SABADO Ť 14 Ť JULIO Ť 2001
Ť Sus principales dirigentes, detenidos; han perdido los contactos colombianos
Crisis operativa en los principales cárteles mexicanos; ya hay 60 grupos emergentes
Ť La actual situación los ha obligado a traficar con heroína, mariguana y metanfetaminas, a falta de cocaína Ť Han tenido que cobrar a las nuevas organizaciones derecho de piso
GUSTAVO CASTILLO GARCIA
Los cárteles mexicanos de la droga están sumidos en una crisis operativa derivada de las detenciones de algunos de sus principales dirigentes, lo que ha generado la aparición de al menos 60 organizaciones emergentes, de las cuales se tienen 21 identificadas.
Informes confidenciales de la Procuraduría General de la República (PGR) indican que esta crisis, por ejemplo, ha obligado al cártel de los hermanos Arellano Félix a traficar con heroína, mariguana y metanfetaminas -procedentes de los estados de Michoacán, Oaxaca y Guerrero- para financiar sus actividades ante la falta de suministro de cocaína colombiana, luego de la detención de Carlos Ariel Charry Guzmán, a quien la PGR identificó en noviembre pasado como ''parte de una organización que opera en Bogotá y San Vicente del Caguán, Colombia, dedicada al tráfico de drogas, armas, municiones y material de intendencia con destino a los frentes subversivos con operaciones en la llamada zona de despeje''.
Según los informes, a los cuales tuvo acceso La Jornada, todas las grandes organizaciones (el cártel del Golfo, los Amezcua, los Carrillo Fuentes y los Arellano Félix) han preferido a últimas fechas cobrar a los grupos emergentes por derecho de piso.
La droga aumenta su valor conforme se acerca a la frontera norte
''La droga de que se trate aumenta su valor a manera que se acerca a la frontera; si se consigue una tonelada de mariguana en 2 mil dólares, en Oaxaca, ya en Matamoros puede llegar a valer diez veces más''.
Sin embargo, el pago a los grandes cárteles por cada kilo de mariguana que pase a Estados Unidos por sus puertas, puede llegar a los 700 dólares, como lo acreditan documentos encontrados por la PGR durante los cateos realizados en el poblado Guardados de Abajo, Tamaulipas, y durante los cuales fue detenido Gilberto García Mena, El June.
El tráfico de droga se ha convertido en ''un negocio cada vez más rentable, ya que las organizaciones mexicanas no exponen tanto sus capitales para la adquisición, transportación y distribución de la misma'', se asegura.
Desde hace por lo menos dos años, los cárteles permiten el paso de los cargamentos de los emergentes por sus territorios y puertas de acceso a Estados Unidos, mediante el cobro por libra (453.6 gramos). Además, en busca de mayores ganancias a través de la mercancía de los emergentes, utilizan sus redes de distribución en el país vecino obteniendo por ello un porcentaje del total del cargamento e incluso venden el producto a través de sus contactos, lo que aumenta aún más sus ingresos sin que ellos expongan su capital.
Luego, el dinero restante se deposita en cuentas bancarias a nombre de los operadores de las organizaciones emergentes.
Sin embargo, la relación entre los emergentes y los representantes de los cárteles no siempre ha sido pacífica; la autoridad estima que ''el gran número de ajustes de cuentas entre narcotraficantes que ha ocurrido a últimas fechas, se ha debido a que en muchos casos los que cobran los derechos de piso les dicen a sus contratantes de servicios que la mercancía se cayó (que la policía la incautó), aun sin ser cierto''.
Esto es porque los cárteles, para enviar grandes cargamentos, exponen al aseguramiento los pequeños envíos -de una tonelada o dos- de los emergentes.
En el caso del cártel de los Arellano Félix, la PGR considera que a partir de la detención de Carlos Ariel Charry Guzmán -su principal contacto con narcotraficantes colombianos-, ocurrida el 21 de noviembre del año pasado, la organización ha carecido del suministro necesario de cocaína para sus operaciones, ''teniendo que recurrir a otros enervantes como mariguana, heroína y drogas sintéticas''.
Pero, además de esa detención, la estructura operativa del también llamado cártel de Tijuana, que dirigen los hermanos Benjamín y Ramón Arellano Félix, se ha ido desmembrando. El mismo mes de noviembre de 2000, la PGR detuvo a Enrique Harari Garduño, ex director de la Policía Federal de Caminos, quien tenía a su cargo la zona de Mexicali; también fue capturado Ismael Higuera Guerrero, El Mayel, encargado de toda la estructura operativa de esa organización.
