MEXICO S.A.
Carlos Fernández-Vega
UNA VEZ MAS, el aporreado "optimismo" gubernamental cayó a la lona: el producto interno bruto del país difícilmente crecerá 2.5 por ciento en el año, y el anunciado repunte económico previsto para el cuarto trimestre de 2001, simple y sencillamente, "no se va a dar".
EL PRONUNCIAMIENTO no corresponde a un empedernido "pesimista", ni mucho menos a una correduría internacional, sino al mismísimo secretario de Economía, Luis Ernesto Derbez, quien decidió, de plano, cambiarle baterías a su inestable calculadora macroeconómica.
Y PARA ALENTAR A los expectantes capitales nacionales y extranjeros, el ex funcionario del Banco Mundial reconoció que "el nuevo gobierno aún no acaba de definir su política económica, aunque tiene claro que el modelo basado en las exportaciones es insostenible y que deben reforzarse las cadenas productivas y el mercado interno, y al mismo tiempo mantener la misma política monetaria y fiscal, ya que ello le da al país estabilidad y lo hace atractivo para los inversionistas", de acuerdo con lo publicado ayer por La Jornada (David Zúñiga).
DERBEZ PARTICIPO EN una reunión del Colegio Nacional de Economistas, presidido por David Colmenares Páramo, en la que asumió que el panorama no es nada grato: "el programa de proveedores para apoyar a entre 65 mil y 70 mil pequeñas y medianas empresas con mil 200 millones de pesos no será para crear nuevos empleos, sino para evitar que se pierdan entre 280 mil y 300 mil". Es decir, la paradisiaca meta de generar un millón 350 mil empleos, posteriormente reconsiderada a 700 mil, no sólo desaparece de la perspectiva gubernamental, sino que surge el riesgo de que se pierdan los existentes. Pero no hay problema: de cualquier manera, no se habilitará un programa emergente para crear puestos de trabajo.
MIENTRAS EL SECRETARIO de Economía reconsideraba sus propios cálculos, el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado pintó su raya y advirtió que Estados Unidos se encuentra en una "desaceleración pronunciada" que ha afectado principalmente a las empresas de alta tecnología y mantiene detenido al sector manufacturero. "Si bien el consumo privado sigue creciendo, lo hace a tasas mucho más bajas que las del año pasado, tendencia que se acentuará en los próximos meses debido al repunte del desempleo".
SIN EMBARGO, los anteriores no son más que cálculos, reconsideraciones y análisis vueltos a analizar que se transforman vertiginosamente, ante la delicada y peligrosa dependencia de la economía mexicana de los vaivenes internacionales, provengan éstos de las grandes economías industrializadas, o de naciones que, como la nuestra, se agarran con las uñas para no caer estrepitosamente.
EN ESE SENTIDO, la economía argentina vuelve a contorsionarse y los coletazos del efecto tango golpean fuerte y parejo. El lenguaje de la crisis, globalizado, se habla por todas partes.
EL PRESIDENTE Fernando de la Rúa ya no siente lo duro, sino lo tupido: al poner en marcha un nuevo paquete de medidas económicas, subrayó que "tenemos el deber de recuperar nuestra independencia e impulsar la economía; es hora de pasar a la acción y esto requiere un esfuerzo patriótico. No podemos seguir pagando las tasas de interés que nos exigen", dijo el mandatario al anunciar medidas para afrontar el nuevo ciclo de la crisis que reporta el país conosureño.
Y PARA HACER frente a este nuevo capítulo de la crisis, qué mejor que un nuevo "esfuerzo patriótico" de los que históricamente se han sacrificado, porque "vamos a gastar -dijo de la Rúa- sólo lo que recaudemos, vamos a combatir la evasión fiscal (¿en dónde, en dónde se ha escuchado ese discurso?) y habrá jueces para perseguir a los grandes evasores que serán tratados como delincuentes; seamos nosotros mismos los que resolvamos nuestra crisis. No voy a permitir que sea el sistema financiero quien lo implemente. Haremos una reducción de gastos ineludible con nuestros propios criterios". Traducido al castellano, el gobierno de Buenos Aires no tarda en acudir al agiotista con sede en Washington, el Fondo Monetario Internacional.
SIN DUDA SENSIBILIZADO por la no muy grata situación por la que atraviesa Argentina, De la Rúa asumió compromisos difíciles de cumplir, al asegurar (La Jornada, Stella Calloni) que no habrá despidos de personal y que ninguna reducción de gastos afectará a quienes están en los niveles extremos de pobreza, ni a programas de alimentación, niñez y sectores vulnerables. Anunció que se investigará a todos aquellos cuyo capital supere el millón de dólares y llamó a combatir la corrupción. Una vez más, la retórica como instrumento para combatir la crisis: "No es hora de mirar al pasado ni de mencionar quiénes son los responsables de la deuda", indicó después de señalar que se vendió ya todo lo vendible y que no había nada más por delante que hacer ese "esfuerzo patriótico". Los resultados de la globalización, en vivo, a todo color y con música de tango.
EL MINISTRO DE Economía, Domingo Cavallo, detalló el "nuevo" esquema económico: un recorte de entre 8 y 10 por ciento en salarios, jubilaciones y gastos generales; reducción en "sueldos altos"; se ordena a los gobernadores y ministros el ajuste de todo gasto; recorte en el aparato burocrático; no gastar más de lo recaudado; lucha frontal contra la corrupción; reducción del gasto excesivo en la política; combate a la ineficiencia en el ejercicio del gasto público; puesta en marcha de una política de "déficit cero", etcétera, etcétera, etcétera. El ajuste se da en momentos de una grave recesión económica y cuando la tasa de desempleo supera el 17 por ciento y la del subempleo alcanza más de 25 o 30 por ciento. El hecho es que el riesgo de que Argentina se declare en moratoria aumentó con el anuncio del nuevo paquete de medidas económicas, ya que el indicador "riesgo país" superó los mil 300 puntos, una alza de 100 puntos respecto al cierre previo.
Y LA LETRA DEL nuevo tango la escribió el ministro Cavallo: "ahora hemos perdido el crédito, pero esto no debe asustar a la gente; gastaremos sólo lo recaudado, ni un peso más". En vía de mientras, el "superpeso" y los "supermercados" mexicanos ya se convulsionan.
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