna otra persona o institución tiene la fuerza que tiene un mito''.

Florescano habla acerca de la aparición de su obra Mitos mexicanos en la edición de Taurus, que la hace accesible a estudiantes y profesores, luego de las seis reimpresiones que tuvo con Aguilar. La nueva versión cuenta con dos aportaciones, un texto de Ludolfo Paramio y otro de Sergio Fernández acerca de los mitos de la visión desde España y del mito de las divas, respectivamente.

Sin embargo todavía no están incluidos todos los mitos, considera Florescano, ya que hacen falta, por ejemplo, textos sobre el mito del futbolista y el del boxeador, entre muchos otros. Por lo pronto el historiador trabaja, además de la edición de los textos que ha publicado periódicamente en estas páginas acerca de las historias de México, en un proyecto para ampliar este catálogo de lo que llama los mitos regionales.

El mito, explica, ''tiene que representar pulsiones que pueden ser la justicia, la independencia, la soberanía. Representa valores universales, no precisamente un concepto''.

Pasar la prueba del tiempo

-ƑVicente Fox puede ser un mito?

-No. Los mitos individuales necesitan representar intereses muy profundos y significativos, múltiples y diversos. Muy pocos alcanzan esa estatura, como pueden ser Hidalgo, Juárez, Villa, Lázaro Cárdenas. No todos pueden estar; están presentes por un momento, pero no logran permanecer. Llegan a ser más bien ídolos pasajeros y para que un personaje se vuelva mito debe pasar la prueba del tiempo.

-Pero usted incluye, por ejemplo, el mito de la secretaria.

-La secretaria es un personaje universal de la vida moderna que se ha integrado al terreno de los mitos; se han hecho telenovelas sobre ella, forma parte de nuestra sociedad y tiene una presencia cotidiana y duradera.

-Entonces, hablamos de mitos relevantes y otros llanos.

-De alguna manera son aquellos personajes que logran trascendencia en la cotidianidad.

-ƑY quién los investiga? El libro lo escriben periodistas, escritores, sociólogos, bueno y usted, que es historiador.

-En realidad, ese es el problema para el proyecto de los mitos regionales y locales: encontrar quién tenga esa visión, por ejemplo del charro, que empezó como un ranchero en el Bajío y Jalisco pero que en algún momento, en concreto con la industria cinematográfica, se convierte en paradigma de lo mexicano, y es lo que pasa también con el bolero, que de ser una expresión urbana y de clase media termina por identificar al país ante el exterior.

''El factor difusión es muy importante. La pintura, el grabado y la litografía han colaborado a lo largo de la historia. De hecho son los primeros medios que hacen la caricatura nacional desde 1825. Veinte años después de que Linotip introduce la técnica, todos los periódicos del país manejan la caricatura política porque ya es reproducible. Pero en la investigación sobre los mitos locales hay algunos que se quedan en la región, como todo lo que se dice, por ejemplo, de los yucatecos o los jarochos.''

Estudio de la socialización

-En México no se acostumbran esos enfoques, Ƒusted acude a alguna influencia francesa?

-En Europa desde la antigüedad se estudian los mitos como una forma de encontrar el conocimiento. Lo hacen los alemanes. En concreto los estructuralistas franceses, que son los que retomo, lo hacen con las culturas clásicas.

''En Chicago hay una corriente fuerte de pensamiento, pero en nuestro país no hemos hecho estudios serios, salvo con lo guadalupano y el nacionalismo.''

-ƑY en América Latina?

-Los brasileños tienen estudios en los que abordan de manera sociológica el mito del futbol, el del carnaval, esas manifestaciones colectivas con mucha significación, esas maneras de socialización.

Para Florescano, en todo caso, el libro que ahora circula adicionado se encuentra siempre en posibilidades de ser completado. Bien con su idea sobre los mitos regionales y locales, bien con personajes populares que incluso pueden estar basados ''en un episodio que nunca ocurrió, pero muchos piensan que efectivamente tuvo lugar''.

O bien, un estudio acerca del mito de los mexicanos en el exterior, donde entraran el Chapulín Colorado, Jorge Negrete, Vicente Fernández, Cuauhtémoc Blanco, Francisco Palencia, con los cuales se construye un imaginario que difícilmente dará en el blanco en la mayoría de los casos, pero que nos pone sello, referencia, socialización.