JUEVES Ť 12 Ť JULIO Ť 2001

TEATRO

De la censura... colonial

Ť Raúl Díaz

ES UN CRUCE de caminos, lugar empedrado y desolado donde el sol cae a plomo en el día y el frío de la noche es intenso; es el cruce en el que todos los vagabundos, artistas y transgresores hemos estado alguna vez... o varias, según el caso.

ES EL CRUCE en el que se encuentra, solo y su ánima, Divino Pastor Góngora, cómico de la legua que como todo sobreviviente ha tenido que ejercitar cualquier tipo de papeles para poder medio comer y reunir fuerzas para llegar a la próxima estación. En el largo andar, desde luego, se establecen toda clase de relaciones, jugado cualquier juego y asumiendo posiciones que más de una vez implican riesgo, riesgo para quien las asume pero también para quien con ellas ha sido confrontado.

Y AQUI ESTA este cómico de pueblo a quien se le atribuye una importancia que en realidad no tiene pero que, obcecados como son, los señores del poder se empeñan en acosar y perseguir, y en caso de atrapar se esmerarán en castigar severamente.

SU CASTIGO, CREEN los inquisidores, servirá de ejemplo y alejará a otros de la posibilidad de encarnar papeles que atenten contra el orden divino que, por supuesto, es el que impera aquí en esta tierra de pecadores. Transgredirlo, así sea mínimamente, y aunque sea inconsciente o inadvertidamente, no es paliativo: el culpable deberá ser castigado.

Y ESA MENTALIDAD de censor primero, de represivo después, parece tener a lo largo de los siglos una línea ininterrumpida de continuidad.

EN LA DEMOSTRACION de eso radica una de las virtudes de la más recientemente estrenada obra de Jaime Chabaud: Divino Pastor Góngora, presentada apenas la semana pasada en el remodelado (al igual que todos los demás teatros de la Unidad Cultural del Bosque) teatro El Galeón.

PERSONAJE SURGIDO DE la imaginación del autor pero que habla de cosas y personas que sí existieron, la obra nos remonta al siglo XVIII en esta Nueva España donde los fueros de la Santa Inquisición campeaban. Aquí es donde este actorcete de segunda, increíblemente llamado Divino Pastor, sufre los embates del poder personificado en, quién lo iba a creer, el inquisidor Diego Fernández y de Zeballos.

ƑY POR QUE ES tan perseguido el tal Pastor? Bueno por, sencilla la cosa, haber participado en el sainete El alcalde Chamorro y en Méjico Revelado (ambas obras efectivamente existentes y censuradas por la Inquisición), en las cuales se utilizaba un lenguaje no apto para castos oídos y en las cuales, entre otras barbaridades, se gritaba: "šQue mueran los gachupines!". Queda claro el porqué a este actorcete se le perseguía con toda la ira de Dios.

Y, COINCIDENCIA O no en cuanto al tiempo del estreno de la obra de Chabaud, hoy en pleno siglo XXI y ya no en la Nueva España, sino en un México que cada vez se hunde más en la globalización, los nuevos inquisidores, los Fernández de Cevallos de hoy y aquí, vuelven a la censura y persecución de esos vagabundos, artistas y transgresores que somos la inmensa mayoría en este gran país de 58 por ciento de pobres, según cifras oficiales, y, con los mismos argumentos que se acosaba a aquel Divino Pastor novohispano, pretenden dictar qué leer, qué ver, qué oír, qué hablar, qué, bueno, todo, la Santa Inquisición ha retornado.

EMPERO, UNA SUSTANCIAL diferencia existe, ya que el tal Góngora no está solo y si bien se encuentra en una encrucijada, junto a él hay millones y millones de otros actores dispuestos a escenificar una obra distinta que tendrá un final bien diferente.

OBRA BIEN ESCRITA y documentada, fresca y alivianada, generosamente actuada por Carlos Cobos en ese páramo, atinadamente diseñado e iluminado por Xóchitl González, y bajo la acertada dirección de Miguel Angel Rivera, esta creación del joven dramaturgo Jaime Chabaud bien merece una misa. (Con perdón de don Diego, claro.)

DIVINO PASTOR GONGORA cumple temporada en el Teatro El Galeón, atrás del Auditorio, lunes y martes a las 20:30 horas.