ENTREVISTA
''Torrijos era indio cuando tenía que ser indio''
¿Quién dice que con una canción se pueden resolver los problemas?: Blades
ERNESTO MARQUEZ/I ESPECIAL
Veracruz, Ver. 13 de julio. Seguro que no hay muchos cantantes y menos aún si son soneros que se atrevan a decir en medio de una canción: "Como en una novela de Kafka...", al tiempo que le dan un furioso batimento a las maracas. Todavía serán menos los que confiesen haber abierto los ojos al mundo con los libros de Albert Camus, se dispongan a hacer la maestría en derecho internacional en la exclusiva y exigente Universidad Harvard, se codeen con dos o tres premios Nobel, hayan sido recibidos con elogios por algún presidente de Estados Unidos, máxime cuando les han dicho a lo largo de tres décadas sus verdades y se estén preparando, cuando llegue el caso, para asumir el cargo de primer mandatario de su nación.
Rubén Blades es único. Tan bueno como para haber dado el salto fuera del gueto latino, destacar como actor, productor, filántropo, trabajar por los derechos humanos, ser embajador de la Organización de Naciones Unidas contra el racismo y contar con cuatro premios Grammy en la música.
En entrevista para La Jornada el cantante panameño dice no ver ninguna contradicción entre lo que hace y lo que piensa. "Todo está integrado", afirma. Y esta fórmula es inequívocamente puntual.
Manifiesta el deseo de regresar a su país para "realizar labor social a partir de 2003" y desde ese momento "intentar una opción política diferente".
Blades se apoya en que su país -aunque ya tiene el canal- sigue dependiendo de Estados Unidos, por lo que es necesario impulsar el nacionalismo tan deseado.
"El panameño sabe que la vaina no la va a resolver gritando ¡Please, help! "Yo creo que eso se debe al cambio que dio Torrijos en 1978, y a su dimensión nacionalista del proceso panameño", dice, y recuerda a Omar Torrijos como un tipo muy hábil, "que era indio cuando tenía que ser indio, campesino cuando debía serlo y hombre de ciudad cuando era necesario", sin darse cuenta (¿o sí?) de que esos son también los rasgos que, quizá, mejor lo definen a él mismo.
''Hay que trabajar para que se produzca la esperanza''
Estamos a un lado de la alberca del hotel que lo hospeda en el puerto de Veracruz, bajo una sombrilla, tomando agua y fumando cigarrillos ligeros. De repente Rubén Blades pierde la paciencia y espeta: "En Panamá lo que se ganó fue la demostración clara y evidente de que se podía realizar un movimiento político con otras ideas y otras intenciones, a pesar de los partidos de corte tradicional. Esa es la gran lección que tuve de mi participación en 1994, y es que en Panamá existían en ese momento 27 partidos inscritos legalmente ¡en un país de menos de 3 millones de habitantes!
"Nosotros fuimos a las elecciones sin alianza. Un partido que tenía dos años de vida fue a una elección nacional sin dinero, con una infraestructura donde íbamos aprendiendo en la medida que íbamos equivocándonos, y llegó tercero a una elección nacional; digo, esa es la gran lección que se dio. Un partido que gastó menos de 600 mil dólares en una campaña nacional para presidencia, un partido que recogió su dinero con donaciones y todo lo que hacíamos.
''Lo que se demostró es que no se necesitaba formar parte de las estructuras de corte tradicional para participar en política, y que el pueblo de Panamá está cansado de las mismas ofertas que se presentaban tradicionalmente cada cinco años. Eso es básicamente lo que se demostró y fue sumamente importante porque quiebra la cárcel que representa la elección entre los mismos grupos, los mismos candidatos, las mismas ofertas. Por eso cuando alguien me dice: 'pero Papa Egoró perdió', yo respondo 'perdió el partido, pero ganó el país', y no es una respuesta ingeniosa, pero sí la adecuada si un país tiene 27 partidos y un partido tiene dos años que se hizo tocando de puerta en puerta con ataques constantes de los medios de comunicación, con mentiras, calumnias todos los días por más de tres años, y llegamos al tercer puesto de todas formas, con casi 20 por ciento del voto nacional la primera vez. Eso demuestra que hay una posibilidad de hacer cosas distintas y esa es la gran importancia del movimiento Papa Egoró.''
?La integración de una esperanza...
