viernes Ť 13 Ť julio Ť 2001

Luis Javier Garrido

El laboratorio

Las movilizaciones sociales de indígenas, de campesinos o de cañeros en los inicios del gobierno foxista están empezando a mostrar que, lejos de lo que muchos suponen, los intereses de las empresas trasnacionales que él se empeña en representar no van a imponerse tan fácilmente.

1. El caso de México es, como se sabe, de importancia estratégica para el gobierno de Washington y para los organismos financieros trasnacionales, no sólo por lo que a lo largo del siglo xx significó el Estado posrevolucionario para el continente y el valor simbólico que tiene su desmantelamiento, sino por la importancia que ha adquirido la economía mexicana en el contexto global y en particular por las riquezas básicas del país, cuyo control total exigen las empresas multinacionales, de ahí que el proceso político y social mexicano esté revistiendo para esos intereses el carácter de un verdadero laboratorio.

2. El interés de los medios internacionales por lo que acontece en México no es como muchos suponen por una supuesta simpatía de éstos hacia los nuevos gobernantes; es consecuencia de la creciente avidez de las trasnacionales por los recursos de México, del petróleo a la biodiversidad, que con el nuevo gobierno foxista ven al alcance de la mano.

3. La "transición" que el gobierno de Vicente Fox tiene la encomienda de llevar adelante es la misma que cumplieron de manera insuficiente, según los centros de poder financiero trasnacional, los últimos gobiernos priístas: la de llevar a México de ser un Estado nacional a convertirse en un eslabón fundamental de la lógica del capital en el siglo xxi, tarea que también habrían cumplido de haber sido electos en 2000 Francisco Labastida o Cuauhtémoc Cárdenas, de ahí que haya una mirada inquisidora desde el exterior sobre todo cuanto aquí acontece. Fox tenía para cumplir la encomienda que ha asumido las desventajas de su limitada capacidad, pero como a diferencia de los gobernantes surgidos del PRI sus decisiones pueden ser presentadas como "legítimas", alcanzó muy pronto el respaldo del capital trasnacional que no parece dispuesto a retirarle su apoyo si no entrega pronto cuentas satisfactorias.

4. El personaje de Vicente Fox resultó idóneo para los poderes trasnacionales, pues en la primera fase de su carrera política mostró los rasgos que para éstos han de tener los gobernantes de los Estados nacionales en el siglo xxi, que si formalmente aparecen como titulares del poder político no deben pretender detentarlo más allá de ciertos límites, pues su responsabilidad central es asumirse como ejecutores disciplinados de las políticas del FMI y del Banco Mundial, lo que supone que sus atribuciones reales se hallan acotadas en el escenario global. Un empresario mediano, carente de cultura y sin el menor asomo de patriotismo, como Vicente Fox, tuvo su mayor logro en haberse logrado crear como un producto a vender a la población ciudadana con el señuelo del cambio, aceptando gustoso el papel al que está confinado.

5. El cambio que el grupo foxista pretende no es por lo tanto el que demanda la mayoría de los mexicanos, que reclama mejores condiciones de vida, justicia, seguridad y libertades. La meta de Vicente Fox y de su equipo es, en lo político, a) destruir lo que ha quedado del aparato político electoral del PRI, símbolo para él de todos los males que hay en el país, entendiendo que ésa es la democracia, con la pretensión de darles mayores seguridades de las que han disfrutado hasta ahora a los empresarios, de los cuales él se considera su representante, y en el plano económico y social, b) aplicar de manera disciplinada los programas neoliberales a fin de profundizar las políticas de desmantelamiento del Estado mexicano iniciadas por el priísmo, y buscando en nombre del mercado suprimir los derechos de las comunidades y terminar con la injerencia estatal en la economía, sin importar que para alcanzar tales objetivos se deba mantener a buena parte de las estructuras y de las prácticas de control social del sistema priísta.

6. Un gobierno no puede, sin embargo, manejarse como una campaña por medio de la propaganda, ignorando los cambios que se están produciendo en todo el mundo. El frentazo que se ha dado Fox en los primeros meses de su administración ha sido muy fuerte, pues ha encontrado serias resistencias a sus políticas en diversos ámbitos de lo que él y su equipo han llamado "los dos círculos", lo mismo en la burocracia política y los sectores de opinión (el "círculo rojo"), que tanto desprecian él y sus colaboradores, que en la población que han creído controlada por los medios de comunicación (el "círculo blanco"). Las ofertas de mayores espacios políticos y de impunidad a priístas y perredistas no le han redituado hasta ahora como él esperaba, con la consecuencia de que no puede alcanzar el pacto político que tanto busca, y aunque éste llegará tarde o temprano, las movilizaciones de indígenas, de maestros, de empleados públicos, de agricultores y de cañeros, están mostrando que hay una sociedad que va a seguir resistiendo al neoliberalismo.

7. El gobierno de Vicente Fox tiene una fortaleza histórica derivada del fin del régimen priísta y del papel que él desempeñó, y que trata por lo mismo de magnificar, y ese es un elemento que no se puede soslayar.

8. Tiene, empero, una debilidad, derivada del contexto histórico del fin del régimen priísta, de sus promesas incumplidas de impulsar un tránsito hacia otra forma de régimen político y en particular de la entrega que está haciendo de los recursos de la nación al extranjero, debilidad que muchos sectores no han terminado por entender. Y es que a diferencia de otros gobiernos neoliberales, el foxista no podrá, al menos por un tiempo, ignorar o reprimir las demandas sociales a la manera de sus predecesores priístas, como se lo está exigiendo la extrema derecha que gobierna con él.

9. El contexto internacional no es tampoco favorable, por otra parte, para el experimento mexicano. El régimen representativo está entrando en una profunda crisis en buena parte de los países euro-occidentales derivada del papel que han asumido los partidos políticos como instrumentos de la globalización neoliberal, y en consecuencia las elecciones están dejando de ser vistas como una vía hacia el cambio. Esto es lo que explica el creciente abstencionismo electoral, que se está dando no sólo en México, como aconteció en el caso de las elecciones de Baja California, donde la ciudadanía le dio la espalda a todos los partidos, y la búsqueda de otras formas de lucha.

10. Las formas de participación democrática en el siglo xxi no se van a limitar a esas elecciones controladas que ofrece el escenario neoliberal, y en eso México sí está constituyendo un verdadero laboratorio de las luchas de resistencia que van a caracterizar al futuro inmediato.