Lunes en la Ciencia, 16 de julio del 2001



 

Hipertensión arterial

Enrique Hong

La hipertensión arterial es una de las enfermedades más frecuentes y probablemente la que contribuye en mayor medida a disminuir la expectativa de vida cuando no es tratada adecuadamente (la sobrevida puede reducirse hasta en 17 años). Un problema importante es que en sus inicios no muestra síntomas y por lo tanto muchos pacientes hipertensos no se dan cuenta de su problema; algunos médicos se refieren a la hipertensión como al asesino silencioso. En México la incidencia obtenida en la primer encuesta nacional fue de 27 por ciento en las personas comprendidas entre los 20 y los 65 años. Sólo conocemos la causa de la hipertensión en 10 por ciento de los casos (en los que frecuentemente sehipertension debe a un problema renal); sin embargo, en 90 por ciento de los casos se desconoce la causa que la produce y, por lo tanto, se habla de hipertensión arterial esencial o hipertensión primaria. Es probable que en el origen de la hipertensión participen factores genéticos, dietéticos y ambientales y que quizás no exista un solo factor desencadenante, sino que varios factores contribuyan simultáneamente a la elevación de la presión arterial. La hipertensión arterial sostenida puede dar lugar al inicio de otras enfermedades cardiovasculares como el infarto del miocardio, la insuficiencia cardiaca congestiva, arritmias cardiacas, accidentes vasculares cerebrales, lesiones en la retina o en el riñón que son enfermedades muy graves e inclusive mortales. La presión arterial no permanece constantemente en un valor, sino que tiene un ritmo llamado circádico, es decir, la presión arterial es más baja durante la noche, empieza a aumentar en cuanto nos levantamos y realizamoss las actividades cotidianas, alcanzando un máximo entre las 12 y las 14 horas, para volver a disminuir en la noche. Este ritmo circádico se repite diariamente, por lo que es importante que cuando el médico mida la presión arterial, lo haga siempre aproximadamente a la misma hora. Otro aspecto que puede ser importante para algunos pacientes es que al llegar al medio clínico u hospitalario, suelen impresionarse por el personal médico y esto aumentar hasta 15 o 20 milímetros de mercurio la presión arterial y dar un dato falseado. A este hecho se le conoce como el fenómeno de la bata blanca. Para tratar de evitar estos problemas, en la actualidad frecuentemente se le enseña a un familiar del paciente a medir la presión arterial y se le pide que obtenga este dato a diversas horas del día y en dos o tres ocasiones por semana.

Para controlar la hipertensión se deben de tomar en cuenta las medidas no farmacológicas, que incluyen restricción de la ingesta de sal, mantenerse en peso adecuado, o en caso de obesidad iniciar una dieta, hacer ejercicio (por lo menos 20 minutos de actividad aeróbica), restringir el uso del cigarro y del alcohol y de preferencia, suprimirlos. Si con estas medidas la presión arterial no baja a niveles de normotensión (diastólica menor de 90 mmHg y sistólica menor de 140 mmHg) se deberá de iniciar el tratamiento farmacológico. Los medicamentos que frecuentemente se escogen para iniciar el tratamiento antihipertensivo son los diuréticos o los bloqueadores beta, en función de estar perfectamente demostrada su eficiencia para disminuir la presión arterial y su relativa poca toxicidad. Sin embargo, desde hace algunos años han ganado gran popularidad entre los médicos los inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina (ECA) y los antagonistas de la entrada del calcio en función de que son medicamentos efectivos que producen relativamente pocos efectos colaterales. Los antagonistas del receptor a la angiotensina II son medicamentos de introducción reciente a la terapéutica que aunque parecen ser efectivos, habrá que esperar algunos años hasta que se determine perfectamente su papel en la terapéutica. Hay que recordar el viejo aforismo médico que dice "no hay enfermedades, sino enfermos".

Se sabe que la administración de cualquier medicamento antihipertensivo controla hasta 60 por ciento de los pacientes, por lo tanto el tratamiento actual representa un método de ensayo y error hasta encontrar cuál es el régimen adecuado. Es probable que el uso de la farmacogenómica en el futuro nos permitirá saber qué esquema terapéutico debe de recibir cada paciente, lo cual aumentará importantemente la eficacia terapéutica.

El autor es investigador del Departamento de Farmacobiología del Cinvestav, del IPN

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CIFRAS DE LA PRESION

En 70 por ciento de los casos, la hipertensión no presenta síntomas que ayuden a la detección temprana de este padecimiento. Sin embargo, datos del INEGI reunidos a través de la Encuesta Nacional de Enfermedades Crónicas indican que aproximadamente 26 por cien to de la población mexicana es hipertensa. Lo anterior equivale prácticamente a que 3 de cada 10 mexicanos sufren del mal, factor que es considerado como "predisponente" para una enfermedad de artería coronaria, es decir, un evento cardiaco, ya sea un infarto agudo al miocardio o un infarto común.

La hipertensión se define básicamente en cifras y estas se obtienen a través de medir la presión arterial con un aparato llamado baumanómetro. Se considera hipertensión a aquella presión arterial sistólica en reposo superior o igual a 140 mmHg (milímetros de mercurio), una presión diastólica de 90 mmHg, o la combinación de ambas y comúnmente se conoce como 140/90. La presión arterial normal es inferior a 130/85.


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