SATELITES: SOBERANIA EN PELIGRO
En
entrevista con este diario, el senador panista Javier Corral Jurado alertó
sobre el riesgo de que la empresa que opera los satélites nacionales,
Satmex, sea privatizada en condiciones tan poco cuidadosas que se propicie,
con ello, la cancelación efectiva de la soberanía en materia
de telecomunicaciones satelitales.
La manera en que el gobierno actual maneja esa desincorporación,
advirtió el legislador, no sólo implicaría graves
pérdidas económicas al erario, sino que imposibilitaría
que empresas mexicanas vuelvan a incursionar en tecnología satelital;
más grave aún, la entrega de Satmex colocaría en manos
de un consorcio extranjero --concretamente, la compañía estadunidense
Panamsat-- bandas de comunicación estratégicas tales como
las empleadas por la Secretaría de la Defensa Nacional, la Procuraduría
General de la República y la Policía Federal Preventiva.
Por descontado, la nación perdería también el control
de las frecuencias empleadas por los sistemas de educación y salud.
La sociedad debe movilizarse para impedir que se consume
esta grave cesión de soberanía e integridad nacional, y para
ello el primer paso es exigir --como lo propugna el senador chihuahuense--
que el proceso de concesión para la operación de satélites
se realice de manera abierta y transparente, y que se ponga a debate y
a consulta pública la pertinencia o la improcedencia de que el Estado
se deshaga de 25 por ciento de la propiedad de Satmex.
A lo largo de los tres últimos sexenios priístas
la tecnocracia gobernante malbarató las propiedades nacionales de
manera autoritaria, sin rendir cuentas a la sociedad, y en procesos marcados
por sospechas --que en diversos casos se han mostrado fundamentadas-- de
irregularidades y corrupción; por lo demás, el paso a manos
privadas de bancos, ingenios, carreteras y líneas aéreas,
entre otros sectores enajenados, ha dado lugar a desastres financieros
de magnitud nacional, a causa de la poca probidad o la torpeza de los nuevos
operadores privados.
En el tema de las reformas constitucionales en materia
de derechos y cultura indígenas, los legisladores panistas optaron
por dar la espalda al presidente Vicente Fox y deslindarse de la determinación
pacificadora del mandatario; dieron, con ello, una muestra deplorable de
sus intereses facciosos. En contraste, en esta ocasión, el senador
Corral Jurado, conocedor del tema de las telecomunicaciones, actúa
en defensa del interés nacional y ofrece un ejemplo de espíritu
republicano bien aplicado al disentir públicamente de un Ejecutivo
federal cuyo origen partidario comparte.
Si el gobierno del presidente Fox realmente tiene el propósito
de inaugurar una era de gobierno democrático, incluyente y regido
por el interés nacional, debe deslindarse de las funestas tendencias
privatizadoras que se han enquistado en el poder público desde 1982
y que, a partir de 1988, se han dedicado a rematar --y ni siquiera al mejor
postor-- los bienes de los mexicanos. El turno de Satmex es una gran oportunidad
para que el actual equipo de gobierno muestre su compromiso con la nación;
la sociedad civil, por su parte, debe presionar al Ejecutivo federal para
que éste actúe en defensa de los intereses de México,
y no en función de la conveniencia de las empresas extranjeras.
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