SABADO Ť 14 Ť JULIO Ť 2001
Ť Luego de la matanza de Aguas Blancas tuvo que permanecer en el exilio en Francia
Concluye persecución política de líder campesino
Ť Ranferi Hernández regresa hoy a México, después que la SRE le ofreció garantías
CLAUDIA HERRERA BELTRAN
Después de casi cuatro años de exilio en Francia, tras la persecución que se derivó de la matanza de 17 campesinos en Aguas Blancas, Bernardo Ranferi Hernández, integrante de la Organización Campesina de la Sierra del Sur (OCSS) y ex dirigente del PRD en Guerrero, regresa hoy a México.
Hilario Mesino, integrante de la OCSS, explicó que el canciller Jorge G. Castañeda y la embajadora especial para derechos humanos, Mariclaire Acosta, realizaron gestiones ante las autoridades de Guerrero, y garantizaron a Ranferi que no existen cargos en su contra y que puede retornar con toda libertad al país.
La Secretaría de Relaciones Exteriores afirmó ayer que el dirigente campesino gozará de todos sus derechos ciudadanos, los cuales podrá ejercer en el marco de la ley. Inclusive, se informó en esa dependencia, Acosta y otros funcionarios estarán hoy a las 15:30 horas en el aeropuerto capitalino para recibir al líder campesino.
Mesino indicó que en las negociaciones que la OCSS llevó a cabo con el gobernador de Guerrero, René Juárez Cisneros, también se garantizó el desistimiento de nueve órdenes de aprehensión que se habían librado en su contra por participar en manifestaciones públicas.
"Consideramos que ahora hay condiciones para que Ranferi regrese al país. Creemos que ya no va a tener problemas de persecución política", indicó.
Originario del municipio de Ahuacotzingo, en la montaña guerrerense, Ranferi fue uno de los dirigentes sociales que se manifestaron -antes y después de la matanza de Aguas Blancas- contra las políticas del gobierno de Guerrero, y que participaron en el movimiento que llevó a la caída del gobernador Rubén Figueroa Alcocer, en marzo de 1996.
El 7 de septiembre de 1997, luego del encarcelamiento de una veintena de militantes de organizaciones campesinas y del PRD, pidió asilo político en Francia. Un mes después, recuerda Mesino, el gobierno de ese país accedió a su petición, sobre todo tras el respaldo que recibió de Danielle Mitterrand, simpatizante de las causas indígenas.
Desde entonces, el líder campesino y político vivió en París acompañado de su esposa y de sus cinco hijos, y participó en organizaciones no gubernamentales dedicadas a promover internacionalmente las demandas de grupos indígenas y campesinos.
Durante el gobierno de Rubén Figueroa Alcocer, Ranferi Hernández y decenas de integrantes de la OCSS se convirtieron en perseguidos políticos por demandar el esclarecimiento de la matanza de 17 campesinos, muchos de ellos pertenecientes a esa organización campesina.
Días después de los asesinatos ocurridos el 28 de junio de 1995, el entonces diputado local perredista rechazó que la OCSS estuviera relacionada con movimientos armados -como lo habían asegurado las autoridades gubernamentales-, y señaló que esas acusaciones obedecían a una estrategia del régimen de Figueroa para justificar la matanza y la represión en contra del pueblo de Guerrero.
Después encabezó numerosas movilizaciones en demanda del esclarecimiento de la matanza, y fue uno de los opositores de la exhumación de los cadáveres, ya que exigió que ese proceso se hiciera en presencia de representantes de organismos defensores de derechos humanos.
En enero de 1997 fue detenido Benigno Guzmán, dirigente de esa organización, y en menos de dos meses ya habían sido capturados 14 integrantes de la OCSS y militantes del PRD. Ranferi Hernández se encontraba en la lista de los acusados por cargos de sedición, motín, sabotaje y bloqueo de las vías carreteras. En los meses siguientes se trasladó a la ciudad de México, pero continuaba el "hostigamiento", y en septiembre de ese año viajó a Francia, de donde regresará hoy a México.