BALANCE DE LA JORNADA
Ť El Vasco Aguirre y un milagro en 25 días
Ť Ante Brasil, una gran virtud: el manejo del partido
Ť Se fue Palencia; sufrirá el Cruz Azul
Ť América sigue con la fórmula del
fracaso
CARLOS HERNANDEZ
Después de 25 días, Javier Aguirre está logrando lo que parecía imposible.
No sólo puso en su lugar a unos gringos que marchaban invictos y le enseñó a Brasil cómo se maneja un resultado, sino que se sobrepuso a las marrullerías guaraníes y ya suma tres encuentros sin derrota y sin recibir anotación.
El Tri estaba convertido en un equipo sin idea y sin espíritu. Y El Vasco ha regresado la esperanza a los siempre fieles aficionados futboleros.
Si la victoria sobre Estados Unidos fue importante porque se consiguió con un equipo formado de último momento, el triunfo sobre Brasil fue valioso por muchos aspectos.
Pocos, por no decir nadie, esperaban que este renovado Tricolor se impusiera a los brasileños, aunque éstos asistan a la Copa América sin sus principales figuras.
Y lo destacado no sólo fue el triunfo por la mínima diferencia, sino sobre todo la forma en que se consiguió. Cuando Jared Borgetti anotó el gol tempranero, al minuto 4, Aguirre demostró que sabe parar al equipo a la defensiva y los jugadores enseñaron una virtud ajena al futbol nacional: el manejo del partido.
Sobran las historias en las que México está a punto de ganar y entonces -de último momento y en una jugada desafortunada-, el rival consigue el empate y muchas veces el triunfo.
Ahora, ante lo que queda del Scracht du Oro, los mexicanos se defendieron durante 86 minutos. Destacaron el Conejo Pérez y sus reflejos felinos, Rafael Márquez que regresó al nivel que tenía, García Aspe con un segundo aire impresionante y un Jesús Arellano que hace recordar a aquel desbordador Cabrito de Francia 98.
Pero resalta sobre todo la solidez futbolística y la mentalidad triunfadora que El Vasco les ha imbuido en tan sólo 25 días.
No serán los que conmovieron al mundo, pero por lo menos en México sí, ya que se consiguió el pase a los cuartos de final del torneo continental ahora reducido a un duelo entre Centro y Sudamérica.
El empate sin goles frente a Paraguay también tuvo su mérito. Los guaraníes, aunque también suplentes, mostraron el juego recio y a veces artero que los distingue.
Y ahora, empapados todos de la garra de este Tri, ¡qué venga Perú!
Lo más destacado de la semana fue la contratación de Francisco Palencia por el Español de Barcelona.
Palencia, el mejor jugador mexicano en la actualidad, se fue a préstamo por 300 mil dólares. Por lo menos, superó en 200 mil lo que pagó el Valladolid por Cuauhtémoc Blanco.
Sin embargo, el futbolista mexicano sigue enfrentando muchos obstáculos para cruzar la frontera.
Baste recordar al ahora rejuvenecido García Aspe, quien sacrificó el sueldo que recibía aquí para irse al River Plate. Sin embargo, pese al descuento, su sueldo era superior a la entonces gran figura del equipo, el uruguayo Enzo Francescolli. Por ello y también por su condición de mexicano en un futbol exportador, de inmediato surgieron los insultos de la hinchada al coro punzante de "el Beto Aspe resultó ser un ladrón".
Palencia se arregló con el Español y pretende mostrar sus virtudes en el hermoso estadio de Montjuic. Deberá tener mejor suerte que el americanista Germán Villa, quien se quejó de que el club barcelonés no le cumplió lo que le había prometido.
No obstante, más allá del retorno sin gloria, Villa fue otro jugador cuando regresó de España. Además de su clásico pundonor para recorrer la cancha mostró una técnica depurada y una enorme visión de campo. Pronto olvidó lo aprendido y ahora es un jugador más, aunque a veces uno menos.
La mala noticia es para los aficionados al Cruz Azul, que luego del subcampeonato de la Copa Libertadores pensaban en armar un trabuco para el torneo que inicia este fin de semana. Y no sólo perdieron a Palencia, sino de paso al batallador Héctor Adomaitis.
Pero si los cementeros le apuestan a sus fuerzas básicas que le han respondido, el América de plano tendrá otro torneo para el olvido. Insisten en la fórmula del fracaso con jugadores como Davino, Pável, Estay, Hernández y Zamorano que quieren ganar con sus glorias pasadas, mientras en la banca el timonel Alfio Basile no sabe ni qué hacer y su escuadra cae 3-0 ante Cruzeiro.
Es salvada de milagro por Hugo Pineda frente a un Santos que lo único bueno que tiene es el recuerdo de que esa playera alguna vez la uso Pelé.