?Más allá de eso, que el derecho de esa esperanza exista. Hay gente que tiene esperanza, pero no trabaja para que se produzca. La reivindicación del derecho a la esperanza, a través del trabajo, no de sentarnos a esperar a que alguien venga del cielo a resolvernos el problema.
?Tu siempre mencionas que debemos tener fe. ¿Se puede tener fe en estos momentos?
?Mientras exista la posibilidad de hacer cosas se debe tener fe. Si no se tiene fe entonces se acepta el status quo y eso es algo que no podemos reconciliar, entonces tenemos que asumir que se puede cambiar el asunto. Entonces la fe es en nuestra propia capacidad, porque no estamos hablando de la fe en un ser omnipotente, que está desde el cielo mirando lo que nosotros hacemos. Yo creo que es importante tener fe en términos espirituales pero también debemos tener fe en nuestra propia capacidad de cambiar las cosas, y eso es sumamente importante porque sin eso no se va a producir ningún cambio. Si tú crees que no puedes, entonces no se puede y te derrotaste. Por eso yo digo que la definición de fracaso es no tratar. Si se trata es porque se tiene que tratar, entonces tratando uno tiene que ponerle fe. En este sentido, fe quiere decir confianza en nuestra propia capacidad de respuesta. Eso es lo que significa fe para mí.
''No le dediqué el tiempo suficiente a mi carrera política''
?¿Qué fue lo que fracturó y debilitó a Papa Egoró?
?Aquí yo tengo que asumir la responsabilidad como presidente del partido y como la figura más conocida. El error mío fue no entender, cuando ayudé a formar el partido, el nivel de responsabilidad que yo adquiría; es decir, dadas las condiciones en América Latina, la persona que entra como líder en un partido y se convierte en la figura principal tiene que hacerlo cuando esté dispuesto o dispuesta a dedicarle todo el tiempo de su vida. Tiene que estar ahí 365 días al año, porque incluso en las supuestas democracias nuestras, la gente después de tanto tiempo de ver cosas que no se hacen, que se hacen a medias o que se hacen mal, desea la presencia de una voluntad fuerte, que dirija, que mande, que vea cómo todo se está desarrollando. Yo no tuve esa percepción, no lo vi de esa forma y eso ayudó a que se dieran las condiciones que se dieron dentro del partido. Aparte de eso también el hecho de que se plantea una contradicción enorme: la gente quiere un proceso democrático pero no quiere dictadores, la gente quiere un proceso democrático pero con una figura fuerte. Esto de la noción del dictador benévolo, que acepta y respeta la voluntad popular, excepto cuando debiera ser otra. Ese es uno de los grandes secretos que tenemos en America Latina; la gente, todo mundo, habla de democracia pero quiere un hombre o una mujer fuerte en el poder, que diga hasta aquí es la cosa. Entonces eso es un contradicción enorme y es un problema, porque dentro del partido yo traté de manejarme como una persona que da oportunidades y que delegaba responsabilidades, pero cuando la cuestión no se hace bien o resulta que la persona a la que le delego responsabilidad falla y fracasa en su asunto, tú no puedes desconocer ese proceso y si esa persona se va entonces comienza la lloradera y te estás comportando como un dictador. O sea que si la gente que está a cargo no cumple con su trabajo, ¿qué hacemos entonces?
''En California, hace años, se planteó negarle la ayuda a los residentes e indocumentados. A esa proposición se opuso incluso la policía local, pero ganó de todas maneras. Entonces mi pregunta era por qué la gente afectada por la propuesta no votó en contra. Cómo entonces nosotros podemos cambiar la decisión que se produce a través de un proceso democrático legal, pero que repercute en contra del interés de la comunidad.
''Cómo alterar ese resultado injusto sin violentar a la vez el proceso democrático es en sí uno de los problemas que tenemos nosotros. ¿Y qué quiere decir eso? Que así como yo asumo mi responsabilidad, también ellos tienen que apuntar a la irresponsabilidad que se produce a la hora de dejar los votos, a la hora de dar los apoyos; nosotros tenemos presidencias donde la gente vota por el partido que odia menos, no por el partido que sea más capaz, votamos por candidatos porque nos lucen bien. Mira el caso de Bush, un tipo que no tiene la capacidad que poseía Al Gore, pero sí la personalidad que Gore no poseía. Entonces la gente vota por personalidades, por percepciones y no por hechos. La imagen lo es todo en muchos casos: este candidato es más bonito que el otro, pues vamos a votar por éste, y después viene el desastre.''
