VIERNES Ť 13 Ť JULIO Ť 2001

Ť Leonardo García Tsao

Feo, fuerte y antiformulista

En años recientes el cine de animación ha mostrado mayores avances técnicos e incluso más ingenio que las películas llamadas de acción viva. Si bien la marca Disney sigue apegándose a fórmulas gastadas no obstante las innovaciones digitales, como en el caso de las dos partes de Toy Story y Bichos, otras producciones de DreamWorks, la compañía de Spielberg, como Pollitos en fuga y Antz, han encontrado una manera de revitalizar el género no sólo mediante una nueva tecnología sino apoyada en un sentido del humor enfocado a parodiar modelos existentes.

shrekEn ese sentido, Shrek marca un hito en el cine de animación. El primer largometraje de Andrew Adamson y Vicky Jensen es la versión corregida y aumentada de los hallazgos computarizados de Toy Story, para situar el cuento de hadas en una perspectiva diferente. La primera secuencia es toda una declaración de principios: alguien narra las páginas de un cuento de hadas y su consabido final feliz. El narrador resulta ser un ogro verde llamado Shrek, quien lee el libro con sorna para distraerse mientras defeca en un retrete; para rematar, arranca una de las páginas ilustradas para limpiarse.

Esa irreverencia hacia las convenciones será mantenida a lo largo de una historia derivada en particular de los mitos de La Bella y la Bestia y La bella durmiente. El dilema del personaje epónimo se inicia cuando su plácida vida en un pantano es alterada por la invasión de varios personajes de cuentos de hadas -Pinocho, Caperucita y el Lobo, Blanca Nieves con todo y Siete Enanos- que huyen de la persecución ordenada por el déspota Lord Farquaad. La intrusión es encabezada por un burro parlanchín que asume la posición de patiño del ogro sin previa consulta. Shrek viaja al antiséptico palacio/parque de diversiones del tirano para quejarse. Farquaad le ofrece un trato: devolverá la tranquilidad al pantano si el ogro logra rescatar de su prisión a la durmiente princesa Fiona, pues el Lord quiere desposarla sin pasar por ese trámite. Acompañado por el locuaz burro, Shrek se dispone a cumplir su misión heroica de mala gana, sin saber que en ello encontrará a su pareja ideal.

El ocurrente guión debido a cuatro escritores demuestra la sana influencia de fuentes tan diversas como la revista Mad, las teleseries Seinfeld o Los Simpson, y las parodias de Mel Brooks o del triunvirato Zucker, Zucker y Abrahams, que han encontrado en la cultura pop un abundante caldo de cultivo para nutrir su burlona postura. Además, es evidente la referencia maliciosa a la casa Disney, de donde salió con broncas el productor Jeffrey Katzenberg (se rumora que el mal carácter y egocentrismo de Farquaad fueron inspirados por Michael Eisner, temible ejecutivo disneyano). En varias instancias Shrek hace mofa de la cursilería de ese reinado, por ejemplo cuando Fiona interrumpe el número musical de unos bandidos del bosque a golpes de karate, o hace reventar a un pajarito incapaz de alcanzar con sus trinos las altas notas de su canto.

Ese es otro gran acierto de la película: sustituir las insípidas canciones disneyanas por piezas de pop/rock de una ecléctica variedad, a cargo de Smash Mouth, Joan Jett, Antonio Carlos Jobim o John Cale (el número final, una interpretación colectiva de I'm a believer, viejo éxito de los Monkees, es de antología).

Y si la gran expresividad de los personajes conseguida por la sofisticada animación hace temer por el futuro de los actores en el cine (impresión confirmada por la aún más realista animación de Final Fantasy), el trabajo de doblaje de Mike Myers, Eddie Murphy y Cameron Díaz demuestra que al menos parte de su chamba está a salvo. Con un acento medio escocés, Myers le confiere al ogro misántropo un grado de ternura, mientras Murphy ejerce nuevamente la socarronería de barrio bajo, tan efectiva en Mulán. (No he visto la versión doblada al castellano pero he sabido que Eugenio Derbez no pudo resistir hacer referencia a sus propios personajes. Eso sí es horrible.)

Sin duda el público infantil se divierte mucho con Shrek. Pero su diseño visual hiperrealista y su incisivo sentido del humor la hacen recomendable sobre todo para el espectador adulto.

SHREK

D: Andrew Adamson, Vicky Jensen/ G: Ted Elliott y Terry Rossio, Joe Stillman y Roger S.H.Schulman, basado en el libro de William Steig/ Ed: Sim Evan-Jones/ Dirección de arte: Guillaume Aretos, Douglas Rogers/ Con las voces de: Mike Myers, Eddie Murphy, Cameron Díaz, John Lithgow, Vincent Cassel/ P: PDI - DreamWorks. EU, 2001.

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