Ť 49 metabolismo alterado, exposición del artista en el MUCA de Ciudad Universitaria

La belleza física quizá también llegue a regir la política, vaticina Falcón

Ť No obstante el riesgo, su vivencia con el consumo de esteroides fue satisfactoria, señala

Ť Seguirá sus proyectos sobre la transgresión del cuerpo, en especial con el pelo y los tatuajes

MERRY MAC MASTERS

El artista multidisciplinario Héctor Falcón (Culiacán, Sinaloa, 1973) aceptó el reto de la publicidad que plantea comprar en ''el menor tiempo posible'' un ideal físico como parte de una reflexión sobre los actuales cánones de belleza occidental.

En noviembre de 1999, Falcón emprendió una acción de 49 días, los mismos de los ''infomerciales'', y consumió ''fuertes cantidades'' de esteroides anabólicos hormonales, más o menos lo que el cuerpo produce en cuatro años y medio. Documentó el proceso mediante fotografías, con la ayuda de Mauricio Alejo, y llevó una bitácora. Realizó cuatro dibujos titulados Cambio de pulso I, II, III y IV. Estas piezas, además de técnicas mixtas y pintura, integran la exposición 49 metabolismo alterado que culminará el día 23 en el Museo de Ciencias y Arte (MUCA) en Ciudad Universitaria.

Acerca de su acción, Falcón expresa: ''Pareciera ser que ahora el talento de las personas se mide por la cantidad muscular o por la supuesta belleza física en cuanto a una convención. No importa cantar siempre y cuando se tengan unas chiches de hule suficientemente grandes. No importa, quizá, ser un buen actor si tienes unos bíceps bastante definidos. Con el tiempo, tal vez veremos que la política también se regirá por la belleza''. Al final de la serie fotográfica, el artista trae un ''bronceado de cama, un depilado que no va con mi situación racial porque mi familia es árabe''.

Lectura multidireccional

Falcón, sin embargo, no pretende moralizar. Dice que las personas a veces creen que las exposiciones tiene un fin ''meramente educativo y con una moral muy occidental''. Lo suyo, apunta, tiene ''una lectura multidireccional, pues no pretendo dar una línea perfecta. Reflexiono desde un acercamiento antropológico''.

?¿No fue muy alto el costo de esta acción?

?Sí, me estoy quedando calvo a causa de los esteroides. Tuve que tomar un tratamiento antidepresivo durante tres meses. El costo monetario fue de 15 mil dólares que pagué. Estuve con bastante miedo. A la mitad quería desistir, pero ya había empezado.

Respecto de Cambio de pulso, explica: ''Dibujaba un aparato (del gimnasio). Realicé una rutina de ejercicios y volví a hacer el dibujo. Por la cantidad de esteroides y sustancias que consumí, el clembuterol, el pulso me temblaba. Decidí entonces hacer los dibujos como testimonio de esa experiencia. Son los únicos que pude hacer porque no tenía paciencia.

''Mientras más se consumen hormonas, se vuelve uno muy violento, muy animal. Además el cuerpo me estorbaba. En tres semanas desarrollé 10 kilos de músculo. No se acostumbra uno. El cuerpo no es tuyo. De repente te tocas y adviertes que esto no estaba tres días antes. En cierto momento subía un kilo diario y me espanté. Con el cambio físico la piel se revienta y salen estrías.''

Su serie Efectos secundarios, de fieltro sobre bastidor de madera, implica ''un acercamiento plástico a un corte de hígado posterior a un tratamiento de hormonas con intenciones físicas. Los anabólicos causan bastante estrés en el hígado. Conocí a una persona que murió en dos meses por consumir esteroides. Se llenó de cáncer. Yo sabía de los riesgos. Tomé un par de medicinas anticáncer. Me salió una bola en la nalga que no se me va a quitar''.

Antes de emprender su experimento, Falcón efectuó una investigación que duró cinco años. Y no obstante que el texto de Edgardo Ganado Kim, que acompaña la muestra, dice que el artista estuvo ''bajo supervisión médica'', Falcón lo desmiente: ''No quise involucrar las licencias médicas de nadie, ni a otras personas. No creo que alguien deba cargar con las responsabilidades de otra persona. Las implicaciones que cada uno genera hay que asumirlas. Consumir sustancias de este tipo es ilegal. En Estados Unidos sancionan con cinco años de prisión. Ahora, la ética en el arte y en la ciencia funcionan distinto''.

Falcón continuará haciendo proyectos relacionados con la transgresión del cuerpo, en específico con el pelo y con tatuajes. Le importa la vivencia: ''Por difícil que haya sido, estoy feliz de haber tenido una vivencia. El hombre, si no las tiene, ¿cuál es su función aquí? A pesar del riesgo, el resultado me llena bastante''.