?Sin embargo, en una declaración te sitúas como víctima...
?Sí, pero eso lo decía yo anteriormente, no en el contexto de lo que ocurrió con el Papa Egoro. Cuando yo empecé, los candidatos y los partidos opositores decían que yo era músico y que no tenía ninguna experiencia política. Entonces les respondía que tenía experiencia política como víctima de proceso, y esto que estamos haciendo nosotros, más que manifestación política, es un acto de defensa propia. Las víctimas del proceso político nos hemos reunido y hemos dicho hasta aquí llegan ustedes, y por eso se creó el movimiento Papa Egoró.
?¿Qué pasa contigo después del proceso de 94?
?Tal proceso empezó en realidad en 1990 y culminó en 96 porque yo perdí, es decir, yo no me postulé como presidente del partido en 1995, y eso provocó que la candidata que ganó se convirtiera en una dictadora de partido, hasta el punto en que la misma gente que la escogió la botó. Me volvieron a llamar pero ya el daño se había hecho. Quizás, si yo me hubiese presentado como candidato en 95 tampoco hubiera ganado. Ahora, ¿qué hacer cuando una mayoría decide equivocadamente? ¿Cómo desatender un resultado democrático sin violentar el proceso? Esa es la gran pregunta. Es un punto que mucha gente no toma en cuenta cuando se hace, los análisis políticos. Muchas de las cosas que nos ocurren son consecuencia de nuestra propia inmadurez y no todo mundo está de acuerdo en aceptar la responsabilidad que le corresponde. Los políticos que nos han explotado y que nos siguen explotando son los mismos que nosotros escogemos, los mismos que son recibidos con grandes honores cuando entran a algún lugar a comer o cuando pasan por la calle. Esa gente sale de nuestras propias entrañas. En cierta forma reflejan nuestra propia corrupción. Nosotros siempre pensamos dentro de Papa Egoró que una de las cosas que teníamos que aceptar y atender era nuestra corrupción personal, que es la que engendra a esta gente.
De corrupción y formas de vida
?El término corrupción encierra tantas cosas, pero ¿cómo lo conceptúas tú?
?La corrupción es básicamente una circunstancia que presenta muchas facetas. Un ejemplo claro es cuando una persona que participa en un acto político para ocupar un puesto de administración utiliza su posición en contra de los intereses de la mayoría para favorecerse a sí misma o a pequeños grupos de interés específico. Es decir, no está haciendo su trabajo en forma correcta.
''Ahora, la corrupción en sí es la desnaturalización de un proceso solidario, que no solamente se da en términos políticos sino también en términos comunitarios. Es la pérdida del sentido de que la felicidad no puede verdaderamente medirse en función personal ,sino que tiene también que atender la realidad de la comunidad''.
?Y partiendo de esta definición, ¿qué tan corrupto eres?
?La corrupción mía radica en no dedicarle tiempo completo a los asuntos de índole social. Yo creo que en ese sentido se refleja un fallo mío y lo admito. En el aspecto musical, a mis compañeros yo los trato siempre con respeto, los salarios los determinan ellos mismos y eso ha sido así todo el tiempo. Los muchachos se reúnen y me dicen cuándo vamos a hacer un disco y cuánto van a cobrar. Esa es la manera que yo tengo de darle respeto a los muchachos en términos de lo que soy yo como empleador, en atender las necesidades que tengan en una forma que no implique mi comodidad contra la incomodidad de los que están trabajando conmigo, y en términos míos personales yo trato a la gente siempre con respeto. No me puedo plantear tampoco que soy perfecto ni mucho menos, yo creo que todos en alguna forma no dedicamos el tiempo que debemos dedicar a actividades o situaciones que tienen que ver con el bienestar de la comunidad. Por ello pienso dedicarme nuevamente a procesos políticos ya desde un punto de vista de servicio social y no como lo he hecho hasta ahora.
?Hay quien dice que eres un hipócrita, un dos caras que demuestra estar del lado del jodido pero vive como burgués. ¿Qué respondes a eso?
?Bueno, yo vivo lo mejor que pueda vivir y trataré toda mi vida de llevar a cabo eso. Yo todavía no he encontrado una persona pobre que quiera ser pobre. Esa cuestión de ver cómo uno vive... ¡Coño! Uno vive de acuerdo con las posibilidades que uno tenga. Lo que deberían preguntar es: ¿él está viviendo como burgués porque le está robando cosas a la gente? Yo nunca he basado mi felicidad sobre la infelicidad de la gente... El dinero me lo gano en una actividad donde la gente decide. El que quiera ver una película donde yo estoy va, si le da la gana; el que quiere oír un disco lo oye y si no, pues no; el que desea ir a una presentación va, si quiere... Pero yo no obligo a nadie, ni les robo la ilusión, ni les mato la esperanza.
