MARTES Ť 17 Ť JULIO Ť 2001

Ť Por momentos, el hombre ya respira solo: médicos

Evoluciona bien el paciente que recibió un corazón artificial

Ť Debido a varios males su condición aún es grave, dicen

AP

Louisville, Kentucky, 16 de julio. Robert Dawling y Laman Gray, los médicos que implantaron un corazón artificial a un hombre hace dos semanas, dijeron estar satisfechos por la buena evolución del paciente.

Los galenos lo han retirado en varias ocasiones del respirador artificial, al cual se encuentra conectado, pues aún no es lo suficientemente fuerte como para respirar sin la ayuda del aparato.

health_heart_akEl doctor Robert Dawling expresó que la familia del hombre estaba muy contenta porque se ha mantenido oculta la identidad del paciente. "Ellos realmente aprecian su privacidad", expresó.

health_heart_luEl corazón experimental, del tamaño de una pelota de softbol, llamado Ahincor, fue implantado el 2 de julio al enfermo, por ambos cirujanos de la Universidad de Louisville, en una operación que duró siete horas.

"El está mejor de lo que Robert o yo hubiéramos esperado, dada su condición ?dijo Gray?, todavía se encuentra extremadamente enfermo".

El paciente, un hombre de unos 50 años, tiene diabetes y un historial de problemas cardiacos. Sus variados achaques le habían impedido recibir un transplante de corazón.

Gray dijo el lunes que antes de la intervención el hombre solamente podía caminar unos cuantos metros. Agregó que una complicación del implante era el sangrado, y que los médicos habían tenido que ajustar sus medicamentos para controlar el problema.

El corazón, una bomba de plástico y metal hecha por la empresa Abiomed Inc. de Danvers, en Massachusetts, cuenta con una batería interna y un controlador que regula la velocidad de bombeo. Una batería externa alimenta el artefacto transmitiendo electricidad a través de la piel. La batería interna, del tamaño aproximado de un radiolocalizador, permite el funcionamiento del corazón hasta por 30 minutos sin recarga.

Previos corazones mecánicos tenían alambres y tubos que salían por la piel, conectándose a su fuente de poder, lo cual incrementaba el riesgo de infección.