¿LA FIESTA EN PAZ?
Leonardo Paez
Dos prometedores artistas
SIEMPRE SERA GRATIFICANTE para la afición sana de México atestiguar el surgimiento de artistas que de una u otra manera incluyen en su obra trabajos inspirados en la fiesta brava. Es como si a través de sus propuestas creadoras nos dijeran que el misterio milenario del toro permanece y que la fe de sus adoradores no puede flaquear.
MARIA MINA, ESCULTORA, presenta desde hace días
en la galería Menaché de la calle de Oslo número 8,
en la Zona Rosa, su primera exposición individual, titulada Homomorfosis,
en la que con insospechada madurez se vale de la anatomía femenina
para volcar su desbordada imaginación en logradas, bellísimas
y alucinantes piezas, ya en bronce, ya en terracota o en técnica
mixta.
DESTACAN POR SU fuerza y equilibrado lirismo una
espléndida mujer-guitarra, etérea, de musical anatomía
y armonioso brazo-diapasón, o una mujer en flor con alcatraz convertido
en cabeza, o una prendida mujer luna o una mujer estrella, muslo, brazo,
pico; o una insinuante mujer enmascarada. Creaciones felices de una feminidad
avasalladora por su fuerza y seducción sutil.
LA ESPLENDIDA ESCULTURA Sueño de lidia merece mención especial. En ella María Mina rescata, con ternura magistral y refinado taurinismo, la belleza ambivalente y simultánea de una bailaora fundida en un toro bravo, cuyos afilados pitones son brazos, cuyo morrillo son caderas y cuyo resultado final es magia pura, flamenca y táurica.
MUCHA POESIA Y mucho sello hay en la expresión escultórica de María Mina, que tiene todo para convertirse, en poco tiempo, en una artista de muy altos vuelos. Elegancia natural y encanto elocuente presiden cada una de sus Homomorfosis que, por la solidaria y rotunda definición conseguida, quizá valdría rebautizar como Femimorfosis.
POR SU PARTE, el joven pintor Iván Pérez Mendoza, que firma sus cuadros como Iván, presenta en el Conjunto Gastronómico Mirabel, de don Venancio Pineda, en la esquina de San Luis Potosí y Mérida, colonia Roma, una muestra pictórica titulada Aproximaciones al arte flamenco, donde prevalecen la intensidad, el movimiento y una afortunada doble exigencia de interioridad: la del pintor y la de los sujetos plasmados en sus obras.
SI UN RASGO domina la exposición ?óleos, acuarelas y tintas en diferentes tamaños? es la expresión reconcentrada de guitarristas, bailaoras, cantaores, toreros o toros, con un ritmo y una individualidad propios felizmente captados por la perceptiva sensibilidad de Iván, que irrumpe en las telas bastante más allá de las formas.
PERTURBADOR EROTISMO CONSIGUE en un cuadro donde las miradas de una mujer bellísima y un toro embistiendo se entrecruzan delante de quien ve, aunque ignorando aquéllos la existencia de una y otro, o el preciso y luminoso pase de la firma de Enrique Ponce, hoy el diestro más socorrido en la pintura, precisamente por sus posturas estetizantes. En dicha obra Iván resuelve con maestría la dura prueba de pintar bonito, y el divo valenciano es sólo un pretexto para que el arte pictórico de Iván prevalezca sobre tan riesgoso modelo. Personalidad y profundidad caracterizan el conjunto de su obra, lo que permite augurar que él "también va por el camino de los grandes". Enhorabuena .