VIERNES Ť 13 Ť JULIO Ť 2001
Ť Los proyectos de una nación, 1821-1888, muestra de Fomento Cultural Banamex
Exhibe el Palacio de Iturbide una reivindicación del México que se formó con tintes liberales
Ť Reúne obra del periodo posterior a la consumación de la independencia
Ť Se podrán ver lo mismo el bastón de Benito Juárez que una pierna postiza de Santa Anna
RENATO RAVELO
En el Palacio de Iturbide se exhibe una reivindicación del México que se formaba con tintes liberales, una muestra de objetos, ambientes, discursos que cuentan la historia de un país que buscaba su identidad cuando ya había logrado su independencia. México: los proyectos de una nación, 1821-1888.
Organizada por Fomento Cultural Banamex, AC, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, San Luis Corporación y Fundación Televisa, la muestra se inauguró la noche del miércoles (y estará abierta todos los días hasta el 6 de enero del año próximo. Informes de visitas al 52250281), con la asistencia de cerca de 700 invitados, quienes pudieron apreciar lo mismo el bastón de Benito Juárez que una de las piernas postizas de Antonio López de Santa Anna o la recreación de una botica traída desde San Miguel de Allende.
Peligroso, hacerse cargo del país
Tres años tardó en prepararse la exposición, comenta Alberto Sarmiento, subdirector de Fomento Cultural Banamex, y explica que se estima que la visita guiada durará cerca de cuatro horas.
La muestra, agrega, ''es continuación de México: su tiempo de nacer, 1750-1821, presentada en el Palacio de Iturbide en 1997. En esta ocasión se reúne obra diversa relativa al periodo posterior a la consumación de la Independencia que comprende los distintos proyectos de nación que se dieron en el siglo XIX".
Se llega hasta la primera presidencia de Porfirio Díaz, porque ahí de alguna manera se hace un corte, que así lo explican los organizadores:
''Ese balance somero del periodo 1821-1888 muestra que, en lo político, triunfó el proyecto republicano liberal y el Poder Ejecutivo se fortaleció frente a un Poder Legislativo autoritario. En lo económico el gobierno se liberó de los agiotistas y pudo consolidar la hacienda pública. La industria nacional cobró bríos al fin de este periodo. Las comunicaciones hicieron posible el poblamiento del norte y la fundación de nuevas ciudades. Al final de estos años se suavizaron las relaciones Estado-Iglesia y aunque en medio de exclusiones e injusticias sociales, se consolidó lentamente la paz tan necesaria para lograr el bienestar nacional."
Difícilmente se puede competir en el aspecto visual con el Palacio de Iturbide pero la muestra lo intenta, si bien, salvo algunas maravillas evidentes, la visita guiada se hace indispensable para saber, por ejemplo, que esas fotos son el registro de los primeros presos y las primeras prostitutas en México o que el libro que se exhibe, en la impresionante reproducción de un cuarto del Castillo de Miramar es único.
Cuenta Guadalupe Jiménez, quien coordinó la exposición, que el libro escrito ''by an American" así anónimamente es una advertencia de la que sólo quedan dos ediciones: una en resguardo de la Universidad Iberoamericana y la otra en Estados Unidos. Con el título Mexican Empire, el libro denuesta el esfuerzo que los liberales mexicanos hacían entonces para conseguir 50 millones de dólares con una emisión de bonos. El patriota estadunidense señala en el libro las diferencias de mentalidad y el peligro de incrementar el territorio estadunidense: ''porque era peligroso hacerse cargo de México y los mexicanos", comenta la doctora Jiménez Codinach.
La visita guiada no es necesaria, por ejemplo, cuando se conoce la reproducción del Café El Progreso y mucho menos cuando se admira la espléndida botica, con su balanza, sus instrumentos para moler los ingredientes que se encuentran en sus recipientes, clasificados y listos para ser machacados, mezclados con aceites o alcoholes y convertidos en pócimas o en infusiones.
Rescatar la herencia liberal de Juárez
Un globo remite al progreso que se anhelaba; una campana, que terminaron por llevarse los franceses, muestra el orificio de entrada y de salida de la bala con la que se inició el ataque a San Juan de Ulúa, en Veracruz, cuando la Guerra de los Pasteles, y un discreto mapa espera la llegada del guía que explique a los visitantes que en la batalla contra Barradas, no solamente en la de 5 de mayo, México tuvo triunfos frente a ejércitos extranjeros.
La Mesa donde se firmaron los Tratados de Guadalupe comparte recinto con la silla de Maximiliano y la de Juárez, junto a una reproducción del despacho de Lucas Alamán: ''La exposición pretende rescatar más a Juárez, esa herencia liberal", explica Rommel Escorza, de difusión de Fomento.
La historia en el patio del Palacio de Iturbide se dispara, se fuga a partir de objetos: daguerrotipos para rememorar que la primera guerra que se fotografió en la historia de la humanidad fue la de Estados Unidos contra México (39 muestras están en Dallas y otras 9 en Yale), o cojines que Carlota cosió personalmente, junto a una cocina tradicional que remite a los dichos populares y una silla que seguramente recibió en descanso a alguna celebridad. Pretexto justo para entender, en tiempos de cambio político, un poco más al México que vendrá, de seguir la tradición de gente pensante que privó en el siglo XIX.