Ť Escritores jóvenes y consagrados centran la discusión en claroscuros de la Internet
Reúne encuentro José Revueltas a 60 escritores
Ť La actividad careció del apoyo de la Federación y la Sogem; Durango, la sede
Ť El foro, espacio propicio para presentar nuevas propuestas y tendencias literarias
RENATO RAVELO ENVIADO
Durango, Dgo., 15 de julio. En esta ciudad se llevó a cabo este fin de semana el segundo Encuentro Nacional de Escritores José Revueltas, con la participación de medio centenar de narradores y poetas, jóvenes y consagrados (en esos circuitos editoriales que sirven de resonancia a las historias regionales), sin apoyo de la Federación y con ese toque de sorpresa que salta al descubrir una prosa relevante, un hallazgo poético, una conferencia que profundiza al cruzar los hilos de las literatura con la filosofía y concluir, como lo hizo José Angel Leyva, que la escritura es "lenguaje de ángeles".
De Zacatecas, Nuevo Laredo, Nuevo León, Tlaxcala, Guanajuato y Querétaro, entre otros puntos, los jóvenes llegaron dispuestos, a cada provocación, a denostar, halagar o minimizar la Internet, así como los escritores que son periodistas o funcionarios públicos en sus estados, los cuales no terminan de declarar la nostalgia del papel. La reunión de ambas vertientes, la indiferencia tanto de la Sociedad General de Escritores de México, como de los propios escritores capitalinos, en todo caso se constituyó en prueba de que nuevos tiempos vienen con la participación horizontal que permite la comunicación virtual.
Seres con alas
Si entre el primero y el segundo encuentro, como comentó Socorro Soto, de la organizadora sociedad de escritores del estado, pasaron diez años, es claro que con los resultados de participación, que sumó casi 60 personas, un foco de atención literaria se prendió este fin de semana en el norte del país.
De hecho, el impulso que trae de nuevo a estas tierras vientos literarios, viene con el resurgimiento el año pasado de la revista Cordillera, de la Sociedad de Escritores de Durango, que publica ensayo, narrativa y poesía.
El encuentro, que fue abierto con una conferencia de David Huerta acerca de El Quijote, la noche del jueves, tuvo en la intervención de José Angel Leyva, titulada Creación literaria y realidad virtual, la imagen más evocadora de la misma, del momento por el que pasa la literatura y del acto en sí.
Si bien la intervención de Carlos Bracho fue celebrada, como la del propio Huerta, quien mostró que el rigor y la memoria, es decir, la técnica, y no sólo la inspiración, son elementos definitivos y definitorios de la escritura en peligro de trivialización, Leyva tomó los hilos de la reunión.
Estos pululaban en varios monólogos acerca de las dificultades de publicar, la sustitución del papel, y el escritor en su ponencia recordó: "el lenguaje de los ángeles no podrá entenderse en el ciberespacio, sino en el oído, en el sonido de las palabras, en lo visible de las imágenes que destacan entre los ruidos de los días y las noches".
La ponencia, sin embargo, no estaba destinada a denostar la Internet, pero dimensionó lo que se escondía detrás de los discursos de los escritores participantes, algunos con resistencia incluso a asumirse como tales al ciento por ciento.
En la actualidad no existe ya la ruptura, sostuvo Leyva, porque "se ha abierto un boquete en el muro del tiempo y se ha acelerado la experiencia, la noción de porvenir, la demanda no sólo del ejercicio denominativo sino de conceptualización", ante jóvenes que alababan esa urbanización que en su mayoría "tiene" que asumir la Internet, y adultos que, en el entendido de que publicar es existir como escritor, circulaban sus volúmenes de poemas: Instintos de luna, de Juan Emigdio Pérez Olvera; Desnuda en el viento, de Socorro Soto, o Las cartas imposible, de Luis Angel Martínez Diez.
Porque ciertamente abundaron los poetas, para beneplácito de Ricardo Yáñez, quien se dio a la tarea de dar un ejemplo, entre jóvenes que acompañaron su estancia, de mostrar la valía de la frase que acostumbra en sus talleres: "lo perfecto es no estorbar".
Entre los narradores se revisó esa constante que manifestó Alexandro Roque de San Luis Potosí, acerca de esos valores tradicionales a los que se limitan los conceptos culturales en provincia, que hacen que en los suplementos se cierren a quienes no pertenecen a círculos determinados.
Los poetas, seres con alas, siempre tendrán esa ventaja en todo caso, ya que sus palabras pueden colarse a una conversación, a un pequeño espacio de un suplemento. De Coahuila por ejemplo, que vinieron Marina Herrera, Acacia Estrada y Claudia Berrueto, las dos segundas se inscribieron en la mesa de poetas, en tanto la primera testimonio como periodista, que tienden a ser más seres de tierra.
Para el joven escritor Jay Dleón quien sorprendió, con una agradable evocación al humor corrrosivo de Ibargüengoitia: "la literatura es una tortura para quien se dedica a ella. En mi caso, considero que no es un trabajo del cual puedo zafarme con facilidad. Más bien es como trabajar para un patrón chiflado".
Para la poeta Concepción Samano, guanajuatense, por el contrario es como una presencia liberadora de fantasmas: "La vida/ instrumentos para verla/ prolongarla o destruirla./ Se corta como flores/ se rompe como espejos/ superficie de estanque/ claridad herida por la piedra/ de alguien que a la orilla/ lanza una pregunta/ acerca del sentido de la vida".
Algunos de los jóvenes que participaron, por cierto, ya han contado con la opción de publicar, como es el caso de Alejandro Mendoza Pérez, quien ganó un concurso de cuento infantil, el que organiza la feria del niño que lleva a cabo en el Centro Nacional de las Artes, con un relato de un hipopótamo y su cama.
Otros se enfrentan a ambiente hostiles a la escritura, como Marcos Rodríguez en Nuevo Laredo, otros más rondan los lugares comunes, sin mucha sed, sin mucha intriga por la vida, como quien escribe por buscar el verso suave como la tasa de chocolate del cinco para las ocho.
Contó Leyva que cuando se le invitó a venir el tema obligado que querían que tratara fue el de, por supuesto, José Revueltas. Para fortuna del encuentro, y de muchas de las miradas de los asistentes, decidió hablar de Calvino y sus propuestas para el próximo milenio, de Kundera, de las vanguardias vencidas en sus propios logros, de ese ángel sacado de la novela de John Milton, que cuando Adán le pregunta cómo demuestran su amor sin tocarse, contesta: "No encontramos obstáculo alguno/ de membranas, coyunturas y miembros/ que sean una barrera exclusiva; /más fácilmente que el aire se funde/con el aire se abrazan los espíritus,/ y en una unión de deseos puros se mezclan totalmente", y así inició a hablar de realidad virtual y literatura, de los trucos definitorios de la primera y la magia invisible de la segunda.