SABADO Ť 14 Ť JULIO Ť 2001

Ť Aumenta el riesgo país; De la Rúa busca el apoyo de todos los sectores

Añaden protestas presión política a la crisis económica argentina; Cavallo insta a la calma

Ť Gobernadores: disparatado, que el peso de los ajustes caiga en la espalda de la población

STELLA CALLONI CORRESPONSAL

Buenos Aires, 13 de julio. Mientras miles de trabajadores copaban las calles en la protesta espontánea de las primeras horas contra el séptimo ajuste en poco más de una década, y los empleados estatales anunciaban un paro para el próximo 18 de julio, el ministro de Economía Domingo Cavallo intentó tranquilizar a la población, después del jueves negro que se abatió sobre el país, y sostuvo que si los gobernadores aplican programas equilibrados "los ajustes pueden ser reducidos, temporales, y muy pronto, inecesarios". Recalcó la importancia de "pescar a la gente con las manos en la masa", en lo relativo a evasión de impuestos.

El riesgo país ascendió hasta mil 640 puntos, aunque muy pocos recuerdan ahora que en los tiempos del llamado efecto tequila llegó hasta 2 mil. Sin embargo la bolsa, que cerró ayer con una baja de 8.1 por ciento, avanzó este viernes 5.59 por ciento, a partir de las señales del apoyo explícito del Fondo Monetario Internacional (FMI) al ajuste.

El presidente Fernando de la Rúa buscó hoy el apoyo de todos los sectores posibles, incluidos los gobernadores justicialistas que controlan 14 provincias. La mayoría dice entender que hay que reducir el gasto, todos consideran disparatado que estas medidas caigan sobre la espalda de la población.

El ex presidente Raúl Alfonsín, líder de la Unión Cívica Radical (UCR), partido mayoritario en la Alianza gobernante, dijo que su formación apoya la reducción del gasto, pero "No puede haber una solución de carácter general en el país si no se impide la inequidad que afectaría a la mayoría". Se mostró optimista ante la posibilidad de que los proyectos alternativos presentados sean aceptados por el gobierno. También en el Frente País Solidario (Frepaso), cuya participación en la Alianza está ya muy diezmada por la rebelión de varios legisladores, se dijo que no puede haber apoyo total al ajuste.

Los gobernadores justicialistas, al parecer, aceptaron también el ajuste, pero reclamaron que este no repercutiera negativamente en la población de menos recursos, a pesar de que hasta ahora respaldaron los siete grandes ajustes, que perjudicaron a los pobres.

El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, envió una carta a De la Rúa apoyando las medidas de ajuste. El canciller Adalberto Rodríguez Giavarini intentó calmar las expectativas que esto creó, recordando que la actual administración estadunidense no se ha manejado como la anterior en estos casos, ni actúa en salvatajes como lo hizo Bill Clinton, ante las crisis del tequila que sacudió a México.

"Esta nueva administración tiene una concepción distinta, el apoyo tiene que venir por el consenso de los organismos multilaterales", dijo Rodríguez recordando lo dicho por Bush a De la Rúa en un encuentro antes de la Cumbre de Quebec. Esto diluyó en algunos círculos las esperanzas de un auxilio monetario importante.

La crisis se puede medir en la angustia de las calles, donde la gente siente el efecto contrario a aquello que alegra a los "mercados", ya que consideran que el apoyo del FMI y de Estados Unidos, no son "sino un mandato de que sigan adelante a pesar del rechazo". El ombudsman de la Tercera Edad, Eugenio Semino, calificó de "criminal" el nuevo plan de ajuste y dijo que "los ancianos son el blanco fijo en la vida de Domingo Cavallo. Quienes ajustan así no tienen la más pálida idea de lo que está padeciendo el adulto mayor y el pueblo argentino" y recordó que el ministro "desde el 94 hasta ahora realizó ajuste tras ajuste sobre el mismo sector de la seguridad social".

Semino señaló que Cavallo realizó una enorme transferencia del sector público al privado a través de las AFIP y si este dinero hubiera estado no habría déficit. Ahora llevan a déficit cero después de haber disparado el déficit con negocios propios". Muchos jubilados que se manifestaron ante la sede de su obra social, Pami, lloraban sin disimulo. Varios ahorradores no lograron retirar suficiente dinero de los bancos lo que augura un fin de semana amargo.

Por su parte, Enrique Martínez, secretario de la Pequeña y Mediana Empresa (Pymes), denunció un "golpe del mercado" para extorsionar al gobierno. "Esta crisis -dijo- la genera el sistema financiero nacional, porque los banqueros consideraron que podían obligar al gobierno a tomar dinero por el 15 por ciento anual".

El gobierno había reducido el año pasado salarios superiores a los mil pesos (dólares) lo que dejó sin efecto ahora por decreto para imponer la generalización de una reducción hasta los salarios más bajos, y las jubilaciones mínimas lo que, señalan los analistas, agrega inestabilidad a un país donde el desempleo supera 17 por ciento y el subempleo es muy superior a esta cifra.

La legislatura de la Plata, capital de la provincia de Buenos Aires, no autorizó la emisión de bonos para pagar el medio aguinaldo y nadie sabe lo que sucederá ahora. La reducción salarial afecta a 250 mil jefes dearg_econo_turmoil_s1 familia, un millón de personas que entran en el amplísimo sector de la pobreza. Los legisladores decidieron hoy rebajar también sus salarios en 10 por ciento. Pero los jueces de la Corte Suprema no dieron ningún paso en este sentido "Insaciables" tituló esta mañana Página/12 su primera plana, en referencia a los sectores financieros externos y esta era la sensación general en las calles. La situación indujo a reuniones increíbles, como la reunión del ex presidente Alfonsín con Hugo Moyano, dirigente de la Confederación General del Trabajo (CGT rebelde).

La diputada Elisa Carrió, quien abandonó el bloque de la UCR para conformar con los socialistas el movimiento Argentinos por una República de Iguales, llamó a la resistencia pacífica demandando que los ajustes los deben pagar "los que se llevaron la plata del país mediante extorsión. Lamentablemente De la Rúa debe demostrar ahora que no es un simple empleado de este gerente".

Dirigentes de los estatales explicaron hoy que "por cada trabajador que sufre una reducción de salarios, van a perder su trabajo dos de la inciativa privada porque no habrá consumo". La lógica popular es directa y desesperada. Por eso De la Rúa necesita escuchar a todos los sectores y tratar de llegar a un consenso.