Hasta el momento, según la PGR, hay más de seis integrantes del consejo de administración del cártel de Tijuana presos, entre ellos Rigoberto Yáñez Guerrero, El Primo, quien era el encargado de recibir los embarques de cocaína colombiana que llegaban a Oaxaca y otros estados con costa hacia el Pacífico.
Con la aprehensión de Humberto Rodríguez Bañuelos, La Rana, el pasado 10 de julio, ''ya no solamente se rompió la cadena de recepción y distribución de droga desde Oaxaca hacia Michoacán y Tijuana, sino también se afectó la operatividad de esta organización en Jalisco y Sinaloa'', indican los informes.
Por lo que se refiere a los Carrillo Fuentes, la caída del ex gobernador de Quintana Roo Mario Villanueva Madrid y de Alcides Ramón Magaña, así como el procesamiento penal de más de 30 integrantes de esa organización dedicados a lavado de dinero, cuerpo de seguridad y transportación de enervantes'', ha ''diezmado su operatividad, situación que se agudizó con los resultados de la llamada operación Marquis y su seguimiento en México'', al descubrirse una importante red de centros cambiarios que eran utilizados para actividades de ''lavado de dinero''.
Los líderes de esta organización han transformado ''su operatividad en células, con personajes bien identificados, sobresaliendo Vicente Carrillo Fuentes (hermano de Amado Carrillo), Vicente Carrillo Leyva (hijo de Amado), Juan José Esparragoza Moreno, El Azul, quien además tiene relación con otras organizaciones y se ha convertido en una especie de negociador entre todos los cárteles''.
Respecto del cártel del Golfo, la detención de Gilberto García Mena, El June, el 10 de abril de este año, y la entrega a la FBI de Manuel Garza Rendón, El Brocha, días después, así como el desmembramiento de la red de tráfico de mariguana entre Reynosa, Matamoros y Nuevo Laredo, han ''provocado una disputa de territorios entre los integrantes que aún están libres, resultando el más afectado Osiel Cárdenas Guillén, lugarteniente del que fuera el principal líder de esta organización, Juan García Abrego''.
El cártel de Colima -de los hermanos Amezcua Contreras, conocidos como los reyes de las metanfetaminas- perdió sus principales cabezas, los tres líderes: Adán, Jesús y Luis Ignacio Amezcua se encuentran presos, dos de ellos en el penal de La Palma, en Almoloya, estado de México.
Jalisco, Sinaloa, Oaxaca, Baja California, Tamaulipas, Veracruz, Durango, Chihuahua, Coahuila, San Luis Potosí, Colima, Nayarit y Guerrero siguen siendo los principales puertos de acceso y distribución de enervantes hacia Estados Unidos, pero ahora -indican los documentos consultados- las organizaciones ''no ocupan toda una entidad, operan en pequeñas comunidades desde donde controlan sus operaciones; representan un mayor número, pero cantidades más pequeñas de cargamentos'' de drogas.
No todas las organizaciones emergentes son nuevas; en muchos casos, según la información de la PGR, son lidereadas por algunos ex integrantes de los cárteles o por familias que se relacionaron con grupos de productores de enervantes.
Estos son los nombres o apodos con que cada organización emergente es identificada por la PGR; no en todos los casos se pudo obtener el estado desde donde operan.
Ignacio Nacho Coronel (Jalisco); Chacho García; Roberto Guzmán Loera, hermano de Joaquín El Chapo Guzmán (Jalisco y Sinaloa); Baltazar Díaz, El Balta (Tamaulipas); Rodolfo León Aragón, El Chino, ex director de la Policía Judicial Federal (Oaxaca); El Chaqui, vinculado al cártel de los Arellano Félix; El Blas o El Ruso; los Garnica; El Diablo; El Gallo Fernández; Eduardo Martínez Garza, El Polán; Armando Valencia Sánchez (Jalisco, Sinaloa y Colima); Moisés Juárez; Cleto Valle; Tony Pérez y Pérez Parga (sucesores de Ramiro Mireles, ligados al cártel de Juárez (Quintana Roo); hermanos Reyes Pruneda (Tamaulipas); Los Texas (Coahuila); hermanos Beltrán (Jalisco); los Herrera Herrera (Durango), sucesores de los Amezcua (Colima, Jalisco y Nayarit); El Niño o Mi Niño, ligado a Amado Carrillo, junto con Manuel García Barraza, El Pony (Tamaulipas).