SABADO Ť 14 Ť JULIO Ť 2001

Ť La cifra equivale a 1.8% del PIB y a 92 por ciento de lo que reciben de la Federación

Deben los estados $91 mil millones

Ť Recomiendan expertos fomentar el establecimiento de impuestos locales y aumentar recaudación

Ť Se requieren 15 mil 300 millones de pesos para cubrir los pagos de capital e intereses

ISRAEL RODRIGUEZ J.

La deuda total de las entidades federativas alcanzó 91 mil millones de pesos, cifra que representa 1.8 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y 92 por ciento de las participaciones a los estados, revelan informes de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP).

Dado que esta deuda no necesariamente será absorbida por la Federación, puede considerarse una presión adicional a las finanzas públicas, debido también a la baja recaudación fiscal local, advirtieron analistas bancarios.

En conjunto, se requieren 15 mil 300 millones de pesos (0.27 por ciento del PIB) para hacer frente al capital y los intereses de la deuda de los estados en 2001. En caso de que no se liquidara este monto en el primer año, el costo financiero subiría en un monto equivalente a 0.05 por ciento del PIB cada año, estimó el Grupo Financiero BBVA-Bancomer.

Los expertos precisaron que la deuda de 91 mil millones de pesos implica una mayor carga impositiva o un mayor sacrificio del gasto público de autoridades locales, los cuales repercuten en última instancia en el bienestar de la población.

Gasto responsable

Por ello, recomendaron fomentar que las autoridades estatales establezcan y recauden impuestos en su localidad. Esto, agregaron, ayudaría a mejorar la administración tributaria, toda vez que exitirían los incentivos para que los poderes ejecutivos estatales incrementen sus ingresos aumentando la base de sus contribuyentes y realicen un ejercicio responsable de su gasto. Paralelamente, el fortalecimiento de las haciendas locales permitiría mejorar la calificación de la deuda estatal y, con ello, disminuir su costo financiero.

A fin de mejorar la provisión de servicios públicos locales, la Ley de Coordinación Fiscal ha transferido más potestades a los gobiernos locales para asignar su gasto en áreas como infraestructura carretera local, infraestructura urbana como agua y su tratamiento, mercados, atención médica y educación.

La recaudación fiscal, sin embargo, se ha mantenido centralizada por la Federación de forma tal que los estados y municipios dependen en 80 y 66 por ciento respectivamente, de los recursos asignados por ésta.

El sistema actual de aportaciones y participaciones federales a los estados genera los siguientes problemas que influyen en un elevado déficit fiscal:

No incentiva la rendición de cuentas de las autoridades locales sobre el ejercicio del gasto. La prestación de servicios públicos se encuentra respaldada principalmente por recursos directos de la Federación y, en menor grado, por los ingresos propios generados por la localidad.

Al no estar sujetos los ingresos estatales a la calidad de la gestión del gasto, no hay incentivos para que las autoridades obtengan el mayor rendimiento por peso gastado. Una correspondencia más directa entre quienes financian el gasto y sus beneficiarios promovería una mayor eficiencia del mismo.

Además, no promueve el esfuerzo recaudatorio de las autoridades locales debido a que el cobro de impuestos genera un costo político, las autoridades locales no tienen los incentivos para aumentar sus ingresos propios. Políticamente es más atractivo atribuir las deficiencias en la provisión de servicios públicos locales a la falta de recursos de la Federación que a la debilidad de la recaudación local.

Fortalecimiento de ingresos

Los especialistas consideraron que la mejora de las finanzas estatales no radica en más transferencias de la Federación , sino en el fortalecimiento de los ingresos locales.

El cobro de impuestos estatales y municipales representa sólo 2.1 por ciento y 9.4 por ciento de los ingresos totales respectivos. Por su parte, otros ingresos como licencias, pago de agua, entre otros derechos, aportaciones y productos equivalen a 10.9 y 18.3 por ciento de los ingresos totales de estados y municipios. En todos los casos, los ingresos propios de las localidades han decrecido su importancia dentro del total.

Al primer trimestre del 2001, el Distrito Federal es la entidad más endeudada al sumar 28 mil 258.5 millones de pesos, 1.4 por ciento inferior al saldo preliminar del 31 de diciembre del 2000. En esta entidad el servicio de la deuda ascendió a mil 741.3 millones de pesos.

El estado de México fue la segunda entidad con mayor endeudamiento con 25 mil 50 millones de pesos, seguida por Nuevo León con 8 mil 840 millones de pesos.

Tlaxcala, sin endeudamiento

Por el contrario, el estado con nulo endeudamiento es Tlaxcala, seguido por Zacatecas con 35 millones, Nayarit, con 90 millones, Campeche con 103 y Veracruz con 111 millones de pesos.

Los estados de la República que requieren mayor incremento en sus ingresos totales destacan: estado de México, Sonora, Yucatán, Jalisco, Sinaloa, Nuevo León y Baja California Sur. Con menor presión sobre sus ingresos están Veracruz, Oaxaca, Michoacán y Nayarit, Zacatecas, Campeche Tabasco e Hidalgo.

Tras esta revisión de las finanzas públicas estatales, se puede apreciar una mayor dependencia de las haciendas locales de los recursos provenientes de la Federación, casi el doble de lo observado en otros países pertenecientes a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Además, resultados deficitarios, equivalente a 4.4 por ciento del Producto Interno Estatal motivado por el bajo esfuerzo recaudatorio y la poca rendición de cuentas en el ejercicio del gasto.

Por tal motivo, concluyen los especialistas, es imprescindible fortalecer los ingresos propios de los estados, ya sea con nuevos impuestos o promoviendo una mayor eficiencia recaudatoria.