DOMINGO Ť 15 Ť JULIO Ť 2001
Jenaro Villamil
Canal 11 y Canal 22, del oficialismo a la apertura
Los dos principales canales de televisión pública en México han arreciado en estos dos últimos meses sus propuestas de renovación y transformación para estar a tono con la restructuración que vive esta industria. Si en la televisión privada -Televisa y Tv Azteca, principalmente- el desafío es recuperar la credibilidad y acotar los excesos del rating, en el caso del Canal 11 y del Canal 22 el reto consiste en transformarse de canales gubernamentales en auténticos medios públicos, con una genuina apertura hacia la sociedad y sus distintas expresiones creativas.
El desafío es todavía mayor porque en ninguno de los dos casos se cuenta con recursos abundantes y las alianzas mediáticas con otras cadenas televisivas apenas comienzan a concretarse, como en el caso de Canal 22 y la empresa española Sogecable, propietaria de Canal Más y Canal Satélite Digital (del Grupo Prisa, editor de El País), con la cual se acordó transmitir la programación televisiva de España a través de la emisora mexicana, con un total de 52 horas al año. Entre las series que se difundirán gracias a esta sociedad se encuentran los programas culturales y documentales Federico García Lorca: así que pasen cien años; El Juli, loco por el toro, y Borges, así como las series Viajar, Estilo, Documanía, de muy buena factura creativa.
En el caso de Canal 11, esta estación del Instituto Politécnico Nacional ha iniciado la incursión en el mercado televisivo estadunidense con la venta a Telemundo de 26 capítulos del programa Bizbirije, "el programa donde tú mandas", uno de los más populares del canal.
Justamente el potencial de Canal 11 radica en sus propuestas creativas de programación juvenil y de series documentales, como son los casos de emisiones pioneras como Aquí nos tocó vivir, programa conducido por Cristina Pacheco, que cumplió el pasado 24 de mayo 23 años de trabajo ininterrumpido y que se ha caracterizado por su trato respetuoso con los propios entrevistados y televidentes. Un caso similiar es el de Diálogos en confianza, la barra matutina que recibió la más alta calificación de todas las producciones que componen la programación de Canal 11, y que ha demostrado que el género de la polémica en la pantalla no tiene que estar teñido de sensacionalismo ni de la cultura del pleito que promueven los talks shows. Una de las producciones más novedosas de Canal 11 que han llamado la atención ha sido Un tal show del 11, una suerte de parodia a los programas que escandalizaron a la Asociación a Favor de lo Mejor y que han recibido duras críticas desde la Cámara de Diputados, sin que Tv Azteca se inmute. También se han anunciado nuevas producciones como Haciendas de México y nuevos capítulos de series como El rincón de los sabores, Aguila o sol, y Boleros... un poco más, así como la permanencia de Cine del Once, una de las joyas que le ha dado una audiencia fiel a este canal.
La capacidad que ha tenido Canal 11 para desarrollar propuestas alternativas de programación que se contrasta con las emisiones comerciales es uno de los potenciales más importantes de esta estación. De hecho, pocos canales públicos como éste se han atrevido a polemizar con la propia televisión comercial y a proponerse una audiencia crítica, capaz de desarrollar una lectura distinta a la televisión y enfoques diferentes para abordar asuntos tan complejos como los que se desarrollan en Escuela para padres, series especiales sobre sexualidad y feminismo.
Sin embargo, la calidad y la apertura aún son incompletas. La renovación de los conceptos y del discurso de ambas estaciones aún reclama una mayor inclusión de otros sectores que han estado al margen de la pantalla, como son productores independientes, grupos de videoastas en busca de apoyos y transmisión, organizaciones sociales que tienen escasa o nula capacidad técnica para estar presentes en la televisión por sus propios medios, pero que cuentan con historias, con información y con posiciones novedosas.
En el plano informativo, la apertura todavía reclama una renovación más amplia. Siempre se agradecerá el tono mesurado de los conductores de Canal 11, en especial de Sergio Unzueta, a quien no le ha dado aún por gritar las noticias ni por anunciar espectacularmente sus asuntos; pero hace falta mayor vitalidad noticiosa, una suerte de experimentación y de búsqueda de nuevos enfoques para un público joven que descree ya de la información tradicional de las cadenas comerciales y que está al margen de la prensa escrita. La herencia de la autocensura en asuntos "gubernamentales" es una impronta que afecta a la mayoría de las televisiones públicas.
Canal 22 hizo una apuesta interesante durante la marcha zapatista, con la conducción del periodista José Cárdenas de emisiones especiales sobre la caravana del EZLN. Finalmente, Cárdenas se incorporó al nuevo equipo de informadores de Tv Azteca y no se concretaron otros proyectos, como la presencia de Ricardo Rocha en un informativo cotidiano. En entrevista con La Jornada, publicada el 19 de junio, el director de este canal, Enrique Strauss, descartó la posibilidad de un noticiario de información general por falta de recursos. Sin embargo, planteó como una de sus metas incrementar de 17 a 40 por ciento la producción propia.
La experiencia durante la caravana zapatista habla de la capacidad de este canal para realizar programas informativos especiales y coberturas noticiosas sobre asuntos que trascienden la idea de un canal especializado en asuntos culturales para "las élites". Esta apertura la inició el propio Canal 22 y sería lamentable que no se arriesgaran a recrearla y expandirla.