DOMINGO Ť 15 Ť JULIO Ť 2001

Ť Urge iniciar acciones para el rescate de su riqueza cultural, coinciden especialistas

En riesgo de colapso el Centro Histórico

Ť Sufre un proceso de despoblamiento; 80 mil residentes salieron de la zona en 2000

JOSE GALAN

Si antes el Centro Histórico de la ciudad de México era el corazón de lo que viajeros como Humboldt llamaban la Ciudad de los Palacios, bien podría ser llamado ahora el rincón de las vecindades. La zona atraviesa por una etapa de despoblamiento y abandono que requiere de políticas públicas adecuadas para su conservación y mantenimiento, así como de recursos económicos para evitar el colapso de su riqueza cultural y social.
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Investigadores de la UNAM señalaron que ante la desatención y los problemas como inseguridad y hacinamiento, en el año 2000 cerca de 80 mil personas ?13.4 por ciento de su población? dejaron el área para vivir en otras zonas de la ciudad de México. Los especialistas elogiaron la iniciativa del Gobierno del Distrito Federal para iniciar el rescate de la zona histórica más importante del país.

Guillermo Boils Morales, del Instituto de Investigaciones Sociales, y los arquitectos Carlos Chanfón Olmos y Jaime Ortiz Monasterio coincidieron en que los principales problemas que enfrenta el Centro Histórico son la carencia de mantenimiento de la gran mayoría de sus edificios y la reticencia de los inversionistas privados para inyectar recursos en "una zona que no está rescatada".

"Las rentas congeladas, aunadas al incremento en el valor de los terrenos, imposibilitaron contar con dinero suficiente para conservar en buen estado esos inmuebles", consideró Chanfón Olmos, de la Facultad de Arquitectura. "Por ello resulta positiva la convocatoria a todos los sectores sociales emitida por Andrés Manuel López Obrador, sobre todo a la iniciativa privada, a los empresarios, porque están en posibilidad de aportar recursos".

Casas palaciegas, monumentos históricos, joyas arquitectónicas invaluables y un extraordinario catálogo secular, que en conjunto constituyen un libro abierto sobre la historia de México, se han convertido en un lastimoso recuerdo de aquella ciudad que en su momento fue comparada con los bellos centros urbanos de Europa.

El arquitecto Jorge Ponce advirtió que si los capitalinos realmente queremos mirar hacia el futuro y deseamos tener un centro histórico a la altura de las grandescapitales del mundo, "no se trata sólo de darle una manita de gato", sino de incluir elementos actuales que respondan a las necesidades de la sociedad mexicana "y actuar sin prejuicios historicistas".
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Entre ellos, Ponce Amezcua citó el rescate de la traza de México-Tenochtitlán y de elementos como el sitio de la fundación de México, donde ahora se encuentra La Casa de las Ajaracas, así como la implantación, por ejemplo, de un núcleo ambientalmente sustentable donde se ponga el ejemplo de un manejo óptimo del agua. "Tenemos que modernizar primero la infraestructura básica. Todavía se usan tuberías que datan del siglo XVII. Son piezas para un museo y no para brindar el servicio cómodo y eficiente que se requiere", agregó.

Chanfón Olmos trazó la ruta histórica del abandono: "es una zona donde cayó la calidad de vida. Las antiguas viviendas y residencias fueron abandonadas por lugares más cómodos en las delegaciones alejadas del área. Esas construcciones fueron ocupadas paulatinamente por grupos de escasos recursos, incluso paracaidistas, y eso llevó a los propietarios a dejar caer sus propiedades con el ánimo de deshacerse de ellas rápidamente".

Como ejemplo de restauración exitosa mencionó el caso de un área urbana de La Habana vieja con valor histórico, en Cuba, donde a pesar de las condiciones económicas en contra, el trabajo de profesionales, autoridades municipales y obreros logró restaurarla.

"Sólo a través de programas integrales, que cuenten con la participación de expertos respaldados por el gobierno local, se podrá remediar el estado deplorable en que se encuentra el Centro Histórico", afirmó. "Esa será también la forma en que regresen los inversionistas a la zona".

Jaime Ortiz Monasterio insistió, por su parte, en la necesidad de establecer y respetar programas urbanos y de vialidad, de comerciantes ambulantes y contra la densidad y la saturación. Advirtió que la instalación de la Universidad del Distrito Federal en la calle de Gante "es un despropósito", en primer lugar porque la zona no puede satisfacer las necesidades de estacionamiento y, en segundo, porque se trata de una área de tránsito de automóviles y personas bastante problemática, a la que se suma la cuestión del ambulantaje.

"No es mala la idea de una universidad del Distrito Federal. Lo que no es acertado es el lugar seleccionado para ello. Podrían instalarla en otro lado", consideró, mientras que Boils Morales insistió en que la restauración del centro de la capital del país debe girar en torno de su carácter habitacional y, sobre todo, reforzar la seguridad pública.

 "Si bien ese problema no es la única causa del éxodo, lo cierto es que es una zona riesgosa para las personas y sus bienes. Pero también otros factores son el ambulantaje, insuficientes servicios públicos, pero sobre todo la falta de planeación", insistió.

Para Jorge Ponce, el Centro Histórico debe recuperar su posición como el corazón de "una nación dinámica, porque la ciudad es un ente vivo y no una pieza de museo".