''Si yo fuese un hipócrita mejor me resultaría quedarme callado''
?Te acusan también de querer resolver los problemas con una canción...
?¿Pero quién ha dicho que los problemas se resuelven con una canción? Por esa razón es que formamos el movimiento Papa Egoró, que además tuvo un costo para mí y mi familia, por no venderme. Hay quienes hacen críticas a la ligera. Es como la gente que me dice 'tú hablas de los gringos pero vives allá'. ¿Dónde hablaría yo mejor de los gringos? ¿En Cuba? Entonces yo tengo que ir a Cuba para hablar de los errores que cometen los estadunidenses. Yo estoy en Estados Unidos porque allí no tengo ningún problema con Bruce Springsteen, ni con los Yanquis de Nueva York, ni con el Cañón del Colorado, ni con la gente de Estados Unidos. Mi problema es con la actitud de los políticos de Estados Unidos en términos internacionales. Si yo fuese un hipócrita mejor me resultaría quedarme callado. Precisamente por escribir una canción como Tiburón me busco un problema, entonces la hipocresía real sería no escribir Tiburón sino una canción que diga ¡Viva el señor Bush! O ¡Arriba las invasiones del mundo! La hipocresía real sería no decir nada, quedarme callado y seguir disfrutando de las ventajas que uno tiene, que de hecho son ventajas que las proporciona el trabajo que uno hace. Pero yo estoy acostumbrado a que me digan ese tipo de cosas. Más adelante, cuando yo esté trabajando en lo que estoy haciendo no sé qué dirán, algo encontrarán.
?Música y sociedad, ¿cómo están vinculadas?
?Todo el trabajo que en términos musicales he hecho está justificado con el trabajo social. El proyecto Papa Egoró, por ejemplo, se desprende de la canción Pablo Pueblo. He sido muy consistente en esa posición. Porque sé que eso es importante, no sólo en términos personales, sino a nivel colectivo. Todos esos muchachos que nosotros vimos ahí, en el Zócalo, son muchachos que han oído Plástico, Pedro Navaja, Decisiones... y que han abierto un poco los ojos sobre un tipo de situaciones a las que quizá no le habían puesto mucha atención anteriormente. Por eso mi deseo es ayudar a crear conciencia sobre ciertas cosas que se pueden hacer. Yo no quiero ser el ejemplo de nadie sino del que está trabajando todo el tiempo.
?Latinoamérica unida como la que Bolívar soñó. ¿No es una utopía?
?Es una utopía en la medida en que cada país no tenga una organización nacional que respete la idea de un proyecto comunitario, pero no es una idea absurda. Lo que pudiera hacer absurda tal percepción es la corrupción que existe en nuestras repúblicas. Lo he dicho anteriormente, el mundo va hacia cárteles que no van a estar definidos geográficamente sino culturalmente. Eso está ocurriendo en Europa, va a ocurrir en Asia y aquí en Latinoamérica. Son ideas que deben seguirse manifestando y en ese sentido Bolívar lo tuvo muy claro.
?¿Existe una posibilidad de cambio?
?Claro. Ahora vemos cosas que tienden a ello. Ahora tenemos la realidad de lo posible, de que un Pinochet vaya a juicio, que apresen a Menem, que Fujimori tenga que esconderse porque si se asoma lo cogen... aunque todas estas cosas no se están dando en un vacío. Se están dando con la aprobación de Estados Unidos. Y yo me pregunto lo que muchos se preguntan: ¿Por qué ahora? ¿Por qué de repente hay comisiones de la verdad examinando huesos? ¿Por qué de repente hay comisiones examinando los expedientes de Estados Unidos? Todas esas cosas que estaban varadas y de pronto surgieron, se están dando porque hay una necesidad de revisar las condiciones que había anteriormente y tratar de ver de qué manera comienzan a restructurar el panorama. Eso necesariamente tiene que recrear una nueva realidad, lo que demuestra hasta qué punto existe una posibilidad de cambio.
Mañana, la segunda parte de la entrevista en donde Rubén Blades aborda con más profundidad su pasión: la música.