DOMINGO Ť 15 Ť JULIO Ť 2001
Ť Este gobierno no perseguirá a defensores de derechos humanos: Mariclaire Acosta
Ranferi dice confiar en la reapertura del caso Aguas Blancas
TRIUNFO ELIZALDE Y GEORGINA SALDIERNA
Bernardo Ranferi Hernández, líder de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS), regresó ayer a México, luego de permanecer asilado en Francia durante cuatro años a causa de la persecución que sufrió por demandar el esclarecimiento de la matanza de Aguas Blancas.
En sus primeras declaraciones, demandó que se castigue a los responsables de esa matanza, así como a los de Acteal, El Charco y otras "que han dado mucho de qué hablar en el extranjero y que pusieron en evidencia que en México no había estado de derecho".
Ranferi Hernández llegó a la ciudad de México por la tarde. Sus familiares e integrantes de la OCSS abarrotaron la llegada internacional del aeropuerto de la ciudad de México para darle la bienvenida.
"Ranferi, hermano, el pueblo está contigo", corearon, mientras agitaban cartelones en los que recordaban la lucha de su compañero.
Mariclaire Acosta, embajadora especial para derechos humanos de la Secretaría de Relaciones Exteriores, también llegó al aeropuerto capitalino para recibir al activista. Como responsable de las gestiones que derivaron en el retorno de Ranferi, señaló que este hecho tiene un enorme significado: que en el actual gobierno no se perseguirá a los defensores de los derechos humanos.
La nueva administración, agregó, tiene la voluntad de frenar situaciones en las que los líderes sociales eran acusados y obligados a dejar el país.
Sobre el caso de Ranferi dijo que por varios meses la cancillería gestionó el retiro de las órdenes de aprehensión y la cancelación de las averiguaciones previas que había en su contra. Agregó que el canciller, Jorge Castañeda, se puso en contacto con el gobernador guerrerense, René Juárez Cisneros, y ahora no existe ninguna causa penal en contra.
Acompañado de sus hijos, Daisy y Gerardo, Bernardo Ranferi manifestó su confianza en que se reabrirá el caso Aguas Blancas, como recomendó la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), pero mientras no se sancione a los responsables de esa y otras masacres, como las de Acteal y El Charco, "seguiremos pendientes e insistiendo en que se castigue a los responsables".
Sobre Rubén Figueroa Alcocer, ex gobernador de Guerrero, dijo que una vez que se reabra el caso Aguas Blancas, "si se encuentra que él es responsable junto con sus colaboradores, las autoridades judiciales tendrán la responsabilidad de llevarlo ante los tribunales; mientras, nosotros estaremos atentos, porque la matanza del 28 de junio de 1995 no fue un error, fue algo premeditado desde las esferas más altas del gobierno".
Consideró que hay señales en el país que le hacen confiar en que se está recuperando el estado de derecho y citó la liberación de presos políticos que se encontraban en cárceles de alta seguridad y su propio caso.
Tras destacar que retornará a su actividad de defensa de los derechos humanos y la lucha por la justicia social en el marco de la ley, señaló al ex presidente Zedillo como uno de los responsables de la persecución que sufrieron los integrantes de la OCSS.
Aseguró no temer por su vida. Refirió que puso varias condiciones para volver a México: "Seguridad jurídica, respeto a nuestra integridad física y moral tanto a la mía como a la de mi familia, y naturalmente el pleno ejercicio de mis derechos constitucionales y el respeto a mis derechos humanos".
En el recibimiento a Ranferi estuvo presente Hilario Mesino Acosta, fundador y dirigente de la OCSS, quien exigió el encarcelamiento de Rubén Figueroa.