LUNES Ť 16 Ť JULIO Ť 2001

Ť José Cueli

Joselito Huerta

Angustiosamente se vivía la hondura del toreo de Joselito Huerta quien murió esta semana. Látigo acariciador en las muñecas en su juego con los toros por los ruedos de todo el mundo. La hondura del León de Tetela acompañaba a los toros a su paso, doblegándolos. Los aficionados sufrían la hondura de José que era vivencia, invasión sensitiva, y entre líneas transmitía su drama íntimo.

Joselito entraba en delirio al torear y quería perpetuar con avidez esos refilonazos angustioso que da el toreo cuando es drama y no mera estética. Obsesionado por la verdad que le daba hondura a su toreo, dramatizaba sus faenas y les prestaba encarnadura trágica, ansiosa, palpitante. Orgulloso de su mexicanismo, pero sin contorsiones ni gesticulaciones ni bravuconadas, podía revelar esa íntima clave que fue su torear en la perpendicular del testuz de los toros, sin concesiones.

Joselito amontonó la fantasmagonía del toreo y le dio suspenso metafísico, apretó el sino de su raza azteca subterránea que era un volcán en ebullición internalizado, lo mismo en sus faenas camperas en las ganaderías o en los ruedos de los cosos. Su toreo fue desgarrado, invasor, a ritmo con su expresión introvertida, sufrida.

El José toreaba concentrado, prescindiendo del público y ahondaba en el sentido de menor interés, para elevar deliberadamente el toreo. Su quehacer en el ruedo reflejaba las características de su suelo poblano, tlaxcalteca, grave y áspero que le daba esa hondura dramática que jugaba con tristeza a la muerte y conocía la negra peripecia vital de las cornadas que lo llevaron a la muerte, pero no le llegaron a modificar el carácter recio, varonil, si no se lo afirmaron.

Lo que había de verdad en el toreo de Joselito, pero al mismo tiempo de integración rigurosa, se cumplía en sus remates que surgían del fondo de la cueva de los redondeles. Toreo redondo que en su mexicanismo tenía fuerza y sentido de conjunto original.

Irrepetible como estilo dominador podrá ser copiado como pasión al representar el hilo que da margen y acicate a las nuevas generaciones de toreros.